Noticias franciscanas

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¡ Envíanos noticias¡

- Las Clarisas apoyan a los peregrinos del Camino de Santiago

- El arzobispo franciscano Jesús Sanz Montes: buena ventura

- "La presencia franciscana en la Amazonía"

- Cuarto centenario de la muerte de San Francisco Solano

- Las Clarisas de Lima graban un CD con música coral

- La abadesa de la Clarisas de Lerma habla sobre su vocación

- Próxima canonización de una clarisa: la beata Camila Bautista Varano

- La Cruz de los jóvenes en el Colegio San Buenaventura de Madrid

- La Cruz de los jóvenes en una parroquia franciscana de Madrid

- Los franciscanos con la JMJ de Madrid 2011

- Nuevo obispo franciscano capuchino

- Medalla de Oro a las Franciscanas Misioneras de la Natividad

- Ostensión del Cuerpo de San Antonio, en Padua, del 15-20 febrero

- Fray Jesús Sanz Montes, nuevo arzobispo de Oviedo (España)


Las Clarisas apoyan a los peregrinos del Camino de Santiago

(www.icalnews.com) Dentro de unos días abrirá sus puertas el albergue del Convento de Santa Clara de Carrión de los Condes, que lleva 28 años dando acogida a los peregrinos. “Queremos ofrecerles un lugar de descanso del alma y del cuerpo”, señala a través de una doble reja sor María Inmaculada, una de las diez monjas que reside en el monasterio y que ofrece ayuda espiritual a todos los caminantes que lo solicitan. La religiosa destaca que “el Camino es muy duro” y que su “obligación” es ofrecer a todo el que llama a su puerta “un buen recibimiento y buenas palabras”.

 

El arzobispo franciscano Jesús Sanz Montes: buena ventura

San Buenaventura refiere, en el prólogo de la Leyenda mayor, que, siendo niño, fue librado de la muerte al suplicar su madre la intercesión de San Francisco de Asís, ya glorificado. De ahí que, como muestra de gratitud, el fraile de Bagnoregio escribiera años más tarde una biografía del Poverello que, con el paso del tiempo, y debido al prestigio intelectual y espiritual del autor, acabaría imponiéndose sobre las demás.

La recuperación de la salud corporal del pequeño Juan de Fidanza tuvo lugar, según se cuenta, en el transcurso de una aparición de San Francisco, quien, ante el niño ya sano, exclamó: «¡Buena ventura!». Y este fue el nombre que adoptó cuando, en su juventud, ingresó en la Orden franciscana, de la que se dice fue segundo fundador. San Buenaventura nació hacia 1217 en Bagnoregio, una pequeña localidad próxima a Viterbo. Tras haber ingresado en la Orden de los Hermanos Menores en París se dedicó en cuerpo y alma al estudio, logrando armonizar ciencia y fe de manera excelente. De ahí que haya sido declarado doctor de la Iglesia y otorgado el título de doctor seráfico.

Elegido ministro general de la Orden y, más tarde, cardenal-obispo de Albano, sus cualidades para el gobierno no fueron menos apreciadas que las intelectuales, tanto por la Orden como por la Iglesia en general, pues era hombre de acción, equilibrado y simpático. Dante Alighieri lo incorporó a la Divina Comedia, y, en el Canto 12 del Paraíso, le hace decir: «Yo soy el alma de Buenaventura de Bagnoregio, que en los altos cargos siempre pospuse los cuidados temporales». Y así fue: en las tareas de gobierno antepuso siempre el bien espiritual de los que le fueron encomendados a cualquier otra cosa.

El tratado más conocido de cuantos ha escrito San Buenaventura es Itinerario de la mente (alma) a Dios, en el que expone el método para llegar por las creaturas al creador y desde la especulación hasta la contemplación. Concebido durante una estancia en el monte Alvernia, adonde se había retirado en busca de calma, logró hacer una original síntesis de San Agustín y Dionisio Areopagita, presentando a Cristo crucificado como el único camino que conduce a la paz.

Monseñor Jesús Sanz Montes, arzobispo de Oviedo, ha sido coeditor de una traducción española de esta obra y de otras cuatro, escritas también por San Buenaventura, de temática afín: Incendio de amor, Soliloquio, El árbol de la vida, De la vida perfecta. Son versiones al castellano que logran que el lector se adentre con agrado en la doctrina del doctor seráfico.

El arribo de fray Jesús a Oviedo con las obras de San Buenaventura en su zurrón de pastor constituye un hecho que merece ser destacado. En primer lugar, porque se halla en las mejores condiciones para explicar a sus diocesanos la estructura de pensamiento del actual Papa, quien, en 1957, elaboró una tesis sobre la teología de la historia en San Buenaventura, con el fin de obtener la habilitación para la libre docencia en Múnich. Cuando en el año 2000, el entonces cardenal Ratzinger fue investido miembro de la Academia Pontificia de Ciencias, evocó en su discurso los inicios de su formación teológica y señaló cuán importantes habían sido para él San Agustín y San Buenaventura.

En segundo lugar, porque en la escuela del fraile de Bagnoregio se descubre, en toda su belleza, hasta qué punto la fe cristiana es amiga de la inteligencia, y que la potencialidad que en ésta se encierra halla en el entendimiento humano iluminado por Dios su plena realización.

En tercer lugar, porque la lectura creyente de la Sagrada Escritura, o lectio divina, se ha convertido en un objetivo eclesial prioritario. Monseñor Jesús Sanz Montes, por sus estudios sobre San Buenaventura y sobre espiritualidad medieval, conoce bien los grados de esa escala por la que se asciende desde la lectura meramente científica de la Biblia hasta la teologal y pastoral.

Así pues, un arzobispo que en su bagaje trae los recursos intelectuales que han de ayudar a los católicos asturianos a entender mejor la «forma mentis» de Benedicto XVI -el mejor teólogo en lo que llevamos de siglo-, a conciliar fe y razón y a adiestrarse en el método idóneo para leer el libro sagrado, ya sólo por esto, amén de otras cualidades, merece un esperanzado y franciscano saludo: ¡buena ventura!
DE: JORGE JUAN FERNÁNDEZ SANGRADOR CANÓNIGO DE LA CATEDRAL DE OVIEDO en www.lne.es

 

"La presencia franciscana en la Amazonía"

miércoles, 17 de febrero de 2010 (www.diariolaregion.com) Los misioneros Franciscanos se juntaron en el 2do seminario internacional denominado "La presencia Franciscana en la Amazonía" para analizar la problemática de los pueblos de la selva peruana y comprometerse a seguir brindando apoyo a las comunidades rurales más pobres.

En esta actividad, que se realiza en el Vicariato de Caritas, están participando alrededor de 50 delegados de América Latina, EE. UU, Canadá, España y Roma del secretariado general de la Evangelización Misionera y de la Comisión de Justicia, paz e integridad de la creación (JPIC) de la Orden Franciscana.

El encuentro tiene como objetivos conocer la realidad de Amazonas Continental, hacer memoria de la presencia franciscana existente y del camino reciente de reflexión sobre el tema y ofrecer criterios y elementos para un proyecto franciscano, ideal y concreto para el Amazonas. "Hemos visto que la Amazonía está abandonada por sus Estados y por la Iglesia, por eso queremos buscar alianzas para brindar más servicio y colaboración a las comunidades indígenas.Nos vamos a reanimar juntos en este proyecto integral continuando la benemérita labor de tantos hermanos y hermanas misioneros que nos han dado testimonio de entrega y heroísmo a lo largo de varios siglos y que en los últimos años nos sentíamos olvidados y abandonados", manifestó el Obispo del Vicariato San José del Amazonas, Monseñor Alberto Campos. El franciscano afirmó que este seminario sirve para intercambiar experiencias y al término firmarán un documento comprometiéndose a incrementar el apoyo social a las comunidades indígenas selváticas. (MC).

 

Cuarto centenario de la muerte de San Francisco Solano

(Lima. El Año Jubilar por el Cuarto Centenario de San Francisco Solano (1576 -1610), predicador incansable que durante el siglo XVI tuvo una labor
destacada en la evangelización del Perú y América, la familia franciscana fue inaugurado ayer domingo 14 de febrero con ceremonia protocolar realizada
en la Basílica de San Francisco de Jesús.

El domingo 14 de febrero la Iglesia Católica y especialmente la familia franciscana inauguró En las ciudades donde nació y murió el religioso andaluz, Montilla (España) y Lima (Perú) respectivamente, hay un ambiente de regocijo para recordar y homenajear a este franciscano que ha sido llamado
el "fraile santo" y "el taumaturgo de América". Como dato anecdótico, el Inca Garcilaso de la Vega, está sepultado en Montilla y el año pasado se conmemoraron cuatro siglos de la publicación de sus "Comentarios Reales

La biografía de San Francisco Solano está llena de episodios intensos. Al culminar sus estudios escolásticos en España, recorrió inicialmente las ciudades españolas de Córdoba, Sevilla y Granada, para después embarcarse a América. Arribó inicialmente a Cartagena, Portobelo y Panamá, y luego se estableció en la capital del Virreinato del Perú.

Desde Lima se le ordena trasladarse al norte de Argentina: Tucumán, Córdoba, La Rioja, y después hacia Paraguay y Uruguay, sorteando peligros y adversidades en los caminos. Los indios lo querían y lo adoraban como a su rey, diciéndole "Tupá". En el Perú trabajó en Lima, Trujillo y Cusco, donde existe un testimonio pictórico de su presencia.

Para una mayor eficiencia de su labor predicadora San Francisco Solano se empeñó en el estudió de las lenguas nativas, especialmente el quechua y el guaraní, que llegó a dominar a la perfección. Era músico, poeta y trovador, pues en sus andares solamente llevaba consigo sus libros y un violín, en realidad un rudimentario instrumento de dos cuerdas que tañía con un palito. Levantaba iglesias, organizaba municipios, bautizaba e instruía en la doctrina de Cristo, recorriendo cárceles y hospitales. Son incontables los
milagros que se le atribuyen.

San Francisco Solano, cuya fiesta se celebra el 24 de julio de cada año, es vice patrono de América, patrono del folclore argentino y de la Arquidiócesis de Córdoba, además patrono de los toreros. Debido a su labor en tierras peruanas, la orden franciscana creó en su memoria una provincia denominada Provincia Misionera de San Francisco Solano del Perú.

El día de su muerte, 14 de julio de 1610, comenzaron las investigaciones sobre su vida y obra, que habrían de llevar a su posterior beatificación por el papa Clemente X en 1675 y su canonización por el papa Benedicto XIII en 1726. Sus restos descansan en la Basílica de San Francisco de Jesús en Lima.  El superior actual y rector de la Basílica de San Francisco de Jesús (Lima), padre Anselmo Díaz ha preparado un nutrido programa para estos meses. (www.elregionalpiura.com.pe)

 

Las Clarisas de Lima graban un CD con música coral

(www.noticiastrujillo.com) lunes, 15 de febrero de 2010 Lima.- “Música coral e instrumental del siglo XVIIIXIX y XX” se denomina el disco compacto que acaban de editar y grabar las monjas del clausura del Monasterio Santa Clara de Lima. La recaudación que genere su venta será destinada a la conservación del Monasterio de Santa Clara, monumento arquitectónico virreinal ubicado en los Barrios Altos.

El disco sale en circulación al mercado nacional con motivo de la celebración de los 800 años de fundación de la orden de Santa Clara (1212- 2012). Ha sido grabado íntegramente en Lima con participación coral de las hermanas clarisas, quienes llevan una vida conventual dedicada íntegramente a la fe cristiana: oración, trabajo, adoración a Dios en el templo, catequesis y acción social.

Para realizar este disco el coro del Monasterio de Santa Clara tuvo como director al maestro Jorge Senmache y contó con la participación del pianista David Castro Falcón, los ingenieros de sonido Antonio Núñez y Jesús Aurozo, y el asistente Julio Benavides. Además se contó con la cooperación del Instituto Superior Orson Welles.

El disco contiene once composiciones de los siglos XVIII y XIX dedicadas a San Francisco de Asís y a Santa Clara, patrona de la Orden Franciscana, cuyas partituras se conservan en el convento: “Tantum ergo”, “Salve Clara, luz del mundo”, Plegaria a San Francisco”, “Oración de la tarde”, “Cual avecilla”, “Gloria a Francisco”, “Pan de la pobreza”, “Santa Clara dulce y pura”, “Salve a ti Francisco”, “Himno a la inmaculada concepción” e “Himno a Santa Inés”.

Santa Clara nació en Asís en 1193 y murió en 1253. Siguió a San Francisco en el camino de la pobreza evangélica y fue madre y fundadora de la Segunda Orden Franciscana denominada clarisas o señoras pobres. Se ha catalogado la vida conventual de estas monjas como “la fecundidad de la vida escondida”.

Quienes deseen adquirir este disco pueden acercarse al Monasterio de Santa Clara: Jr. Jauja. También pueden pedir información al teléfono (01) 3281652, o al correo electrónico: santaclara_lima@yahoo.es Esta dirección de e-mail está protegida contra spam bots, necesita Javascript activado para ver.

 

La abadesa de la Clarisas de Lerma habla sobre su vocación

(www.religionenlibertad.com) Sor Verónica explica los motivos que le hicieron entrar en el Monasterio de Lerma. ReL ofrece en exclusiva un testimonio iluminador y único de la que es considerada el "alma mater" de ese milagro vocacional llamado Lerma: Sor Verónica. Más de 130 monjas jóvenes, la mayoría con carrera universitaria, venidas de toda España, conforman la comunidad de clarisas de Lerma,
iniciadas en la vida religiosa por la citada monja.

Sor Verónica, maestra de novicias del Monasterio de las Hermanas Clarisas de Lerma (Burgos) durante muchos años, y auténtica alma mater de ese "milagro" vocacional único en España, ha explicado por primera vez en un libro titulado "Ven y verás", los motivos que le hicieron consagrarse a Dios como religiosa de clausura.

La llamada
María José Berzosa, de nombre civil, entró el 22 de enero de 1984 en el Monasterio de Lerma consagrándose como Verónica María. No precisa el momento que se sintió llamada a entregarse completamente a la vida religiosa: "No sé un momento puntual en que Él me llamara; me puse a seguirle. Me coloqué en la fila de los cristianos y de los consagrados, y aquí estoy, en la Iglesia de Cristo".

"Cristo: mi amor"
"Al conoce a Cristo -señala Sor Verónica- mi Vida, mi Amor y mi Salud, no pude más que abrazarle y no querer soltarle jamás. Él ha crecido en mí, y yo he crecido en Él, y no pude más que elegirle como el amor de mi juventud: Señor mío y Dios mío, mi inseparable vivir. Él es mi identidad, Él es mi destino y mi vocación".

"¿A quién voy a seguir?"
Sor Verónica subraya que "todo mi ser de mujer ha quedado fascinado y cautivado por esta promesa y realidad: ¡He sido creada a imagen y semejanza de Cristo! ¿A quién voy a seguir? Sólo a Él, mi único e incomparable".

"Ser cristiana es lo mejor que me ha pasado"
"Ser cristiana es lo mejor que me ha podido pasar en esta vida -dice la religiosa-. Sólo en los cristianos he visto hecha carne la Vida que me fascina. ¿Qué tienen los cristianos para que así me cautiven?".

Hombres libres
Sor Verónica responde con contundencia: "Vi hombres libres y creí en la libertad. Me encantan los cristianos, porque en cada acontecimiento, lo entiendan ahora o más tarde, abrazan a Dios que sale al paso de su libertad siempre con un designio salvador, para levantarles a una altura insospechada, a la altura del Espíritu".

Fecundidad
"Me fascina ver cristianos libres en la salud de Cristo -escribe- que saben vivir con tanta vitalidad, con tanta fuerza y ánimo, con dignidad y elegancia, con belleza y armonía. Veo tanta fecundidad en ellos que me apasiona vivir entre cristianos en los que encuentro inmensas posibilidades, divinas posibilidades que el hombre sin Dios no puede ni vivir ni ofrecer".

Por último, Sor Verónica subraya: "Soy gracias a Cristo y a la Iglesia"..

 

Próxima canonización de una clarisa: la beata Camila Bautista Varano

CIUDAD DEL VATICANO, 12 FEB 2009 (VIS).-El viernes, 19 de febrero, a las 11,00, en la Sala del Consistorio del Palacio Apostólico Vaticano, tendrá
lugar un consistorio ordinario público para la canonización de varios beatos, entre ellos:

-Battista Varano, en el siglo Camilla, virgen, monja de la Orden de Santa Clara.

Datos biográficos: Beata Camila Bautista Varano. Virgen religiosa de la Segunda Orden (1458‑1524). Gregorio XVI el 7 de abril 1843 aprobó su culto.

Podemos imaginarnos las fiestas que saludaron en Camerino, alta y luminosa en la gran cresta de los Apeninos a la primogénita del señor de la ciudad el
9 de abril de 1458, a la cual se le puso el nombre de Camila.

Su padre, Julio César Varano, y su madre, Juana, de la familia Malatesta, soñaban para ella un matrimonio espléndido, con algún gran señor de una ciudad vecina, o un Montefeltro, o un Vitelleschi, o un Sinibaldi, tanto más cuanto que Camila crecía con muy buen aspecto y de inteligencia despierta.

“Todo el tiempo, escribiría después, lo pasaba en serenatas, bailes, paseos, en vanidades y en otras cosas juveniles y mundanas que de éstas se siguen”. Pero en la vida de la joven, bella y culta Camila Varano, princesa de Camerino, había un pequeño secreto que solamente ella conocía. Pidió a su padre permiso para entrar no en un palacio señorial, sino en un pobrísimo convento donde se seguía la dura regla de Santa Clara.

Después de una prolongada y obstinada resistencia, Julio César Varano debió plegarse a la firme decisión de su hija. Con la muerte en el corazón permitió que su Camila entrara en Urbino, no como princesa esposa de un príncipe, sino con los pies descalzos, para encerrarse en un convento de clarisas, donde tomó el nombre de Sor Bautista. Su padre, para calmar su orgullo herido, no pudo hacer otra cosa que restaurar y ampliar, en Camerino, el monasterio de Santa María Nuova, y tener así más cerca a su hija, en adelante para siempre esposa de Jesús.

Entre los secretos muros de aquel monasterio Sor Bautista Varano tuvo visiones y revelaciones, que su padre espiritual le obligó a escribir. Así nacieron en la intimidad de la celda, aquellas obras que debían hacerse famosas en la literatura mística del 500 : “Los dolores mentales de Jesús”, “La vida espiritual”, “Las consideraciones sobre la pasión”,“El tratado de la pureza del corazón”, las “Oraciones” y las “Poesías”.

Mientras la clarisa llevaba su propia vida en la contemplación, César Borgia asaltaba la ciudad de Camerino, asesinando despiadadamente a Julio César Varano y a sus dos hijos. Sor Bautista tuvo para ellos lágrimas secretas, orando desde lejos, pero perdonando al asesino. Su máxima era : “Hacer el bien y sufrir el mal”, y sufrirlo no solos, sino con Jesús en la cruz. Murió en Camerino el 31 de mayo de 1524 a la edad de 66 años.

 

La Cruz de la JMJ en el Colegio San Buenaventura de Madrid

El Colegio san Buenaventura de Madrid, regentado por los Franciscanos Conventuales desde 1966, ha recibido la Cruz y el Icono de la Virgen que el Papa Juan Pablo II encomendó a los jóvenes en 1984 para que fuese llevada por todo el mundo como signo de que sólo en Jesucristo está la salvación de todo ser humano.

 

 

La Cruz de los jóvenes en una parroquia franciscana de Madrid

La parroquia de Ntra. Sra. del Rosario ha acogido la Cruz que el Papa Juan Pablo II encomendó a los jóvenes del mundo tras el Año Santo de 1984. Es la Cruz de las Jornadas Mundiales de la Juventud, que está recorriendo la diócesis de Madrid, en preparación de las JMJ que se celebrarán en agosto de 2011 en dicha ciudad.

 

 

Los franciscanos con la JMJ de Madrid 2011

http://www.ofm.org/01docum/gifra/GMG2011Sp.pdf

 

 

Nuevo obispo franciscano capuchino

CIUDAD DEL VATICANO, 30 ENE 2010 (VIS).-El Santo Padre: -Nombró al padre Calogero Peri, O.F.M. Cap., obispo de Caltagirone (superficie 1.551, población 153.038, católicos 149.827, sacerdotes 91, religiosos 143, diáconos permanentes 10) en Italia.

Fr. Calogero Peri, nació en Salemi, provincia de Trapani y diócesis de Mazara del Vallo, el 16 de junio del 1953. Ingresó en el noviciado de Calascibetta en el 1969. El 7 de octubre de 1970 emitió la profesión temporal y el 4 de octubre de 1976 la perpetua. Se ordenó de sacerdote el 9 de diciembre de 1978 en Palermo. Hizo los estudios de la escuela primaria y el bachillerato con los Padres Capuchinos, y luego continuó con los estudios teológicos, en el entonces Instituto Superior de Ciencias Religiosas "S. Juan Evangelista" en Palermo. Obtuvo la licencia en Filosofía en la Pontificia Universidad Gregoriana y continuó con estudios más especializados en París. Ha desarrollado los siguientes cargos: Asistente de Filosofía en la Facultad teológica de Palermo del 1981 al 1985; Profesor Invitado de Filosofía en la Facultad Teológica de Palermo del 1985 al 1991; Profesor Encargado de Antropología Filosófica, Metafísica, Teología Filosófica, Eclesiología y Antropología del 1991 al 2002; Consejero Provincial del 1989 al 1995; Superior del Convento de Palermo del 1989 al 1995; Ministro Provincial del 1995 al 2001; Vicario e Vice Maestro en la Casa del Post-Novizcado Cappuccino di Palermo dal 2001 al 2004. Dal 2004 ricopre nuovamente l’incarico di Ministro Provinciale e dal 2009 è Vice Preside della Facoltà Teológico de Sicilia. Es autor de artículos y publicaciones de carácter espiritual, filosófico y teológico.(www.ofmcap.org)

 

 

Medalla de Oro a las Franciscanas Misioneras de la Natividad

Entrega de la Medalla de Oro de Santo Toribio de Mogrovejo a la Congregación de Hermanas Franciscanas Misioneras de la Natividad de Nuestra Señora (Darderas) por su trabajo en favor de la Iglesia en el Perú.


La Conferencia Episcopal Peruana hizo entrega el viernes 29 de enero de la Medalla de Oro de Santo Toribio de Mogrovejo a la Congregación de Hermanas Franciscanas Misioneras de la Natividad de Nuestra Señora (Darderas) en reconocimiento a los servicios prestados a la Iglesia en el Perú durante cincuenta años (1959-2009).

La ceremonia tuvo lugar en Lima durante la celebración de la 95º Asamblea Plenaria de los Obispos, en el auditorio del Episcopado Peruano y fue presidida por Monseñor Miguel Cabrejos Vidarte, ofm, Presidente de la Conferencia Episcopal Peruana. Recibieron la medalla en nombre de la Congregación las Hermanas María Isabel González Alonso, Delegada de la Congregación en América, y Hna. Mª Dolores Pilas Serrano, fundadora de la primera misión de la Congregación en la amazonía peruana (a.1959) y activa colaboradora en el servicio a los enfermos y a los pobres en el Perú hasta el momento presente.

El homenaje fue recibido en agradecimiento a todas las hermanas que han pasado por el Vicariato Apostólico de Requena, y por las diócesis de Lima y Callao. M. María Isabel González agradeció en nombre de la Congregación a todos los Obispos por esta deferencia, haciendo una pequeña reseña de nuestro servicio apostólico y misión en la selva amazónica y Callao.

 

Ostensión del Cuerpo de San Antonio, en Padua, del 15-20 febrero

Del 15 al 20 de febrero se podrán ver y venerar los restos de San Antonio de Padua, antes de volver a la restaurada Capilla del Arca, donde reposan desde hace siglos.

Es un momento especial de gracia y bendición.

Fray Jesús Sanz Montes, nuevo arzobispo de Oviedo (España)

HOMIILIIA EN EL IINIICIIO DEL MIINIISTERIIO EPIISCOPAL EN LA ARCHIIDIIOCESIIS DE OVIIEDO

Santa IIgllesiia Catedrall Basíílliica Metropolliitana,, 30 de enero de 2010

Queridos Sres. Cardenales, Sr. Nuncio de su Santidad en España, Sres. Arzobispos  Obispos que han querido acompañarme en este día con verdadero afecto de hermanos y a quienes resultándoles imposible asistir se han unido con su oración. Un Obispo es siempre Sucesor de los Apóstoles, no Sucesor de los anteriores Sucesores, pero me toca en suerte y gracia poder saludar con gratitud y afecto a quienes inmediatamente antes que yo han estado al frente de esta Iglesia arzobispal de Oviedo: Mons. Carlos Osoro y Mons. Gabino Díaz Merchán, al igual que al Obispo Administrador Diocesano Mons. Raúl Berzosa. A todos ustedes mi saludo cordial compartiendo la solicitud por toda la Iglesia Universal en comunión con el querido Santo Padre Benedicto XVI, a quien vuelvo a agradecer la inmerecida deferencia de nombrarme Arzobispo Metropolitano de la Iglesia del Señor que peregrina en Asturias.

El Mandatario destacó la figura del fundador de la orden señalando que fue un hombre extraordinario, que supo cuidar de los leprosos, predicar entre los musulmanes, que fue mártir de su esfuerzo y su trabajo, víctima de un accidente por pedir limosna para los más pobres y al cual el Perú le debe un monumento especial.“San Francisco de Asís ha dejado una huella imborrable en el corazón de todo cristiano y no cristiano que conozca de sus trabajos unar instrumentos musicales y también a defenderse de los encomenderos que los explotaban. Me es muy grato poder saludar al Ministro General de la Orden Franciscana, así como al Ministro Provincial de Santiago de Compostela y al representante del Ministro Provincial de Castilla. En vosotros veo a todos los hermanos y hermanas de mi familia religiosa que desde tantos rincones del mundo me han felicitado asegurándome su oración y cercanía en este día. Igualmente al Presidente Nacional de CONFER y a la CONFER asturiana. Estáis aquí sacerdotes, consagrados y fieles laicos que desde los lugares en los que he vivido y servido a Dios y a su Iglesia os habéis hecho presentes en nuestra celebración. A todos: gracias.

Con especial emoción saludo a mi familia y a mis amigos más íntimos. Vuestros rostros y vuestros nombres son para mí la memoria más viva de cómo Dios me ha sostenido de tantos modos regalándome vuestra compañía como una preciosa ayuda que me permite caminar con paz y confianza hacia el destino para el que fui creado. Tengo presentes sentidamente a mis padres, cuyo eterno descanso en la paz del Señor volveré a pedir en esta Eucaristía.

Me dirijo muy agradecido a las Autoridades del Principado de Asturias, a la Sra. Presidenta de la Junta General, Sr. Delegado del Gobierno en Asturias, Sr. Alcalde de Oviedo y miembros de la corporación municipal y a la Sra. Consejera de la Presidencia, Justicia e Igualdad del Gobierno del Principado, así como al resto de Autoridades civiles, judiciales, académicas y militares que nos acompañáis. Especialmente me complace saludar al Sr. Alcalde de la ciudad de Jaca. Con todos Vds. comparto una vocación de servicio a las personas concretas a través de la entrega personal y de las Instituciones que representamos. Cuenten conmigo como un colaborador leal y cordial.

Para el bien de nuestros ciudadanos respeten íntegramente sus vidas y garanticen en todos los campos su libertad. Somos herederos de una rica y secular tradición que tiene inequívocamente raíces cristianas, y que en el paso de los siglos ha creado cultura, ha emanado leyes y derechos para asegurar la justicia y la dignidad. Entiendo que deberíamos ayudarnos a reconocer y tutelar todo este legado, en el respeto de nuestras competencias y legítimas posturas, buscando el bien de nuestra gente. Cuenten con mi disponibilidad y amistad respetuosa.

Agradezco la presencia de nuestros amigos de los medios de comunicación social y la amable cobertura que han venido haciendo desde que se hizo público mi nombramiento. Quiera Dios que demos motivo para las buenas noticias de las que todos estamos tan necesitados, y que vosotros acertéis a contarlas con hondura y verdad. Estoy a vuestra disposición.
 
Esta mañana hemos escuchado de nuevo sin monótonos zumbidos la campana de esta catedral de El Salvador de Oviedo. Al mirar su torre esbelta nos ha vuelto a dibujar esa espléndida descripción de Clarín, D. Leopoldo, en su célebre novela ambientada en estas corradas astures. Sí, esta torre es un poema romántico de piedra, delicado himno, de dulces líneas de belleza muda y perenne… y tampoco nosotros nos fatigamos de contemplar lo que este dedo de filigrana arquitectónica nos señala al indicar el cielo de Asturias.

He vuelto a quedar prendado de una tierra que apenas ayer pisaba casi por vez primera al entrar en nuestra Diócesis por Colombres, siendo acogido por tanta buena gente que me acompañaba desde Huesca y Jaca y que me esperaba de nuestra tierra asturiana, mientras comenzaba así a dejar atrás, muy atrás los Pirineos aragoneses.

Y así, entre montañas que cambian, entre caminos que se quedan en pos, y una historia episcopal fresca e imborrable en las Iglesias del Alto Aragón, llego esta mañana aquí para decir mi sí al Señor que me trae, mi sí a esta Iglesia que me acoge, mi sí al Misterio que se hace camino y caminante a la vez en la  circunstancia concreta que enmarca una biografía que tiene origen, que tiene un itinerario lleno de nombres y acontecimientos, y que tiene también edad.

He ido siempre por la vida como un cristiano que se sabe peregrino, allí por donde Dios me iba conduciendo. Nunca he sido yo quien ha tomado con el Señor la iniciativa, sino sólo Él quien ha ido marcándome el tiempo y el lugar. Y puedo decir que jamás mi felicidad ha sido burlada, usada o mentida, sino que más bien todas las exigencias de mi corazón han encontrado en la paciente y paterna compañía del Buen Dios, no un rival sino el más dulce, el más respetuoso y el más fiel cómplice de aquello para lo que fui nacido.

Así vengo a vosotros, queridos hermanos e hijos de Asturias, en esta vetusta diócesis ovetense. Como en otros tramos de mi camino ha sucedido, vengo sencillamente en el nombre del Señor: no tengo otras credenciales. Y por este motivo os decía en mi primer saludo al hacerse público mi nombramiento como nuevo arzobispo de Oviedo, que una vez más experimento la desproporción ante algo que no es fruto del cálculo ni tiene mi medida. Es el misterio por que el que Dios va tejiendo la trama de nuestra historia con los hilos de nuestra libertad.

No es la desproporción que nace del miedo, sino la que brota de la conciencia de una paradoja: que Dios quiere ajustar lo infinito a mi pequeñez haciéndome así tu testigo. Y entonces te viene la duda, o crees que no has entendido, o que al llamarte y confiarte semejante cometido se equivocó Él. Pero resulta que, una vez más, Dios hace cosas grandes a través de una humildad no fingida. La desproporción no era un castigo o una burla, sino un sencillo camino: el que Dios nos brinda para que en nuestra pequeñez sea manifiesta y patente su grandeza.

El bellísimo texto del Cantar de los Cantares que hemos escuchado en la primera lectura y que ha encontrado tan precioso eco en el salmo responsorial, es una hermosa provocación que nos hace mirar con serena confianza esa desproporción: los inviernos de la vida en sus tragedias y las lluvias de las inclemencias todas llega un momento en el que sencillamente terminan. Y sin poderlo prever, sin jamás merecerlo, de pronto los campos de nuestra esperanza se visten de las flores más floridas, y el arrullo de la tórtola nos avisa de que en los campos los frutos están listos para la poda mientras se llenan de dulzura las higueras y de perfume nuestras viñas.

Si acertásemos a contar esta historia poniendo nombre a la esperanza que la habita, haríamos de nuestra predicación, de nuestra solidaria caridad, de nuestra audaz y respetuosa rebeldía un verdadero anuncio de Buena Noticia. Como Jesús el Señor que pasando haciendo el bien con mayúsculas, iba abrazando a cada cual en su llanto o en su sonrisa, en su sincera fe, en su indiferencia o en su fuga suicida.

Anunciar, sí, anunciar el evangelio que la Iglesia de Cristo ha recibido, ha proclamado, ha defendido y ha testimoniado. Esta es la revolución siempre nueva y siempre pendiente en cada generación de nuestra humanidad. Sin caer en la presentación de un anuncio abstracto que no logra abrazar las preguntas y las necesidades de la gente, o de una sesgada denuncia que termina siendo crítica disidente llena de tristeza y de esterilidad. Como dijo un testigo de nuestros días, el fundador de Schönstatt, Padre Josef Kentenich, hemos de tener nuestro oído en el corazón de Dios y nuestra mano en el pulso de los hombres.

Algunos periodistas (no sé si queda alguno en Asturias o Aragón que no me haya pedido una entrevista) me han sometido a un buen examen. Me ha sorprendido positivamente tanta expectativa. Pero en este trance de querer saber qué piensa, qué dice, qué trae, de dónde viene, a dónde irá… el nuevo Arzobispo de Oviedo, me he encontrado ante cuestiones tan ajenas que nunca me las había planteado. No porque me sea ajena la persona, el sufrimiento o la alegría, sino por la carga de una intencionalidad que iba declarando inevitable una ideología. Y así, con el perfil ás deseado o el perfil más temido de este Arzobispo que llega, me he visto obligado a mirarme en demasiados espejos como me ponían delante. El Santo Padre cuando nos propone como obispos para una Sede, se dice que nos preconiza. Pero algunos observadores mediáticos, políticos o clericales con sus deseos o sus temores parece que más bien nos “precocinan”.

Lo he dicho a quienes me han preguntado: vengo sin consignas, sin planes conspirados y sin estrategias torcidas. Amo al Señor sobre todas las cosas, amo a la Iglesia con toda mi alma como hijo de San Francisco, amo el tiempo de mi época y a la gente de esta generación que se me confía. Vengo en el nombre del Señor, y no soy ni tan santo ni tan temible como algunos han querido presentarme. Y por este motivo, fácilmente se verá el bagaje de cuanto sé y de cuanto soy ignorante, mi fortaleza a prueba de pruebas y mi debilidad nunca maquillada, lo que tengo como talento y aquello en lo que soy realmente pobre. Y con este cúmulo de sabiduría y torpeza, de energía y vulnerabilidad, de riqueza y pobreza, me dejo traer por Aquél que a vosotros me envía. Y como ya os escribí, le pido al Señor que me dé entrañas de padre sin dejar de ser hijo, que sea vuestro maestro sabiéndome siempre discípulo, que acierte a gobernar como se aprende mirando al Pastor Bueno, y que os reparta su palabra y sus sacramentos colocándome yo en la fila de ese encuentro como el primer mendigo.

También ahora puedo decir que todo está aún por escribir. Por eso con todo el cúmulo de mis luces y mis sombras, con las gracias y pecados en mi ligero equipaje, me allego a Oviedo diciendo un sí lleno de noble respeto y de cristiano temor, para secundar lo que el Señor –a quien entregué mi vida para siempre– vuelve a proponerme como encomienda en su Iglesia.

El Evangelio que hemos escuchado hace un instante, es una escena que guarda una similitud con lo que aquí estamos celebrando. Se trata del encuentro entre dos mujeres, ambas madres de un milagro: María e Isabel. Como le sucedió a María, también yo puedo decir que he venido presuroso a la montaña de Asturias, viniendo como vengo desde esa otra montaña de nuestro Pirineo oscense. Ella fue llevando lo más grande, fue llevando a Dios que lo guardaba dentro. Y desde Nazaret hasta Ain Karen aquella virgen doncella iría dándole vueltas en su mente y en su corazón a tantas cosas que habían sucedido, a las personas que había conocido y a cómo la vida te puede cambiar tan profundamente. No era una fuga asustada, ni tampoco un frívolo salir corriendo, era la consecuencia de dejarse llevar diciendo siempre sí sin dudar, sin condiciones, sin remilgos y sin cuentos, diciendo sí a Dios que te sale bondadoso al encuentro.

Hay toda una historia precedente que en vosotros y en mí se hacen cita en esta mañana. No me envía el Señor a vosotros al margen de tanto como esta Iglesia ha ido viviendo a través de los siglos: desde los más remotos hasta los últimos años, sino que a esa historia viva yo ahora me uno formando parte de ella. Y tampoco vengo aquí al margen de cuanto he vivido en mi historia personal: nombres de personas muy concretas, circunstancias y acontecimientos que han sembrado su luz, su gracia, su reto y su mensaje. Es un arte divino por el que Dios que me ha  acompañado y que os ha acompañado haga que podamos entre nosotros reconocernos, querernos, caminar juntos y construir su Iglesia como Él mismo la quiere, sirviéndola como ella necesita ser servida, y amando nuestro mundo como necesita él ser abrazado.

Al igual que María en aquel encuentro con su prima Isabel, vengo como mensajero, como portador de esa Presencia del Señor que por doquier me ha acompañado y como portavoz de esa Palabra escuchada en los labios de Dios. Llego encontrándoos con Aquel que estaba antes, Aquel que viene conmigo y Aquel que siempre seguirá después como nos prometió en su Evangelio.

Yo os decía en aquel primer mensaje que la Iglesia asturiana, que quiero abrazar desde este día, me pone delante vuestra historia larga y fecunda de una antigua cristiana, historias de santidad, de martirio, de compromiso con el Evangelio como anuncio de buena nueva para la gente concreta. Me conmueven las aguas bravas del Cantábrico y los avatares de las gentes del mar; e igualmente el mundo de las minas con sudores y fatigas para sacar una familia adelante con enorme y duro trabajo; las industrias y grandes empresas de esta región con sus momentos estelares y sus momentos de honda crisis; me sobrecogen las cifras tremendas de más de setenta mil parados con todo lo que supone para cada persona y para cada familia. Desde mi pasión montañera y mi sensibilidad franciscana me asomo con sorpresa a las alturas de los Picos de Europa con
sus entresijos y valles de una vida montañesa llena de sencillez y pureza; y saludo agradecido nuestras ciudades bellas y limpias que las buenas gentes han sabido levantar, guardar y enseñarnos. Esta tierra cristiana astur, se me presenta así con todos sus registros, cargados de historia, de arrojo, de ensueño y sacrificio. Ya he dicho que pocas veces la he recorrido, más que por mis andanzas montañeras y mis visitas a la Santina como buen nacido. En esta tierra de gente noble y acogedora, quiero ser y seguir aprendiendo a ser, como sucesor de aquellos Apóstoles, un buen cristiano con vosotros y para vosotros un buen Obispo, parafraseando a San Agustín.

Quiera Dios que yo me allegue a vosotros con este lance respetuoso y sólido a la vez, de quien tiene algo que decir y hacer en nombre del Señor y desde su Iglesia, y que lo quiere hacer con todos los que se me confían cultivando de veras, no un vulnerable
consenso a veces tan ajeno a nuestra tradición, sino una fraterna comunión que sabe unir la caridad en la verdad, y la verdad en la caridad.

Porque no busco la lisonja de los aplausos ni tengo miedo al chantaje de la impopularidad, me siento libre de veras, para servir a Dios, a la Iglesia y a mis hermanos, saliendo al paso con voz clara y compromiso cristiano cuando la vida sea puesta en entredicho, la vida en todos sus tramos: la del niño no nacido, la del enfermo o anciano terminal, y la de quienes estando en el medio se quedan sin trabajo, sin libertad o sin dignidad. La familia es particularmente querida, y bien saben quienes la banalizan, ningunean u orillan qué réditos inconfesables cobran con sus medidas. Digo lo mismo con la educación, porque cuando no está al servicio del crecimiento de la persona que la abre a la belleza, a la bondad, a la verdad, entonces es una herramienta que troquela el futuro, lo astilla y lo domestica.

Pero qué hermoso y qué justo es abrazar la vida en todas sus estaciones, defender la familia sin retrancas reaccionarias, y ofrecer una educación en la que las personas maduran hasta hacerse responsablemente adultos.

Tantas cosas que mirar juntos, tantas que orar al Señor, tantas que construir con manos hermanas, tanto en una Diócesis, una tierra y una gente a la que vengo con enorme ilusión y sabiéndome enviado. Me ofrezco con respeto y disponibilidad, haciendo concreto lo que San Francisco de Asís decía a propósito de «los que han sido constituidos sobre otros: gloríense de tal prelacía tanto como si estuviesen encargados del oficio de lavar los pies a los hermano».

La esperanza que os anuncio no es otra que Jesucristo. Como he recogido en mi lema episcopal y en mi escudo, Cristo lo es todo. No una cosa más. No algo opcional. Lo es todo. Porque en Él se nos ha revelado lo más hermoso que nuestro corazón sueña como la más noble exigencia y que no somos capaces de amasar con nuestras manos ni dar respuesta con nuestra buena voluntad. Cristo lo es todo. La Verdad que nos hace libres, la Bondad que nos devuelve la inocencia, la Belleza que nos salva. Para esta redención se encarnó como nuestro Hermano sin dejar de ser el eterno Hijo de Dios, naciendo del Sí que hizo la Virgen a María. Y Cristo es para todos. Los santos y los pecadores, los sencillos y los opulentos, los creyentes de un Dios vivo y los que se postran ante los ídolos de ahora y de siempre. Cristo es todo en todas las cosas. Cristo es todo para toda persona. La frase paulina de la carta a los Colosenses «Cristo es todo en todas las cosas» (Christus omnia in omnibus), la vivió San Francisco hondamente y la propuso con sus palabras: «Mi Dios y mi todo» (Deus meus et omnia).

Concluyo mis palabras con un saludo a los amigos que han venido desde lejos para estar esta mañana con nosotros en mi inicio de pontificado en Oviedo. Permitidme que salude a los que desde las queridas Diócesis de Huesca y de Jaca me están acompañando en estos primeros momentos de mi andadura como arzobispo de Oviedo: tantas cosas vividas, hermosas y verdaderas, quedan en nuestro recuerdo, en nuestra plegaria y en nuestra tarea. Os repito lo dicho tantas veces estos días: porque no nos separemos, llevadme en vuestro corazón que yo en mi corazón os llevo.

Igualmente los que habéis venido desde Toledo, desde Ávila o desde Madrid, cada uno con vuestro nombre y fecha en la que entrasteis a formar parte de mi vida y amistad. Gracias por vuestra preciosa compañía desde la Conferencia Episcopal, la Facultad de Teología San Dámaso, la familia Franciscana, la Prelatura del Opus Dei, el Camino Neocatecumenal, los movimientos de Acción Católica, de Comunión y Liberación, de los Focolares y de Schönstatt.

Gracias a los que venís desde más lejos en Alemania o Austria: Den Freunden, die aus Österreich und aus Deutschland kommen, meine Dankbarkeit für Eure nette Geste, mich mit Eurem Gebet und Eurer Anwesenheit zu begleiten. Mögen der Herr und unsere
“Santina” Euch eine glückliche Heimreise gewähren. Danke schön für alles. Friede und Heil.

Y a los que venís desde Italia: Cari amici pervenuti da Roma, vi ringrazio vivamente per questo gesto veramente fraterno ed amichevole. Grazie della vostra preziosa compagnia verso la fedeltà al Signore nella sua Chiesa. Prego affinché il Signore e la nostra “Santina” vi permettano tornare bene a casa. Grazie di tutto. Pace e Bene.

Gracias, finalmente, a mi nuevo pueblo asturiano, a cuantos estáis aquí y a cuantos estarán siguiendo en toda España esta celebración a través de los medios de comunicación social. Un abrazo lleno de afecto al Obispo Auxiliar, al Colegio de Consultores y a todo el presbiterio diocesano, especialmente a nuestros misioneros. El Señor nos ilumine para encontrar los caminos adecuados para seguir remando mar adentro en esta travesía eclesial de nuestro espacio y nuestro tiempo, finalizando el Sínodo que tuvo ya su comienzo. A los seminaristas también mi gratitud por la fidelidad al Señor, pues en vuestro sí está la esperanza de nuestro pueblo. Igual a las comunidades de
vida consagrada con todos vuestros carismas y encomiendas, poniendo el alma del Espíritu en el cuerpo de nuestra tierra. A los muchos laicos cristianos, comprometidos con el Evangelio que anuncia la Iglesia, también gracias. Especialmente a cuantos colaboráis en el campo de la catequesis, la acción social caritativa desde Cáritas, Manos Unidas, Conferencias de San Vicente de Paúl, Mensajeros de la Paz, mi gratitud en este tiempo de inclemencia económica y moral. A los ancianos, a los  enfermos, gracias por vuestro testimonio y vuestra sabiduría.
 
A los jóvenes y a los niños, para no que cesen de escucharse vuestras preguntas y para que os abráis a las respuestas que Dios os brinda en su Iglesia, gracias. El esfuerzo inmenso para preparar esta celebración merece mi reconocimiento más rendido de una gratitud más inmensa aún: al Cabildo de la Catedral, los organizadores, los voluntarios, la “Schola Cantorum”, y los que cubren esta celebración como periodistas: a todos gracias.

Santina de Cuadonga, ayúdamos n’el camín pa’llegar al to Fíu
Presurosos salgamos al encuentro. El Señor os bendiga y os guarde.

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