(ZENIT.org).- Robert Moynihan,
fundador y editor de la revista
mensual "Inside the Vatican",
presenta en este artículo
escrito para ZENIT las claves
del próximo viaje que Benedicto
XVI realizará el 6 de septiembre
a Viterbo, la ciudad en la que
nació el cónclave, y Bagnoreggio,
donde nació uno de los grandes
maestros de Joseph Ratzinger,
san Buenaventura.
Al entrar en contacto con el
pensamiento de Buenaventura,
explica Moynihan, el joven
Ratzinger maduró su visión de la
historia y del cristianismo.
A veces, en un viaje del Papa hay
algo más allá de lo que ven los
ojos.Ése es el caso del próximo
viaje de Benedicto XVI a la pequeña
ciudad italiana de Bagnoreggio, el
lugar de nacimiento de San
Buenaventura. Dentro de casi dos
semanas, el 6 de septiembre, el Papa
saldrá de Roma para visitar
Bagnoreggio y Viterbo. Virterbo,
situado a unos 85 kilómetros al
norte de Roma, o a una hora en
coche, es conocido como el lugar en
el que nacieron los cónclaves. Hasta
el año 1271, la reunión de
cardenales para la elección del Papa
no se llamaba "cónclave" (que
significa "con llave"), reunión a
puerta cerrada en un lugar cerrado
con llave.
Después de la muerte del Papa
Clemente IV, en 1268, los cardenales
reunidos en Viterbo pasaron tres
años decidiendo el nombre del
sucesor. Finalmente, los
funcionarios de la ciudad les
encerraron a todos en una sala de
reuniones y sólo les daban pan y
agua para comer. Poco después
eligieron al Papa Gregorio X.
Entonces, este Papa promulgó la ley
de la Iglesia, según la cual, las
elecciones papales tendrían lugar en
un cónclave. Benedicto XVI viajará a
Viterbo en helicóptero desde la
residencia pontificia de Castel
Gandolfo, al sur de Roma.
Pero en su camino de vuelta a casa,
parará en Bagnoreggio. ¿Por qué
quiere detenerse en una ciudad tan
pequeña y aparentemente poco
importante? Porque San Buenaventura
nació allí, en el año 1217. Sin
embargo, el Papa no se detiene en
los lugares de nacimiento de todos
los santos importantes. No tendría
tiempo. Entonces, ¿por qué ha
reservado un tiempo para detenerse
en el lugar de nacimiento de
Buenaventura? Para responder,
tenemos que buscar en el pasado de
este Papa y encontraremos algo
bastante interesante. Buenaventura
ha sido uno de los dos intelectuales
de mayor influencia sobre Joseph
Ratzinger, en su formación teológica
(el otro es san Agustín). En
Alemania, para poder ser profesor de
universidad hay que escribir dos
tesis. La primera, como en otros
países, es para recibir el
doctorado; la segunda, llamada "Habilitationsschrift"
es para cualificarse como profesor.
Y el joven Joseph Raztinger, en la
mitad de la década de los años
cincuenta, escribió esta segunda
tesis postdoctoral sobre... san
Buenaventura y su visión de la
historia. Algunos artículos de
prensa dirán que el viaje del Papa
está "programado para venerar el
‘santo brazo' del santo", que se
conserva en la catedral de
Bagnoreggio (el resto del cuerpo de
san Buenaventura está enterrado en
Francia). Pero Benedicto, en
realidad, va a venerar también la
profunda visión de Buenaventura
sobre la revelación cristiana, y a
"tomar contacto" con uno de los
asuntos centrales de su propia
visión teológica personal. Si
comprendemos lo que Benedicto XVI
aprendió de Buenaventura, podremos
comprender mejor lo que este Papa
está intentando hacer ahora para
dirigir la Iglesia a través de este
complicado periodo de la historia.
El mismo Benedicto XVI nos dio una
idea de sus cimientos intelectuales
en un discurso que dirigió a un
grupo de académicos hace varios
años, antes de ser Papa (Cf. ZENIT,
"Joseph Ratzinger se presenta").
Dijo entonces: "Mi disertación
doctoral se centró en la noción de
pueblo de Dios en san Agustín; (···)
Agustín mantuvo diálogo con la
ideología romana, especialmente
después de la ocupación de Roma por
los godos en el año 410, y por eso
fue muy fascinante para mí observar
cómo, a través de estos diferentes
diálogos y culturas, él define la
esencia de la religión cristiana. Él
vio la fe cristiana, no en
continuidad con las religiones
anteriores, sino más bien en
continuidad con la filosofía,
entendida como la victoria de la
razón sobre la superstición...". De
esta manera, podríamos argumentar
que un paso importante en la propia
formación teológica de Ratzinger fue
entender el cristianismo "en
continuidad con la filosofía" y como
"una victoria de la razón sobre la
superstición".
Pero luego Ratzinger dio un segundo
paso, al estudiar a Buenaventura.
"Mi trabajo postdoctoral se centró
en san Buenaventura, un teólogo
franciscano del siglo XIII",
continuaba explicando Ratzinger a
los académicos. "Descubrí un aspecto
de la teología de Buenaventura que
no está basado en la literatura
previa, a saber, su relación con una
nueva idea de historia concebida por
Joaquín de Fiore en el siglo XII.
Joaquín entendió la historia como la
progresión desde un período del
Padre (un tiempo difícil para los
seres humanos bajo la ley), a un
segundo período de la historia, el
del Hijo (con más libertad, más
franqueza, más fraternidad), a un
tercer período de la historia, el
período definitivo de la historia,
el tiempo del Espíritu Santo".
"Según Joaquín, éste debía ser un
tiempo de reconciliación universal,
de reconciliación entre el este y el
oeste, entre cristianos y judíos, un
tiempo sin ley (en el sentido
paulino), un tiempo de verdadera
fraternidad en el mundo". "La
interesante idea que descubrí fue
que una significativa corriente
entre los franciscanos estaba
convencida de que san Francisco de
Asís y la Orden Franciscana marcaron
el principio de este tercer período
de la historia, y fue su ambición
actualizarlo; Buenaventura mantuvo
un diálogo crítico con esta
corriente".
Podríamos argumentar, así, que
Ratzinger tomó de Buenaventura una
concepción de la historia humana
cuyo camino apunta hacia un objetivo
específico, un tiempo de profundidad
espiritual interior, una "edad del
Espíritu Santo". Donde la filosofía
clásica hablaba de la eternidad del
mundo y por tanto del cíclico
"eterno retorno" de toda la
realidad, Buenaventura, siguiendo a
Joaquín, condenó el concepto de la
eternidad del mundo, y defendió la
idea de que la historia era una
única y dirigida sucesión de
acontecimientos que nunca volverían,
sino que llegarían a una conclusión.
La historia está relacionada con el
Logos y orientada hacia Él, es
decir, hacia Cristo.
La historia tiene sentidoEsto no
significa decir que Ratzinger --o
Buenaventura-- hicieron propias
algunas de las interpretaciones
específicas de Joaquín. Significa
decir que Ratzinger, como
Buenaventura, entraron en un
"diálogo crítico" con su concepción
global --que la historia tenía una
forma y un sentido--; que él, como
Buenaventura, tomó esto muy en
serio. Yo tengo mi propia visión
personal sobre hasta qué punto
Ratzinger tomó en serio estas
cuestiones. Mi investigación
doctoral la dediqué a la influencia
del pensamiento de Joaquín en los
primeros franciscanos. Cuando conocí
a Joseph Ratzinger, en otoño de
1984, le dije que estaba estudiando
su libro de san Buenaventura con
interés, y él respondió: "¡Ah! Tú
eres el único en Roma que ha leído
ese libro".Después me comentó que la
teología de la liberación del padre
franciscano brasileño Leonardo Boff
era una "forma moderna" de
joaquinismo, un deseo de ver un
nuevo orden de sociedad humana sin
historia.
Así que estoy convencido de que
Ratzinger tomó su investigación
sobre Buenaventura muy en
serio.Ratzinger recibió su título el
21 de febrero de 1957, cuando tenía
casi 30 años, pero no sin
controversias. El tribunal académico
que evaluaba su trabajo rechazó, en
realidad, la parte "crítica" de su
tesis, de manera que fue obligado a
recortarla y editarla y a presentar
sólo la parte "histórica", centrada
en el análisis de la relación entre
san Buenaventura y Joaquín de Fiore.
El profesor de Ratzinger, Michael
Schmaus, pensaba que la
interpretación de Ratzinger sobre el
concepto de revelación de
Buenaventura mostraba "un peligroso
modernismo que llevaba a hacer
subjetivo el concepto de
revelación", como el mismo Ratzinger
recuerda en su autobiografía,
"Hitos: Memorias 1927-1977".
Ratzinger creía, y sigue creyendo,
que las críticas de Schmaus no eran
justas.
¿Qué es lo que Ratzinger encontró en
Buenaventura que causó tanta
controversia? Para Ratzinger, el
concepto de revelación de
Buenaventura no significaba lo que
ahora significa para nosotros, es
decir, "todos los contenidos
revelados de la fe". Según
Ratzinger, para Buenaventura
"revelación" siempre connotaba la
idea de acción, es decir, revelación
significa el acto por el que Dios se
revela y no únicamente el resultado
de este acto. ¿Por qué esto es
importante? Ratzinger escribió en
"Hitos": "Porque esto es así, el
concepto de ‘revelación' siempre
implica un sujeto que recibe: donde
no hay nadie para percibir la
‘revelación', no ha ocurrido ninguna
re-velación, porque ningún velo ha
sido retirado. Por definición,
revelación requiere alguien que lo
aprehenda".
¿Y por qué este tema? "Estos
hallazgos --continuó Ratzinger--
adquiridos a través de mi lectura de
Buenaventura, fueron más tarde muy
importantes para mí, en el momento
del debate conciliar sobre la
revelación, la Escritura y la
tradición. Porque si Buenaventura no
se equivoca, la revelación precede a
la Escritura y queda depositada en
la Escritura pero no es
sencillamente idéntica a ella. A la
vez, significa que la revelación
siempre es algo más grande que lo
que está simplemente escrito. Y de
nuevo esto significa que no puede
haber algo como la escritura sola,
porque un elemento esencial de la
Escritura es la Iglesia como sujeto
de interpretación, y con ella,
también es dado el sentido
fundamental de tradición".
Esencialmente, lo que Ratzinger toma
de Buenaventura modificó y
complementó lo que había tomado de
Agustín. Si el pensamiento de
Agustín destaca la continuidad del
cristianismo con la filosofía
clásica, y la "razonabilidad" de la
fe cristiana contra la superstición
pagana, el pensamiento de
Buenaventura destaca el contraste
entre el cristianismo y la filosofía
clásica; de hecho, condenó la
inutilidad de la filosofía clásica y
su apoyo al concepto de la eternidad
del mundo y el "eterno retorno" de
todo, porque carecía de la verdad
revelada de un "actor" divino.
Ratzinger sugirió esto en el prólogo
de su trabajo sobre Buenaventura:
"¿No ha sido la 'helenización' del
cristianismo la que ha intentado
superar el escándalo de los
particulares con una mezcla de fe y
metafísica, conduciendo a un
desarrollo en una falsa dirección?
¿No ha creado esto un estilo
estático de pensamiento que no puede
hacer justicia al dinamismo del
estilo bíblico?".
Incluso hoy, si vamos al último
capítulo del reciente libro del Papa
"Jesús de Nazaret", encontramos la
terminología metafísica que
presupone una ontología de "la
persona como relación", que creo que
es el "hilo conductor" que recorre
toda la obra de Ratzinger, desde su
primer libro sobre Agustín, empezado
en 1953, pasando por su "tesis de
habilitación" sobre Buenaventura
(1956) hasta su reciente "Jesús de
Nazaret" (2007). Ratzinger siempre
está diciendo que la revelación
cristiana debe trascender la razón,
aunque ésta no la contradiga, que no
tiene por qué.
Cuando Benedicto XVI visite
Bagnoreggio, estará, en cierto
sentido, volviendo a la fuente de
sus propias búsquedas intelectuales
más profundas, al lugar en el que
llegó a entender plenamente la
novedad de la fe cristiana, y cómo
esa fe, esa verdad revelada, está al
mismo tiempo en armonía y en
oposición total a la "razón", que
era el mayor bien de la filosofía
clásica. Esto hace que el viaje a
Bagnoreggio vaya más allá que otro
viaje papal; se trata de un viaje al
pasado intelectual y espiritual de
Ratzinger, y al núcleo de su visión
intelectual y espiritual.
[Traducción del original en inglés
por Patricia Navas]
Con motivo de
celebrar los 800 años de la
fundación de la Orden
Franciscana (1209-2009), la
Comunidad Franciscana de Santa
Fe (Argentina) hará un
reconocimiento a los misioneros
que evangelizaron las etnias de
la cuenca del Paraná, desde
Paraguay a Buenos Aires, tomando
como referente a Fray Francisco
Solano y Fray Luis de Bolaños.
Al mismo tiempo, para hacer
resaltar que las misiones fueron
animadas por la prodigiosa
compañía de la Santísima Virgen
María, personificada en las
imágenes de Caacupé, Itatí y la
Inmaculada de Garay.
Así, el 5 de septiembre, fecha
próxima al natalicio de la
Virgen -que se conmemora el 8-,
la Comunidad Franciscana
realizará, junto a los obispos
de Santa Fe y de Corrientes, una
peregrinación de la imagen de
Itatí desde la ciudad de
Corrientes hasta el histórico
puerto de Colastiné Sur, donde
se la embarcará en un navío de
la prefectura y con el
acompañamiento de los clubes
náuticos arribará a puerto
Piojo. Desde allí hará su
entrada en andas a la ciudad
hasta el convento San Francisco,
donde se celebrará la santa misa
y habrá festejos de devoción
popular. El domingo 6 regresará
a Itatí por la Ruta 11.
Francisco J. Castro Miramontes,
franciscano, autor de numerosas
obras de espiritualidad, como Al
encuentro de la vida, el diario
de un peregrino a Compostela,
Alter Christus, una biografía
espiritual de san Francisco de
Asís, o Todo comenzó en Galilea,
crónica de una peregrinación a
Tierra Santa, ha sido el autor
elegido este año por la
editorial San Pablo para
preparar los comentarios y
oraciones del Evangelio 2010.
Camino, verdad y vida. Inmersos
como estamos en el octavo
centenario de la fundación de la
Orden franciscana, y con vistas
al Año Santo Compostelano
–acontecimiento que tiene lugar
cada vez que el 25 de julio,
fiesta de Santiago Apóstol, cae
en domingo, lo que sucede con
una periodicidad matemática
(cada 6, 5, 6 y 11 años, y
vuelta a empezar) desde el siglo
XII, en el que se instauró–,
nadie mejor que él, franciscano,
gallego y peregrino, para
ofrecernos la meditación diaria
del Evangelio, camino que se
recorre, verdad que se descubre
y vida que se nos da.
En efecto, Francisco J. Castro
Miramontes ha pergeñado sus
comentarios al Evangelio como
una peregrinación «de un año de
duración, de la mano de los
Evangelios que contienen el
mensaje de quien ha cambiado el
curso de la historia con su
mensaje de amor. Como “los dos
de Emaús” nos hacemos al camino
de la vida, en medio de las
circunstancias y
acontecimientos, pero con la
confianza de que ahí mismo, en
el camino de la vida, se nos va
a hacer presente aquel que vive,
porque el amor tiene la última
palabra». Si el Camino de
Santiago «se ha convertido en
una escuela de humanización al
contacto con otras personas que
tienen un mismo objetivo (llegar
a la ciudad del Apóstol), y con
la naturaleza hermana y madre»,
el camino que recorremos día a
día interiorizando el evangelio
«es una experiencia de apertura
a la trascendencia al tiempo que
la persona se descubre a sí
misma».
(www.elcorreogallego.es) Multitudinaria
peregrinación con 1.100 franciscanos de
toda Europa 13.08.2009 Se reunieron en
León el día 9 para iniciar su andadura
hacia Santiago ·· Llegaron ayer a la
capital y visitaron la Catedral ··
Estarán aquí hasta el día 15 asistiendo
a la catequesis ·· Se alojarán en el
colegio La Salle.
"Somos franciscanos, ¿a dónde crees que
vamos?". Así coreaban ayer las 1.110
personas llegadas de todo el continente,
incluidos españoles, a la capital
compostelana. La ruidosa y
multitudinaria peregrinación franciscana
se convirtió ayer en protagonista por
las calles del casco histórico y la
plaza do Obradoiro. Se trataba del
segundo encuentro internacional de
franciscanos europeos, en los que
participan desde niños de 14 años que
asisten a colegios franciscanos hasta
monjas y frailes de todas las edades.
El primer encuentro fue hace dos años en
Asís, Italia, uno de los mayores lugares
religiosos del país. Esta vez,
decidieron hacer el Camino de Santiago y
visitar la Catedral. Comenzaron, así, su
andadura en León el día 9. Allí, se
dividieron en 4 grupos e iniciaron el
Camino. Ayer llegaban a Santiago
ondeando las banderas de toda Europa y
haciéndose escuchar entonando canciones
de sus países en todos los idiomas. Su
destino final fue la plaza do Obradoiro
y la Catedral, donde los esperaba un
grupo de gaiteiros. Desbordaban alegría
por los cuatro costados ya que su meta
se cumplió. El italiano Michaele Voltari
reconocía que era un orgullo para todos
ellos y que lo hicieron "con el corazón,
aunque el viaje fue duro".
Estarán aquí hasta el día 15. Se
hospedan en el colegio La Salle.
Visitarán la ciudad, asistirán a la
catequesis y aprovecharán para "rezar
mucho", declaró una de las
organizadoras.
local@elcorreogallego.es
Impresionante encuentro de jóvenes
en Asís, incluyendo una audiencia
con el Papa Benedicto XVI en
Castelgandolfo, organizado por los
Franciscanos Conventuales.
ROMA
- Queridos hermanos,
hace algunos días
regresé a Roma y he
retomado mi trabajo y,
sobre todo, mi servicio
a la Orden. Estoy muy
contento de haber
recuperado gran parte de
la movilidad de la
pierna derecha luego de
la operación del 1ero de
julio de este año, en la
que me fuera implantada
una prótesis. Todo
resultó bien.
Deseo
ahora expresar mi
gratitud a los doctores
y demás personal que me
asistieron en el
Hospital de Hanz
(Suiza), a las Hermanas
de Baldegg del centro de
recuperación de Amden
(Suiza). Gracias a su
competencia y atenciones
el proceso de curación
ha avanzado con rapidez.
Un agradecimiento muy
especial a los amigos, a
los frailes, a las
hermanas capuchinas y a
todas aquellas personas
que me han apoyado con
su cercanía y oraciones,
visitándome o enviándome
mensajes a través de la
internet. Me he sentido
apoyado y acompañado.
Ruego al Señor que os
recompense
abundantemente por
cuanto habéis hecho por
mi. El Señor os bendiga.
05/09/2009 (www.andaluciainformacion.es)
El hermano Isidoro, de la
congregación de los Hermanos
Franciscanos de Cruz Blanca,
recibirá hoy el Ajoblanco de
Andalucía en el transcurso de la
celebración de la Fiesta del
Ajoblanco 2009, declarada Fiesta
de Interés Turístico Nacional de
Andalucía y Fiesta de
Singularidad Turística
Provincial, que se celebra en la
ciudad malagueña de Almáchar, a
la que ha sido invitado por el
alcalde, José Gómez Gutiérrez.
El fraile mostró su satisfacción
por recibir este reconocimiento.
Al respecto, aseguró que el
primer edil almachareño “se ha
interesado, en varias ocasiones,
por la labor que desarrolla la
congregación con la población
inmigrante” trabajo del que ha
tenido conocimiento “a través de
la prensa”.
En el transcurso del acto habrá
otros homenajeados que recibirán
galardones. Entre ellos están el
pintor y artista almachareño,
Manuel España Villalba, que
recibirá el Ajoblanco Almáchar;
el Club Baloncesto Clínicas
Rincón Anarquía, que recibirá el
Ajoblanco Anarquía, y la
Asociación Malagueña de Amistad
con el Pueblo Saharaui, a la que
será entregado el Ajoblanco
Málaga.El pregón de los
festejos, que se llevará a cabo
a las 20.30 horas, será ofrecido
por la diputada de Juventud y
Deportes de la Diputación de
Málaga, Encarnación Páez
Alba.Por último, el hermano
Isidoro de Cruz Blanca se
desplazará, el próximo mes de
octubre, a Cataluña. En
concreto, el fraile estará en
dicha comunidad autónoma del 19
al 23 de octubre, donde ha sido
invitado a intervenir en los
institutos de la ciudad
barcelonesa de Vic. En dichos
centros educativos, el hermano
Isidoro tiene previsto ofrecer
charlas a los alumnos, en las
que el fraile dará testimonio de
su trabajo con los inmigrantes y
su casa de Cruz Blanca.
3/09/2009 (www.yucatan.com.mx)“Pase
lo que pase, no pierdan la paz;
es un don supremo de Dios”,
indica el padre Ignacio
Larrañaga Orbegozo, sacerdote
franciscano capuchino, quien
llegó ayer vía aérea a Mérida
por su gira mundial “Al
encuentro contigo”.En las
cuatros conferencias que
impartirá en esta ciudad —esta
noche es la primera—, en el
Centro de Convenciones Siglo
XXI, dará mensajes con
narraciones positivas y
constructivas “para ser más
felices, sufrir menos, y vivir
en armonía con uno mismo y con
los demás”.
El padre Larrañaga llegó ayer a
la 1:30 de la tarde. Varios
integrantes de los Talleres de
Oración y Vida, así como
representantes de la
administración del aeropuerto,
dieron la bienvenida al
sacerdote, que es el autor
católico más leído: 25 millones
de ejemplares de libros
vendidos. Con su característica
barba blanca y anteojos,
apareció en la sala de espera en
silla de ruedas, por indicación
de descanso; portaba camiseta de
manga larga, chaleco, pantalón
negro y gorra. Recibió muchas
muestras de afecto. Firmó el
libro de visitantes
distinguidos. Después ofreció
una rueda de prensa en la que
dijo, entre otras cosas, que la
mayor satisfacción de su gira
mundial es dar vida, esperanza y
a Cristo a muchas personas. El
padre Larrañaga comenzó a
principios de este año una gira
mundial por los cinco
continentes para visitar las
ciudades donde se imparten los
"Talleres de Oración y Vida". En
Mérida estará hasta el próximo
lunes 7.
BAGNOREGIO, domingo 6 de
septiembre de 2009 (ZENIT.org).-
Publicamos el discurso
que pronunció Benedicto
XVI en la tarde de este
domingo tras venerar la
reliquia de san
Buenaventura en la
catedral de san Nicolás
en Bagnoregio. El Papa
llegó en helicóptero
desde el santuario de la
Virgen de la Encina en
Viterbo. Después de este
discurso y tras saludar
a las autoridades
presentes, regresó a la
residencia pontificia de
Castel Gandolfo.
Queridos hermanos y
hermanas:
La solemne celebración
eucarística de esta
mañana en Viterbo ha
abierto mi visita
pastoral a vuestra
comunidad diocesana, y
este encuentro aquí en
Bagnoregio,
prácticamente la cierra.
Os saludo a todos con
afecto: autoridades
religiosas, civiles y
militares, sacerdotes,
religiosos y religiosas,
operadores pastorales,
jóvenes y familias, y os
agradezco por la
cordialidad con que me
habéis acogido. Renuevo
mi agradecimiento en
primer lugar a vuestro
obispo por sus
afectuosas palabras, que
han recordado mi vínculo
con san Buenaventura. Y
saludo con deferencia al
alcalde de Bagnoregio,
agradecido por la cortés
bienvenida que me ha
dirigido en nombre
de toda la ciudad.
Giovanni Fidanza, que se
convirtió en después en
fray Buenaventura, une
su nombre al de
Bagnoregio en la
conocida presentación
que hace de sí mismo en
la Divina Comedia. Al
decir: "Yo soy el alma
de Buenaventura de
Bagnoregio, que en las
altas tareas los errados
afanes puse aparte"
(Dante, Paraíso
XII,127-129), subraya
cómo en las importantes
tareas que tuvo que
llevar a cabo en la
Iglesia, pospuso siempre
la atención a las
realidades temporales
("los errados afanes"
--"la sinistra cura", en
italiano, ndt.--) al
bien espiritual de las
almas. Aquí en
Bagnoregio, transcurrió
su infancia y su
adolescencia; después
siguió a san Francisco,
por el que manifestaba
especial gratitud
porque, como escribió,
cuando era niño lo había
"arrancado de las fauces
de la muerte" (Legenda
Maior, Prologus, 3,3) y
le había predicho "Buena
ventura", como ha
recordado hace poco
vuestro alcalde. Con el
Pobrecito de Asís supo
establecer un vínculo
profundo y duradero,
sacando de él
inspiración ascética y
genio eclesial. De este
ilustre conciudadano
vuestro custodiáis
celosamente la insigne
reliquia del "Santo
Brazo", mantened viva su
memoria y profundizad en
la doctrina,
especialmente mediante
el Centro de Estudios
Bonaventurianos, fundado
por Buenaventura Tecchi,
que cada año promueve
cualificados congresos
de estudio dedicados a
él.
No es fácil sintetizar
la amplia doctrina
filosófica, teológica y
mística que nos dejó san
Buenaventura. En este
Año Sacerdotal quisiera
invitar especialmente a
los sacerdotes a ponerse
a la escucha de este
gran doctor de la
Iglesia para profundizar
en su enseñanza de
sabiduría enraizada en
Cristo. A la sabiduría
que florece en santidad,
él orienta cada paso de
su especulación y
tensión mística, pasando
por los grados que van
desde la que llama
"sabiduría uniforme" que
concierne a los
principios fundamentales
del conocimiento, a la
"sabiduría multiforme",
que consiste en el
misterioso lenguaje de
la Biblia, y después a
la "sabiduría omniforme",
que reconoce en
toda realidad creada el
reflejo del Creador,
hasta la "sabiduría
informe", es decir, la
experiencia del íntimo
contacto místico con
Dios, mientras que el
intelecto del hombre
conoce en silencio el
Misterio infinito (cf.
J. Ratzinger, San
Buenaventura y la
teología de la historia,
Ed. Porziuncola, 2006,
pp. 92ss). Al recordar a
este profundo
investigador y amante de
la sabiduría, quisiera
también expresar aliento
y estima por el servicio
que, en la comunidad
eclesial, están llamados
a dar los teólogos a esa
fe que busca el
intelecto, esa fe que es
"amiga de la
inteligencia" y que se
convierte en vida nueva
según el proyecto de
Dios.
Del rico patrimonio
cultural y místico de
san Buenaventura, me
limito, esta tarde, a
sacar alguna "pista" de
reflexión que podría ser
útil para el camino
pastoral de vuestra
comunidad diocesana. Él
fue, en primer lugar, un
incansable buscador de
Dios, desde que
estudiaba en París, y
siguió siéndolo hasta la
muerte. En sus escritos,
indica el itinerario que
hay que recorrer. "Dado
que Dios está en lo alto
--escribe-- es necesario
que la mente se eleve a
Él con todas sus
fuerzas" (De reductione
artium ad theologiam, n.
25). De este modo, traza
un camino de fe
comprometedor, en el que
no es suficiente"la
lectura sin la unción,
la especulación sin la
devoción, la
investigación sin la
admiración, la
circunspección sin el
regocijo, la pericia sin
la piedad, la ciencia
sin la caridad, la
inteligencia sin la
humildad, el estudio sin
la gracia divina, la
elucubración sin la
sabiduría inspirada por
Dios" (Itinerarium
mentis in Deum, prólogo
4). Este camino de
purificación involucra a
toda la persona para
llegar, a través de
Cristo, al amor
transformador de la
Trinidad. Y, dado que
Cristo, desde siempre
Dios y hombre para
siempre, actúa en los
fieles una nueva
creación con su gracia,
la exploración de la
presencia divina se
convierte en
contemplación del Él en
el alma "donde Él mora
con los dones de su amor
incontenible" (ibídem
IV, 4), para ser
finalmente transportados
en Él. La fe es por
tanto perfección de
nuestras capacidades
cognoscitivas y
participación en el
conocimiento que Dios
tiene de sí mismo y del
mundo; la esperanza la
experimentamos como
preparación al encuentro
con el Señor, que
constituirá el pleno
cumplimiento de esa
amistad que ya desde
ahora nos une a Él. Y la
caridad nos introduce en
la vida divina, haciendo
que veamos hermanos en
todos los hombres, según
la voluntad del común
Padre celestial.
Además de ser un
buscador de Dios, san
Buenaventura fue un
seráfico cantor de la
creación, que, siguiendo
a san Francisco,
aprendió a "alabar a
Dios en todas y por
medio de todas las
criaturas", en las que
"resplandece la
omnipotencia, la
sabiduría y la bondad
del Creador" (ibídem I,
10). San Buenaventura
presenta una visión
positiva del mundo, don
del amor de Dios a los
hombres: reconoce in él
el reflejo de la suma
Bondad y Belleza que,
siguiendo a san Agustín
y san Francisco, asegura
que es el mismo Dios.
Dios nos lo ha dado
todo. De él, como
manantial originario,
mana la verdad, el bien
y la belleza. Hacia
Dios, como los peldaños
de una escalera, se sube
hasta llegar y casi
alcanzar el sumo Bien y
en Él se encuentra
nuestra felicidad y
nuestra paz. ¡Qué útil
sería el que también hoy
se redescubriera la
belleza y el valor de la
creación a la luz de la
bondad y de la belleza
divinas! En Cristo, el
mismo universo, observa
san Buenaventura, puede
volver a ser voz que
habla de Dios y nos
lleva a explorar su
presencia; nos exhorta a
honrarle y a
glorificarle en todo
(Cf. ibídem I, 15). Aquí
se percibe el espíritu
de san Francisco, con
quien nuestro santo
compartió el amor por
todas las criaturas.
San Buenaventura fue
mensajero de esperanza.
Encontramos una bella
imagen de la esperanza
en una de sus
predicaciones de
Adviento, donde compara
el movimiento de la
esperanza al vuelo de de
un ave, que extiende las
alas lo más posible, y
para moverlas emplea
todas sus energías.
Hace, en cierto sentido,
de todo su ser un
movimiento para elevarse
y volar. Esperar es
volar, dice san
Buenaventura. Pero la
esperanza exige que
todos nuestros miembros
se pongan en movimiento
y se proyecten hacia la
auténtica altura de
nuestro ser, hacia las
promesas de Dios. Quien
espera, afirma, "tiene
que elevar la cabeza,
dirigiendo hacia lo alto
sus pensamientos, hacia
la altura de nuestra
existencia, es decir,
hacia Dios" (Sermo XVI,
Dominica I Adv., Opera
omnia, IX, 40a).
El señor alcalde, en su
discurso, ha planteado
una pregunta: "¿Qué será
Bagnoregio mañana?". En
verdad, todos nos
preguntamos por el
porvenir nuestro y del
mundo y este
interrogante tiene mucho
que ver con la
esperanza, de la que
tiene sed todo corazón
humano. En la encíclica
Spe salvi he escrito que
no es suficiente una
esperanza cualquiera
para afrontar y superar
las dificultades del
presente; es
indispensable una
"esperanza fiable", que,
dándonos la certeza de
alcanzar una meta
"grande", justifique "el
esfuerzo del camino"
(Cf. n.1). Sólo esta
"gran esperanza-certeza"
nos asegura que, a pesar
de los fracasos de la
vida personal y las
contradicciones de la
historia en su conjunto,
nos custodia siempre el
"poder indestructible
del Amor".
Cuando nos sostiene una
esperanza así no
corremos nunca el riesgo
de perder la valentía
para contribuir, como lo
han hecho los santos, a
la salvación de la
humanidad, y "podemos
abrirnos nosotros mismos
y abrir el mundo para
que entre Dios: la
verdad, el amor y el
bien" (Cf. n. 35). Que
san Buenaventura nos
ayude a "desplegar las
alas" de las esperanza
que nos empuja a ser,
como él, incesantes
buscadores de Dios,
cantores de las bellezas
de la creación y
testigos de ese Amor y
de esa Belleza que "todo
lo mueve".
Gracias, queridos
amigos, una vez más, por
vuestra acogida.
Mientras os aseguro un
recuerdo en la oración,
imparto, por intercesión
de san Buenaventura y
especialmente de María,
Virgen fiel y Estrella
de la esperanza, una
especial bendición
apostólica, que con
gusto extiendo a todos
los habitantes de esta
hermosa tierra, rica de
santos.