- Las Clarisas apoyan a los peregrinos del Camino de
Santiago
- El arzobispo franciscano Jesús Sanz Montes: buena
ventura
- "La presencia franciscana en la Amazonía"
- Cuarto centenario de la muerte de San Francisco
Solano
- Las Clarisas de Lima graban un CD con música coral
- La abadesa de la Clarisas de Lerma habla sobre su
vocación
- Próxima canonización de una clarisa: la beata
Camila Bautista Varano
- La Cruz de los jóvenes en el Colegio San
Buenaventura de Madrid
- La Cruz de los jóvenes en una parroquia
franciscana de Madrid
- Los franciscanos con la JMJ de Madrid 2011
- Nuevo obispo franciscano capuchino
- Medalla de Oro a las Franciscanas Misioneras de la
Natividad
- Ostensión del Cuerpo de San Antonio, en Padua, del
15-20 febrero
- Fray Jesús Sanz Montes, nuevo arzobispo de Oviedo
(España)
Las Clarisas
apoyan a los peregrinos del Camino
de Santiago
|
(www.icalnews.com) Dentro de
unos días abrirá sus puertas el
albergue del Convento de Santa
Clara de Carrión de los Condes,
que lleva 28 años dando acogida
a los peregrinos. “Queremos
ofrecerles un lugar de descanso
del alma y del cuerpo”, señala a
través de una doble reja sor
María Inmaculada, una de las
diez monjas que reside en el
monasterio y que ofrece ayuda
espiritual a todos los
caminantes que lo solicitan. La
religiosa destaca que “el Camino
es muy duro” y que su
“obligación” es ofrecer a todo
el que llama a su puerta “un
buen recibimiento y buenas
palabras”. |
El arzobispo
franciscano Jesús Sanz Montes: buena
ventura
|
San Buenaventura refiere, en el
prólogo de la Leyenda mayor,
que, siendo niño, fue librado de
la muerte al suplicar su madre
la intercesión de San Francisco
de Asís, ya glorificado. De ahí
que, como muestra de gratitud,
el fraile de Bagnoregio
escribiera años más tarde una
biografía del Poverello que, con
el paso del tiempo, y debido al
prestigio intelectual y
espiritual del autor, acabaría
imponiéndose sobre las demás.
La recuperación de la salud
corporal del pequeño Juan de
Fidanza tuvo lugar, según se
cuenta, en el transcurso de una
aparición de San Francisco,
quien, ante el niño ya sano,
exclamó: «¡Buena ventura!». Y
este fue el nombre que adoptó
cuando, en su juventud, ingresó
en la Orden franciscana, de la
que se dice fue segundo
fundador. San Buenaventura nació
hacia 1217 en Bagnoregio, una
pequeña localidad próxima a
Viterbo. Tras haber ingresado en
la Orden de los Hermanos Menores
en París se dedicó en cuerpo y
alma al estudio, logrando
armonizar ciencia y fe de manera
excelente. De ahí que haya sido
declarado doctor de la Iglesia y
otorgado el título de doctor
seráfico. |
Elegido ministro general de la
Orden y, más tarde,
cardenal-obispo de Albano, sus
cualidades para el gobierno no
fueron menos apreciadas que las
intelectuales, tanto por la
Orden como por la Iglesia en
general, pues era hombre de
acción, equilibrado y simpático.
Dante Alighieri lo incorporó a
la Divina Comedia, y, en el
Canto 12 del Paraíso, le hace
decir: «Yo soy el alma de
Buenaventura de Bagnoregio, que
en los altos cargos siempre
pospuse los cuidados
temporales». Y así fue: en las
tareas de gobierno antepuso
siempre el bien espiritual de
los que le fueron encomendados a
cualquier otra cosa.
El tratado más conocido de
cuantos ha escrito San
Buenaventura es Itinerario de la
mente (alma) a Dios, en el que
expone el método para llegar por
las creaturas al creador y desde
la especulación hasta la
contemplación. Concebido durante
una estancia en el monte
Alvernia, adonde se había
retirado en busca de calma,
logró hacer una original
síntesis de San Agustín y
Dionisio Areopagita, presentando
a Cristo crucificado como el
único camino que conduce a la
paz.
Monseñor Jesús Sanz Montes,
arzobispo de Oviedo, ha sido
coeditor de una traducción
española de esta obra y de otras
cuatro, escritas también por San
Buenaventura, de temática afín:
Incendio de amor, Soliloquio, El
árbol de la vida, De la vida
perfecta. Son versiones al
castellano que logran que el
lector se adentre con agrado en
la doctrina del doctor seráfico.
El arribo de fray Jesús a Oviedo
con las obras de San
Buenaventura en su zurrón de
pastor constituye un hecho que
merece ser destacado. En primer
lugar, porque se halla en las
mejores condiciones para
explicar a sus diocesanos la
estructura de pensamiento del
actual Papa, quien, en 1957,
elaboró una tesis sobre la
teología de la historia en San
Buenaventura, con el fin de
obtener la habilitación para la
libre docencia en Múnich. Cuando
en el año 2000, el entonces
cardenal Ratzinger fue investido
miembro de la Academia
Pontificia de Ciencias, evocó en
su discurso los inicios de su
formación teológica y señaló
cuán importantes habían sido
para él San Agustín y San
Buenaventura.
En segundo lugar, porque en la
escuela del fraile de Bagnoregio
se descubre, en toda su belleza,
hasta qué punto la fe cristiana
es amiga de la inteligencia, y
que la potencialidad que en ésta
se encierra halla en el
entendimiento humano iluminado
por Dios su plena realización.
En tercer lugar, porque la
lectura creyente de la Sagrada
Escritura, o lectio divina, se
ha convertido en un objetivo
eclesial prioritario. Monseñor
Jesús Sanz Montes, por sus
estudios sobre San Buenaventura
y sobre espiritualidad medieval,
conoce bien los grados de esa
escala por la que se asciende
desde la lectura meramente
científica de la Biblia hasta la
teologal y pastoral.
Así pues, un arzobispo que en su
bagaje trae los recursos
intelectuales que han de ayudar
a los católicos asturianos a
entender mejor la «forma mentis»
de Benedicto XVI -el mejor
teólogo en lo que llevamos de
siglo-, a conciliar fe y razón y
a adiestrarse en el método
idóneo para leer el libro
sagrado, ya sólo por esto, amén
de otras cualidades, merece un
esperanzado y franciscano
saludo: ¡buena ventura!
DE: JORGE JUAN FERNÁNDEZ
SANGRADOR CANÓNIGO DE LA
CATEDRAL DE OVIEDO en www.lne.es |
"La presencia
franciscana en la Amazonía"
|
miércoles, 17 de febrero de 2010
(www.diariolaregion.com) Los
misioneros Franciscanos se
juntaron en el 2do seminario
internacional denominado "La
presencia Franciscana en la
Amazonía" para analizar la
problemática de los pueblos de
la selva peruana y comprometerse
a seguir brindando apoyo a las
comunidades rurales más pobres. |
En esta actividad, que se
realiza en el Vicariato de
Caritas, están participando
alrededor de 50 delegados de
América Latina, EE. UU, Canadá,
España y Roma del secretariado
general de la Evangelización
Misionera y de la Comisión de
Justicia, paz e integridad de la
creación (JPIC) de la Orden
Franciscana.
El encuentro tiene como
objetivos conocer la realidad de
Amazonas Continental, hacer
memoria de la presencia
franciscana existente y del
camino reciente de reflexión
sobre el tema y ofrecer
criterios y elementos para un
proyecto franciscano, ideal y
concreto para el Amazonas.
"Hemos visto que la Amazonía
está abandonada por sus Estados
y por la Iglesia, por eso
queremos buscar alianzas para
brindar más servicio y
colaboración a las comunidades
indígenas.Nos vamos a reanimar
juntos en este proyecto integral
continuando la benemérita labor
de tantos hermanos y hermanas
misioneros que nos han dado
testimonio de entrega y heroísmo
a lo largo de varios siglos y
que en los últimos años nos
sentíamos olvidados y
abandonados", manifestó el
Obispo del Vicariato San José
del Amazonas, Monseñor Alberto
Campos. El franciscano afirmó
que este seminario sirve para
intercambiar experiencias y al
término firmarán un documento
comprometiéndose a incrementar
el apoyo social a las
comunidades indígenas
selváticas. (MC). |
Cuarto
centenario de la muerte de San
Francisco Solano
|
(Lima. El
Año Jubilar por el Cuarto
Centenario de San Francisco
Solano (1576 -1610), predicador
incansable que durante el siglo
XVI tuvo una labor
destacada en la evangelización
del Perú y América, la familia
franciscana fue inaugurado ayer
domingo 14 de febrero con
ceremonia protocolar realizada
en la Basílica de San Francisco
de Jesús.
El domingo 14 de febrero la
Iglesia Católica y especialmente
la familia franciscana inauguró
En las ciudades donde nació y
murió el religioso andaluz,
Montilla (España) y Lima (Perú)
respectivamente, hay un ambiente
de regocijo para recordar y
homenajear a este franciscano
que ha sido llamado
el "fraile santo" y "el
taumaturgo de América". Como
dato anecdótico, el Inca
Garcilaso de la Vega, está
sepultado en Montilla y el año
pasado se conmemoraron cuatro
siglos de la publicación de sus
"Comentarios Reales |
La biografía de San Francisco
Solano está llena de episodios
intensos. Al culminar sus
estudios escolásticos en España,
recorrió inicialmente las
ciudades españolas de Córdoba,
Sevilla y Granada, para después
embarcarse a América. Arribó
inicialmente a Cartagena,
Portobelo y Panamá, y luego se
estableció en la capital del
Virreinato del Perú.
Desde Lima se le ordena
trasladarse al norte de
Argentina: Tucumán, Córdoba, La
Rioja, y después hacia Paraguay
y Uruguay, sorteando peligros y
adversidades en los caminos. Los
indios lo querían y lo adoraban
como a su rey, diciéndole "Tupá".
En el Perú trabajó en Lima,
Trujillo y Cusco, donde existe
un testimonio pictórico de su
presencia.
Para una mayor eficiencia de su
labor predicadora San Francisco
Solano se empeñó en el estudió
de las lenguas nativas,
especialmente el quechua y el
guaraní, que llegó a dominar a
la perfección. Era músico, poeta
y trovador, pues en sus andares
solamente llevaba consigo sus
libros y un violín, en realidad
un rudimentario instrumento de
dos cuerdas que tañía con un
palito. Levantaba iglesias,
organizaba municipios, bautizaba
e instruía en la doctrina de
Cristo, recorriendo cárceles y
hospitales. Son incontables los
milagros que se le atribuyen.
San Francisco Solano, cuya
fiesta se celebra el 24 de julio
de cada año, es vice patrono de
América, patrono del folclore
argentino y de la Arquidiócesis
de Córdoba, además patrono de
los toreros. Debido a su labor
en tierras peruanas, la orden
franciscana creó en su memoria
una provincia denominada
Provincia Misionera de San
Francisco Solano del Perú.
El día de su muerte, 14 de julio
de 1610, comenzaron las
investigaciones sobre su vida y
obra, que habrían de llevar a su
posterior beatificación por el
papa Clemente X en 1675 y su
canonización por el papa
Benedicto XIII en 1726. Sus
restos descansan en la Basílica
de San Francisco de Jesús en
Lima. El superior actual y
rector de la Basílica de San
Francisco de Jesús (Lima), padre
Anselmo Díaz ha preparado un
nutrido programa para estos
meses.
(www.elregionalpiura.com.pe) |
Las Clarisas
de Lima graban un CD con música
coral
|
(www.noticiastrujillo.com)
lunes, 15 de febrero de 2010
Lima.- “Música coral e
instrumental del siglo XVIIIXIX
y XX” se denomina el disco
compacto que acaban de editar y
grabar las monjas del clausura
del Monasterio Santa Clara de
Lima. La recaudación que genere
su venta será destinada a la
conservación del Monasterio de
Santa Clara, monumento
arquitectónico virreinal ubicado
en los Barrios Altos. |
El disco sale en circulación al
mercado nacional con motivo de
la celebración de los 800 años
de fundación de la orden de
Santa Clara (1212- 2012). Ha
sido grabado íntegramente en
Lima con participación coral de
las hermanas clarisas, quienes
llevan una vida conventual
dedicada íntegramente a la fe
cristiana: oración, trabajo,
adoración a Dios en el templo,
catequesis y acción social.
Para realizar este disco el coro
del Monasterio de Santa Clara
tuvo como director al maestro
Jorge Senmache y contó con la
participación del pianista David
Castro Falcón, los ingenieros de
sonido Antonio Núñez y Jesús
Aurozo, y el asistente Julio
Benavides. Además se contó con
la cooperación del Instituto
Superior Orson Welles.
El disco contiene once
composiciones de los siglos
XVIII y XIX dedicadas a San
Francisco de Asís y a Santa
Clara, patrona de la Orden
Franciscana, cuyas partituras se
conservan en el convento:
“Tantum ergo”, “Salve Clara, luz
del mundo”, Plegaria a San
Francisco”, “Oración de la
tarde”, “Cual avecilla”, “Gloria
a Francisco”, “Pan de la
pobreza”, “Santa Clara dulce y
pura”, “Salve a ti Francisco”,
“Himno a la inmaculada
concepción” e “Himno a Santa
Inés”.
Santa Clara nació en Asís en
1193 y murió en 1253. Siguió a
San Francisco en el camino de la
pobreza evangélica y fue madre y
fundadora de la Segunda Orden
Franciscana denominada clarisas
o señoras pobres. Se ha
catalogado la vida conventual de
estas monjas como “la fecundidad
de la vida escondida”.
Quienes deseen adquirir este
disco pueden acercarse al
Monasterio de Santa Clara: Jr.
Jauja. También pueden pedir
información al teléfono (01)
3281652, o al correo
electrónico: santaclara_lima@yahoo.es
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La abadesa de
la Clarisas de Lerma habla sobre su
vocación
|
(www.religionenlibertad.com)
Sor Verónica explica los
motivos que le hicieron entrar
en el Monasterio de Lerma. ReL
ofrece en exclusiva un
testimonio iluminador y único de
la que es considerada el "alma
mater" de ese milagro
vocacional llamado Lerma: Sor
Verónica. Más de 130 monjas
jóvenes, la mayoría con carrera
universitaria, venidas de toda
España, conforman la comunidad
de clarisas de Lerma,
iniciadas en la vida religiosa
por la citada monja.
Sor Verónica, maestra de
novicias del Monasterio de las
Hermanas Clarisas de Lerma
(Burgos) durante muchos años, y
auténtica alma mater de ese
"milagro" vocacional único en
España, ha explicado por primera
vez en un libro titulado "Ven y
verás", los motivos que le
hicieron consagrarse a Dios como
religiosa de clausura. |
La llamada
María José Berzosa, de nombre
civil, entró el 22 de enero de
1984 en el Monasterio de Lerma
consagrándose como Verónica
María. No precisa el momento que
se sintió llamada a entregarse
completamente a la vida
religiosa: "No sé un momento
puntual en que Él me llamara; me
puse a seguirle. Me coloqué en
la fila de los cristianos y de
los consagrados, y aquí estoy,
en la Iglesia de Cristo".
"Cristo: mi amor"
"Al conoce a Cristo -señala Sor
Verónica- mi Vida, mi Amor y mi
Salud, no pude más que abrazarle
y no querer soltarle jamás. Él
ha crecido en mí, y yo he
crecido en Él, y no pude más que
elegirle como el amor de mi
juventud: Señor mío y Dios mío,
mi inseparable vivir. Él es mi
identidad, Él es mi destino y mi
vocación".
"¿A quién voy a seguir?"
Sor Verónica subraya que "todo
mi ser de mujer ha quedado
fascinado y cautivado por esta
promesa y realidad: ¡He sido
creada a imagen y semejanza de
Cristo! ¿A quién voy a seguir?
Sólo a Él, mi único e
incomparable".
"Ser cristiana es lo mejor
que me ha pasado"
"Ser cristiana es lo mejor que
me ha podido pasar en esta vida
-dice la religiosa-. Sólo en los
cristianos he visto hecha carne
la Vida que me fascina. ¿Qué
tienen los cristianos para que
así me cautiven?".
Hombres libres
Sor Verónica responde con
contundencia: "Vi hombres libres
y creí en la libertad. Me
encantan los cristianos, porque
en cada acontecimiento, lo
entiendan ahora o más tarde,
abrazan a Dios que sale al paso
de su libertad siempre con un
designio salvador, para
levantarles a una altura
insospechada, a la altura del
Espíritu".
Fecundidad
"Me fascina ver cristianos
libres en la salud de Cristo
-escribe- que saben vivir con
tanta vitalidad, con tanta
fuerza y ánimo, con dignidad y
elegancia, con belleza y
armonía. Veo tanta fecundidad en
ellos que me apasiona vivir
entre cristianos en los que
encuentro inmensas
posibilidades, divinas
posibilidades que el hombre sin
Dios no puede ni vivir ni
ofrecer".
Por último, Sor Verónica
subraya: "Soy gracias a Cristo y
a la Iglesia".. |
Próxima
canonización de una clarisa: la
beata Camila Bautista Varano
|
CIUDAD DEL VATICANO, 12 FEB 2009
(VIS).-El viernes, 19 de
febrero, a las 11,00, en la Sala
del Consistorio del Palacio
Apostólico Vaticano, tendrá
lugar un consistorio ordinario
público para la canonización de
varios beatos, entre ellos:
-Battista Varano, en el siglo
Camilla, virgen, monja de la
Orden de Santa Clara.
Datos biográficos: Beata Camila
Bautista Varano. Virgen
religiosa de la Segunda Orden
(1458‑1524). Gregorio XVI el 7
de abril 1843 aprobó su culto.
Podemos imaginarnos las fiestas
que saludaron en Camerino, alta
y luminosa en la gran cresta de
los Apeninos a la primogénita
del señor de la ciudad el
9 de abril de 1458, a la cual se
le puso el nombre de Camila. |
Su padre, Julio César Varano, y
su madre, Juana, de la familia
Malatesta, soñaban para ella un
matrimonio espléndido, con algún
gran señor de una ciudad vecina,
o un Montefeltro, o un
Vitelleschi, o un Sinibaldi,
tanto más cuanto que Camila
crecía con muy buen aspecto y de
inteligencia despierta.
“Todo el tiempo, escribiría
después, lo pasaba en serenatas,
bailes, paseos, en vanidades y
en otras cosas juveniles y
mundanas que de éstas se
siguen”. Pero en la vida de la
joven, bella y culta Camila
Varano, princesa de Camerino,
había un pequeño secreto que
solamente ella conocía. Pidió a
su padre permiso para entrar no
en un palacio señorial, sino en
un pobrísimo convento donde se
seguía la dura regla de Santa
Clara.
Después de una prolongada y
obstinada resistencia, Julio
César Varano debió plegarse a la
firme decisión de su hija. Con
la muerte en el corazón permitió
que su Camila entrara en Urbino,
no como princesa esposa de un
príncipe, sino con los pies
descalzos, para encerrarse en un
convento de clarisas, donde tomó
el nombre de Sor Bautista. Su
padre, para calmar su orgullo
herido, no pudo hacer otra cosa
que restaurar y ampliar, en
Camerino, el monasterio de Santa
María Nuova, y tener así más
cerca a su hija, en adelante
para siempre esposa de Jesús.
Entre los secretos muros de
aquel monasterio Sor Bautista
Varano tuvo visiones y
revelaciones, que su padre
espiritual le obligó a escribir.
Así nacieron en la intimidad de
la celda, aquellas obras que
debían hacerse famosas en la
literatura mística del 500 :
“Los dolores mentales de Jesús”,
“La vida espiritual”, “Las
consideraciones sobre la
pasión”,“El tratado de la pureza
del corazón”, las “Oraciones” y
las “Poesías”.
Mientras la clarisa llevaba su
propia vida en la contemplación,
César Borgia asaltaba la ciudad
de Camerino, asesinando
despiadadamente a Julio César
Varano y a sus dos hijos. Sor
Bautista tuvo para ellos
lágrimas secretas, orando desde
lejos, pero perdonando al
asesino. Su máxima era : “Hacer
el bien y sufrir el mal”, y
sufrirlo no solos, sino con
Jesús en la cruz. Murió en
Camerino el 31 de mayo de 1524 a
la edad de 66 años. |
La Cruz de la
JMJ en el Colegio San Buenaventura
de Madrid
|
El Colegio
san Buenaventura de Madrid,
regentado por los Franciscanos
Conventuales desde 1966, ha
recibido la Cruz y el Icono de
la Virgen que el Papa Juan Pablo
II encomendó a los jóvenes en
1984 para que fuese llevada por
todo el mundo como signo de que
sólo en Jesucristo está la
salvación de todo ser humano. |
|
La Cruz de los
jóvenes en una parroquia franciscana
de Madrid
|
La
parroquia de Ntra. Sra. del
Rosario ha acogido la Cruz que
el Papa Juan Pablo II encomendó
a los jóvenes del mundo tras el
Año Santo de 1984. Es la Cruz de
las Jornadas Mundiales de la
Juventud, que está recorriendo
la diócesis de Madrid, en
preparación de las JMJ que se
celebrarán en agosto de 2011 en
dicha ciudad. |
|
Los
franciscanos con la JMJ de Madrid
2011
Nuevo obispo
franciscano capuchino
|
CIUDAD DEL
VATICANO, 30 ENE 2010 (VIS).-El
Santo Padre: -Nombró al padre
Calogero Peri, O.F.M. Cap.,
obispo de Caltagirone
(superficie 1.551, población
153.038, católicos 149.827,
sacerdotes 91, religiosos 143,
diáconos permanentes 10) en
Italia. |
Fr. Calogero Peri, nació en Salemi,
provincia de Trapani y diócesis de
Mazara del Vallo, el 16 de junio del
1953. Ingresó en el noviciado de
Calascibetta en el 1969. El 7 de
octubre de 1970 emitió la profesión
temporal y el 4 de octubre de 1976
la perpetua. Se ordenó de sacerdote
el 9 de diciembre de 1978 en
Palermo. Hizo los estudios de la
escuela primaria y el bachillerato
con los Padres Capuchinos, y luego
continuó con los estudios
teológicos, en el entonces Instituto
Superior de Ciencias Religiosas "S.
Juan Evangelista" en Palermo. Obtuvo
la licencia en Filosofía en la
Pontificia Universidad Gregoriana y
continuó con estudios más
especializados en París. Ha
desarrollado los siguientes cargos:
Asistente de Filosofía en la
Facultad teológica de Palermo del
1981 al 1985; Profesor Invitado de
Filosofía en la Facultad Teológica
de Palermo del 1985 al 1991;
Profesor Encargado de Antropología
Filosófica, Metafísica, Teología
Filosófica, Eclesiología y
Antropología del 1991 al 2002;
Consejero Provincial del 1989 al
1995; Superior del Convento de
Palermo del 1989 al 1995; Ministro
Provincial del 1995 al 2001; Vicario
e Vice Maestro en la Casa del Post-Novizcado
Cappuccino di Palermo dal 2001 al
2004. Dal 2004 ricopre nuovamente
l’incarico di Ministro Provinciale e
dal 2009 è Vice Preside della
Facoltà Teológico de Sicilia. Es
autor de artículos y publicaciones
de carácter espiritual, filosófico y
teológico.(www.ofmcap.org)
Medalla de Oro
a las Franciscanas Misioneras de la
Natividad
|
Entrega de la Medalla de Oro de
Santo Toribio de Mogrovejo a la
Congregación de Hermanas
Franciscanas Misioneras de la
Natividad de Nuestra Señora
(Darderas) por su trabajo en favor
de la Iglesia en el Perú.
La Conferencia Episcopal Peruana
hizo entrega el viernes 29 de enero
de la Medalla de Oro de Santo
Toribio de Mogrovejo a la
Congregación de Hermanas
Franciscanas Misioneras de la
Natividad de Nuestra Señora (Darderas)
en reconocimiento a los servicios
prestados a la Iglesia en el Perú
durante cincuenta años (1959-2009).
La ceremonia tuvo lugar en Lima
durante la celebración de la 95º
Asamblea Plenaria de los Obispos, en
el auditorio del Episcopado Peruano
y fue presidida por Monseñor Miguel
Cabrejos Vidarte, ofm, Presidente de
la Conferencia Episcopal Peruana.
Recibieron la medalla en nombre de
la Congregación las Hermanas María
Isabel González Alonso, Delegada de
la Congregación en América, y Hna.
Mª Dolores Pilas Serrano, fundadora
de la primera misión de la
Congregación en la amazonía peruana
(a.1959) y activa colaboradora en el
servicio a los enfermos y a los
pobres en el Perú hasta el momento
presente.
El homenaje fue recibido en
agradecimiento a todas las hermanas
que han pasado por el Vicariato
Apostólico de Requena, y por las
diócesis de Lima y Callao. M. María
Isabel González agradeció en nombre
de la Congregación a todos los
Obispos por esta deferencia,
haciendo una pequeña reseña de
nuestro servicio apostólico y misión
en la selva amazónica y Callao.
Ostensión del
Cuerpo de San Antonio, en Padua, del
15-20 febrero
Del 15 al 20
de febrero se podrán ver y venerar los
restos de San Antonio de Padua, antes de
volver a la restaurada Capilla del Arca,
donde reposan desde hace siglos.
Es un
momento especial de gracia y bendición. |
|
Fray Jesús
Sanz Montes, nuevo arzobispo de
Oviedo (España)
|
HOMIILIIA
EN EL
IINIICIIO
DEL MIINIISTERIIO
EPIISCOPAL
EN LA ARCHIIDIIOCESIIS
DE OVIIEDO
Santa
IIgllesiia
Catedrall
Basíílliica
Metropolliitana,,
30 de enero de 2010
Queridos
Sres. Cardenales, Sr. Nuncio de
su Santidad en España, Sres.
Arzobispos Obispos que han
querido acompañarme en este día
con verdadero afecto de hermanos
y a quienes resultándoles
imposible asistir se han unido
con su oración. Un Obispo es
siempre Sucesor de los
Apóstoles, no Sucesor de los
anteriores Sucesores, pero me
toca en suerte y gracia poder
saludar con gratitud y afecto a
quienes inmediatamente antes que
yo han estado al frente de esta
Iglesia arzobispal de Oviedo:
Mons. Carlos Osoro y Mons.
Gabino Díaz Merchán, al igual
que al Obispo Administrador
Diocesano Mons. Raúl Berzosa. A
todos ustedes mi saludo cordial
compartiendo la solicitud por
toda la Iglesia Universal en
comunión con el querido Santo
Padre Benedicto XVI, a quien
vuelvo a agradecer la inmerecida
deferencia de nombrarme
Arzobispo Metropolitano de la
Iglesia del Señor que peregrina
en Asturias. |
El Mandatario
destacó la figura del fundador
de la orden señalando que fue un
hombre extraordinario, que supo
cuidar de los leprosos, predicar
entre los musulmanes, que fue
mártir de su esfuerzo y su
trabajo, víctima de un accidente
por pedir limosna para los más
pobres y al cual el Perú le debe
un monumento especial.“San
Francisco de Asís ha dejado una
huella imborrable en el corazón
de todo cristiano y no cristiano
que conozca de sus trabajos unar
instrumentos musicales y también
a defenderse de los encomenderos
que los explotaban. Me es muy
grato poder saludar al Ministro
General de la Orden Franciscana,
así como al Ministro Provincial
de Santiago de Compostela y al
representante del Ministro
Provincial de Castilla. En
vosotros veo a todos los
hermanos y hermanas de mi
familia religiosa que desde
tantos rincones del mundo me han
felicitado asegurándome su
oración y cercanía en este día.
Igualmente al Presidente
Nacional de CONFER y a la CONFER
asturiana. Estáis aquí
sacerdotes, consagrados y fieles
laicos que desde los lugares en
los que he vivido y servido a
Dios y a su Iglesia os habéis
hecho presentes en nuestra
celebración. A todos: gracias.
Con especial emoción saludo a mi
familia y a mis amigos más
íntimos. Vuestros rostros y
vuestros nombres son para mí la
memoria más viva de cómo Dios me
ha sostenido de tantos modos
regalándome vuestra compañía
como una preciosa ayuda que me
permite caminar con paz y
confianza hacia el destino para
el que fui creado. Tengo
presentes sentidamente a mis
padres, cuyo eterno descanso en
la paz del Señor volveré a pedir
en esta Eucaristía.
Me dirijo muy agradecido a las
Autoridades del Principado de
Asturias, a la Sra. Presidenta
de la Junta General, Sr.
Delegado del Gobierno en
Asturias, Sr. Alcalde de Oviedo
y miembros de la corporación
municipal y a la Sra. Consejera
de la Presidencia, Justicia e
Igualdad del Gobierno del
Principado, así como al resto de
Autoridades civiles, judiciales,
académicas y militares que nos
acompañáis. Especialmente me
complace saludar al Sr. Alcalde
de la ciudad de Jaca. Con todos
Vds. comparto una vocación de
servicio a las personas
concretas a través de la entrega
personal y de las Instituciones
que representamos. Cuenten
conmigo como un colaborador leal
y cordial.
Para el bien de nuestros
ciudadanos respeten íntegramente
sus vidas y garanticen en todos
los campos su libertad. Somos
herederos de una rica y secular
tradición que tiene
inequívocamente raíces
cristianas, y que en el paso de
los siglos ha creado cultura, ha
emanado leyes y derechos para
asegurar la justicia y la
dignidad. Entiendo que
deberíamos ayudarnos a reconocer
y tutelar todo este legado, en
el respeto de nuestras
competencias y legítimas
posturas, buscando el bien de
nuestra gente. Cuenten con mi
disponibilidad y amistad
respetuosa.
Agradezco la presencia de
nuestros amigos de los medios de
comunicación social y la amable
cobertura que han venido
haciendo desde que se hizo
público mi nombramiento. Quiera
Dios que demos motivo para las
buenas noticias de las que todos
estamos tan necesitados, y que
vosotros acertéis a contarlas
con hondura y verdad. Estoy a
vuestra disposición.
Esta mañana hemos escuchado de
nuevo sin monótonos zumbidos la
campana de esta catedral de El
Salvador de Oviedo. Al mirar su
torre esbelta nos ha vuelto a
dibujar esa espléndida
descripción de Clarín, D.
Leopoldo, en su célebre novela
ambientada en estas corradas
astures. Sí, esta torre es un
poema romántico de piedra,
delicado himno, de dulces líneas
de belleza muda y perenne… y
tampoco nosotros nos fatigamos
de contemplar lo que este dedo
de filigrana arquitectónica nos
señala al indicar el cielo de
Asturias.
He vuelto a quedar prendado de
una tierra que apenas ayer
pisaba casi por vez primera al
entrar en nuestra Diócesis por
Colombres, siendo acogido por
tanta buena gente que me
acompañaba desde Huesca y Jaca y
que me esperaba de nuestra
tierra asturiana, mientras
comenzaba así a dejar atrás, muy
atrás los Pirineos aragoneses.
Y así, entre montañas que
cambian, entre caminos que se
quedan en pos, y una historia
episcopal fresca e imborrable en
las Iglesias del Alto Aragón,
llego esta mañana aquí para
decir mi sí al Señor que me
trae, mi sí a esta Iglesia
que me acoge, mi sí al Misterio
que se hace camino y caminante a
la vez en la circunstancia
concreta que enmarca una
biografía que tiene origen, que
tiene un itinerario lleno de
nombres y acontecimientos, y que
tiene también edad.
He ido siempre por la vida como
un cristiano que se sabe
peregrino, allí por donde Dios
me iba conduciendo. Nunca he
sido yo quien ha tomado con el
Señor la iniciativa, sino sólo
Él quien ha ido marcándome el
tiempo y el lugar. Y puedo decir
que jamás mi felicidad ha sido
burlada, usada o mentida, sino
que más bien todas las
exigencias de mi corazón han
encontrado en la paciente y
paterna compañía del Buen Dios,
no un rival sino el más dulce,
el más respetuoso y el más fiel
cómplice de aquello para lo que
fui nacido.
Así vengo a vosotros, queridos
hermanos e hijos de Asturias, en
esta vetusta diócesis ovetense.
Como en otros tramos de mi
camino ha sucedido, vengo
sencillamente en el nombre del
Señor: no tengo otras
credenciales. Y por este motivo
os decía en mi primer saludo al
hacerse público mi nombramiento
como nuevo arzobispo de Oviedo,
que una vez más experimento la
desproporción ante algo que no
es fruto del cálculo ni tiene mi
medida. Es el misterio por que
el que Dios va tejiendo la trama
de nuestra historia con los
hilos de nuestra libertad.
No es la desproporción que nace
del miedo, sino la que brota de
la conciencia de una paradoja:
que Dios quiere ajustar lo
infinito a mi pequeñez
haciéndome así tu testigo. Y
entonces te viene la duda, o
crees que no has entendido, o
que al llamarte y confiarte
semejante cometido se equivocó
Él. Pero resulta que, una vez
más, Dios hace cosas grandes a
través de una humildad no
fingida. La desproporción no era
un castigo o una burla, sino un
sencillo camino: el que Dios nos
brinda para que en nuestra
pequeñez sea manifiesta y
patente su grandeza.
El bellísimo texto del Cantar de
los Cantares que hemos escuchado
en la primera lectura y que ha
encontrado tan precioso eco en
el salmo responsorial, es una
hermosa provocación que nos hace
mirar con serena confianza esa
desproporción: los inviernos de
la vida en sus tragedias y las
lluvias de las inclemencias
todas llega un momento en el que
sencillamente terminan. Y sin
poderlo prever, sin jamás
merecerlo, de pronto los campos
de nuestra esperanza se visten
de las flores más floridas, y el
arrullo de la tórtola nos avisa
de que en los campos los frutos
están listos para la poda
mientras se llenan de dulzura
las higueras y de perfume
nuestras viñas.
Si acertásemos a contar esta
historia poniendo nombre a la
esperanza que la habita,
haríamos de nuestra predicación,
de nuestra solidaria caridad, de
nuestra audaz y respetuosa
rebeldía un verdadero anuncio de
Buena Noticia. Como Jesús el
Señor que pasando haciendo el
bien con mayúsculas, iba
abrazando a cada cual en su
llanto o en su sonrisa, en su
sincera fe, en su indiferencia o
en su fuga suicida.
Anunciar, sí, anunciar el
evangelio que la Iglesia de
Cristo ha recibido, ha
proclamado, ha defendido y ha
testimoniado. Esta es la
revolución siempre nueva y
siempre pendiente en cada
generación de nuestra humanidad.
Sin caer en la presentación de
un anuncio abstracto que no
logra abrazar las preguntas y
las necesidades de la gente, o
de una sesgada denuncia que
termina siendo crítica disidente
llena de tristeza y de
esterilidad. Como dijo un
testigo de nuestros días, el
fundador de Schönstatt, Padre
Josef Kentenich, hemos de tener
nuestro oído en el corazón de
Dios y nuestra mano en el pulso
de los hombres.
Algunos periodistas (no sé si
queda alguno en Asturias o
Aragón que no me haya pedido una
entrevista) me han sometido a un
buen examen. Me ha sorprendido
positivamente tanta expectativa.
Pero en este trance de querer
saber qué piensa, qué dice, qué
trae, de dónde viene, a dónde
irá… el nuevo Arzobispo de
Oviedo, me he encontrado ante
cuestiones tan ajenas que nunca
me las había planteado. No
porque me sea ajena la persona,
el sufrimiento o la alegría,
sino por la carga de una
intencionalidad que iba
declarando inevitable una
ideología. Y así, con el perfil
ás deseado o el perfil más
temido de este Arzobispo que
llega, me he visto obligado a
mirarme en demasiados espejos
como me ponían delante. El Santo
Padre cuando nos propone como
obispos para una Sede, se dice
que nos preconiza. Pero algunos
observadores mediáticos,
políticos o clericales con sus
deseos o sus temores parece que
más bien nos “precocinan”.
Lo he dicho a quienes me han
preguntado: vengo sin consignas,
sin planes conspirados y sin
estrategias torcidas. Amo al
Señor sobre todas las cosas, amo
a la Iglesia con toda mi alma
como hijo de San Francisco, amo
el tiempo de mi época y a la
gente de esta generación que se
me confía. Vengo en el nombre
del Señor, y no soy ni tan santo
ni tan temible como algunos han
querido presentarme. Y por este
motivo, fácilmente se verá el
bagaje de cuanto sé y de cuanto
soy ignorante, mi fortaleza a
prueba de pruebas y mi debilidad
nunca maquillada, lo que tengo
como talento y aquello en lo que
soy realmente pobre. Y con este
cúmulo de sabiduría y torpeza,
de energía y vulnerabilidad, de
riqueza y pobreza, me dejo traer
por Aquél que a vosotros me
envía. Y como ya os escribí, le
pido al Señor que me dé entrañas
de padre sin dejar de ser hijo,
que sea vuestro maestro
sabiéndome siempre discípulo,
que acierte a gobernar como se
aprende mirando al Pastor Bueno,
y que os reparta su palabra y
sus sacramentos colocándome yo
en la fila de ese encuentro como
el primer mendigo.
También ahora puedo decir que
todo está aún por escribir. Por
eso con todo el cúmulo de mis
luces y mis sombras, con las
gracias y pecados en mi ligero
equipaje, me allego a Oviedo
diciendo un sí lleno de noble
respeto y de cristiano temor,
para secundar lo que el Señor –a
quien entregué mi vida para
siempre– vuelve a proponerme
como encomienda en su Iglesia.
El Evangelio que hemos escuchado
hace un instante, es una escena
que guarda una similitud con lo
que aquí estamos celebrando. Se
trata del encuentro entre dos
mujeres, ambas madres de un
milagro: María e Isabel. Como le
sucedió a María, también yo
puedo decir que he venido
presuroso a la montaña de
Asturias, viniendo como vengo
desde esa otra montaña de
nuestro Pirineo oscense. Ella
fue llevando lo más grande, fue
llevando a Dios que lo guardaba
dentro. Y desde Nazaret hasta
Ain Karen aquella virgen
doncella iría dándole vueltas en
su mente y en su corazón a
tantas cosas que habían
sucedido, a las personas que
había conocido y a cómo la vida
te puede cambiar tan
profundamente. No era una fuga
asustada, ni tampoco un frívolo
salir corriendo, era la
consecuencia de dejarse llevar
diciendo siempre sí sin dudar,
sin condiciones, sin remilgos y
sin cuentos, diciendo sí a Dios
que te sale bondadoso al
encuentro.
Hay toda una historia precedente
que en vosotros y en mí se hacen
cita en esta mañana. No me envía
el Señor a vosotros al margen de
tanto como esta Iglesia ha ido
viviendo a través de los siglos:
desde los más remotos hasta los
últimos años, sino que a esa
historia viva yo ahora me uno
formando parte de ella. Y
tampoco vengo aquí al margen de
cuanto he vivido en mi historia
personal: nombres de personas
muy concretas, circunstancias y
acontecimientos que han sembrado
su luz, su gracia, su reto y su
mensaje. Es un arte divino por
el que Dios que me ha
acompañado y que os ha
acompañado haga que podamos
entre nosotros reconocernos,
querernos, caminar juntos y
construir su Iglesia como Él
mismo la quiere, sirviéndola
como ella necesita ser servida,
y amando nuestro mundo como
necesita él ser abrazado.
Al igual que María en aquel
encuentro con su prima Isabel,
vengo como mensajero, como
portador de esa Presencia del
Señor que por doquier me ha
acompañado y como portavoz de
esa Palabra escuchada en los
labios de Dios. Llego
encontrándoos con Aquel que
estaba antes, Aquel que viene
conmigo y Aquel que siempre
seguirá después como nos
prometió en su Evangelio.
Yo os decía en aquel primer
mensaje que la Iglesia
asturiana, que quiero abrazar
desde este día, me pone delante
vuestra historia larga y fecunda
de una antigua cristiana,
historias de santidad, de
martirio, de compromiso con el
Evangelio como anuncio de buena
nueva para la gente concreta. Me
conmueven las aguas bravas del
Cantábrico y los avatares de las
gentes del mar; e igualmente el
mundo de las minas con sudores y
fatigas para sacar una familia
adelante con enorme y duro
trabajo; las industrias y
grandes empresas de esta región
con sus momentos estelares y sus
momentos de honda crisis; me
sobrecogen las cifras tremendas
de más de setenta mil parados
con todo lo que supone para cada
persona y para cada familia.
Desde mi pasión montañera y mi
sensibilidad franciscana me
asomo con sorpresa a las alturas
de los Picos de Europa con
sus entresijos y valles de una
vida montañesa llena de
sencillez y pureza; y saludo
agradecido nuestras ciudades
bellas y limpias que las buenas
gentes han sabido levantar,
guardar y enseñarnos. Esta
tierra cristiana astur, se me
presenta así con todos sus
registros, cargados de historia,
de arrojo, de ensueño y
sacrificio. Ya he dicho que
pocas veces la he recorrido, más
que por mis andanzas montañeras
y mis visitas a la Santina como
buen nacido. En esta tierra de
gente noble y acogedora, quiero
ser y seguir aprendiendo a ser,
como sucesor de aquellos
Apóstoles, un buen cristiano con
vosotros y para vosotros un buen
Obispo, parafraseando a San
Agustín.
Quiera Dios que yo me allegue a
vosotros con este lance
respetuoso y sólido a la vez, de
quien tiene algo que decir y
hacer en nombre del Señor y
desde su Iglesia, y que lo
quiere hacer con todos los que
se me confían cultivando de
veras, no un vulnerable
consenso a veces tan ajeno a
nuestra tradición, sino una
fraterna comunión que sabe unir
la caridad en la verdad, y la
verdad en la caridad.
Porque no busco la lisonja de
los aplausos ni tengo miedo al
chantaje de la impopularidad, me
siento libre de veras, para
servir a Dios, a la Iglesia y a
mis hermanos, saliendo al paso
con voz clara y compromiso
cristiano cuando la vida sea
puesta en entredicho, la vida en
todos sus tramos: la del niño no
nacido, la del enfermo o anciano
terminal, y la de quienes
estando en el medio se quedan
sin trabajo, sin libertad o sin
dignidad. La familia es
particularmente querida, y bien
saben quienes la banalizan,
ningunean u orillan qué réditos
inconfesables cobran con sus
medidas. Digo lo mismo con la
educación, porque cuando no está
al servicio del crecimiento de
la persona que la abre a la
belleza, a la bondad, a la
verdad, entonces es una
herramienta que troquela el
futuro, lo astilla y lo
domestica.
Pero qué hermoso y qué justo es
abrazar la vida en todas sus
estaciones, defender la familia
sin retrancas reaccionarias, y
ofrecer una educación en la que
las personas maduran hasta
hacerse responsablemente
adultos.
Tantas cosas que mirar juntos,
tantas que orar al Señor, tantas
que construir con manos
hermanas, tanto en una Diócesis,
una tierra y una gente a la que
vengo con enorme ilusión y
sabiéndome enviado. Me ofrezco
con respeto y disponibilidad,
haciendo concreto lo que San
Francisco de Asís decía a
propósito de «los que han sido
constituidos sobre otros:
gloríense de tal prelacía tanto
como si estuviesen encargados
del oficio de lavar los pies a
los hermano».
La esperanza que os anuncio no
es otra que Jesucristo. Como he
recogido en mi lema episcopal y
en mi escudo, Cristo lo es todo.
No una cosa más. No algo
opcional. Lo es todo. Porque en
Él se nos ha revelado lo más
hermoso que nuestro corazón
sueña como la más noble
exigencia y que no somos capaces
de amasar con nuestras manos ni
dar respuesta con nuestra buena
voluntad. Cristo lo es todo. La
Verdad que nos hace libres, la
Bondad que nos devuelve la
inocencia, la Belleza que nos
salva. Para esta redención se
encarnó como nuestro Hermano sin
dejar de ser el eterno Hijo de
Dios, naciendo del Sí que hizo
la Virgen a María. Y Cristo es
para todos. Los santos y los
pecadores, los sencillos y los
opulentos, los creyentes de un
Dios vivo y los que se postran
ante los ídolos de ahora y de
siempre. Cristo es todo en todas
las cosas. Cristo es todo para
toda persona. La frase paulina
de la carta a los Colosenses
«Cristo es todo en todas las
cosas» (Christus omnia in
omnibus), la vivió San Francisco
hondamente y la propuso con sus
palabras: «Mi Dios y mi todo»
(Deus meus et omnia).
Concluyo mis palabras con un
saludo a los amigos que han
venido desde lejos para estar
esta mañana con nosotros en mi
inicio de pontificado en Oviedo.
Permitidme que salude a los que
desde las queridas Diócesis de
Huesca y de Jaca me están
acompañando en estos primeros
momentos de mi andadura como
arzobispo de Oviedo: tantas
cosas vividas, hermosas y
verdaderas, quedan en nuestro
recuerdo, en nuestra plegaria y
en nuestra tarea. Os repito lo
dicho tantas veces estos días:
porque no nos separemos,
llevadme en vuestro corazón que
yo en mi corazón os llevo.
Igualmente los que habéis venido
desde Toledo, desde Ávila o
desde Madrid, cada uno con
vuestro nombre y fecha en la que
entrasteis a formar parte de mi
vida y amistad. Gracias por
vuestra preciosa compañía desde
la Conferencia Episcopal, la
Facultad de Teología San Dámaso,
la familia Franciscana, la
Prelatura del Opus Dei, el
Camino Neocatecumenal, los
movimientos de Acción Católica,
de Comunión y Liberación, de los
Focolares y de Schönstatt.
Gracias a los que venís desde
más lejos en Alemania o Austria:
Den Freunden, die aus Österreich
und aus Deutschland kommen,
meine Dankbarkeit für Eure nette
Geste, mich mit Eurem Gebet und
Eurer Anwesenheit zu begleiten.
Mögen der Herr und unsere
“Santina” Euch eine glückliche
Heimreise gewähren. Danke schön
für alles. Friede und Heil.
Y a los que venís desde Italia:
Cari amici pervenuti da Roma, vi
ringrazio vivamente per questo
gesto veramente fraterno ed
amichevole. Grazie della vostra
preziosa compagnia verso la
fedeltà al Signore nella sua
Chiesa. Prego affinché il
Signore e la nostra “Santina” vi
permettano tornare bene a casa.
Grazie di tutto. Pace e Bene.
Gracias, finalmente, a mi nuevo
pueblo asturiano, a cuantos
estáis aquí y a cuantos estarán
siguiendo en toda España esta
celebración a través de los
medios de comunicación social.
Un abrazo lleno de afecto al
Obispo Auxiliar, al Colegio de
Consultores y a todo el
presbiterio diocesano,
especialmente a nuestros
misioneros. El Señor nos ilumine
para encontrar los caminos
adecuados para seguir remando
mar adentro en esta travesía
eclesial de nuestro espacio y
nuestro tiempo, finalizando el
Sínodo que tuvo ya su comienzo.
A los seminaristas también mi
gratitud por la fidelidad al
Señor, pues en vuestro sí está
la esperanza de nuestro pueblo.
Igual a las comunidades de
vida consagrada con todos
vuestros carismas y encomiendas,
poniendo el alma del Espíritu en
el cuerpo de nuestra tierra. A
los muchos laicos cristianos,
comprometidos con el Evangelio
que anuncia la Iglesia, también
gracias. Especialmente a cuantos
colaboráis en el campo de la
catequesis, la acción social
caritativa desde Cáritas, Manos
Unidas, Conferencias de San
Vicente de Paúl, Mensajeros de
la Paz, mi gratitud en este
tiempo de inclemencia económica
y moral. A los ancianos, a los
enfermos, gracias por vuestro
testimonio y vuestra sabiduría.
A los jóvenes y a los niños,
para no que cesen de escucharse
vuestras preguntas y para que os
abráis a las respuestas que Dios
os brinda en su Iglesia,
gracias. El esfuerzo inmenso
para preparar esta celebración
merece mi reconocimiento más
rendido de una gratitud más
inmensa aún: al Cabildo de la
Catedral, los organizadores, los
voluntarios, la “Schola Cantorum”,
y los que cubren esta
celebración como periodistas: a
todos gracias.
Santina de Cuadonga, ayúdamos
n’el camín pa’llegar al to Fíu
Presurosos salgamos al
encuentro. El Señor os bendiga y
os guarde. |
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