Fiesta: 7 de diciembre
Beatificación: Pío XII, el 6 de
noviembre de 1938
Canonización: Pío XII, 12 de junio
de 1949
Nacimiento:
Albisola Marina (Savona, Italia), el 27 de mayo de 1811
Muerte: Savona (Italia), el 7 de
diciembre de 1880
Congregación:
Fundadora de las Hermanas Hijas de Nuestra Señora de la
Misericordia
Vida de Santa María Josefa Rosello
Fuente: misericordiaonline.com/congr.asp
(Colegio Nª Sª de la Misericordia - Belgrano)
Nació en Albisola Marina (Savona) el 27 de mayo de
1811, fue bautizada el mismo día con el nombre de
Benita. Fue la cuarta hija de una numerosa familia de
diez hermanos. Benita no tuvo bienes materiales pues sus
padres (Bartolomé Rossello y María Dedone) eran modestos
alfareros, pero no faltó en ellos la gran riqueza de la
fe y de la piedad.
Desde pequeña, Benita, aprendió a modelar la arcilla
y se hizo cargo de sus hermanos menores, permitiendo así
que su madre se dedicara a sus numerosas ocupaciones.
Al finalizar su infancia se distinguió en el
estudio, en la caridad hacia los pobres y sobre todo por
su gran devoción al Crucifijo y a la Santísima Virgen.
Siendo muy joven ingresó en la tercera orden
Franciscana (probablemente antes de 1830) y sintió nacer
poco a poco en su corazón el deseo de una vida más
perfecta que le permitiera con mayor facilidad llegar a
ser santa.
A los diecinueve años entró en casa de una
distinguida familia de Savona. Los Monleone la
consideraron más como hija adoptiva de un matrimonio que
carecía de ellos, que como empleada doméstica que
asistía al señor enfermo.
Durante siete años permaneció en esa casa (1830-
1837) ganándose con su conducta la admiración y el
afecto no sólo de los señores sino también de los
sirvientes. Cuando la señora Monleone quedó viuda le
propuso quedarse para siempre con ella y le prometió
hacerla su heredera, pero Benita rehusó.
Ella sentía la llamada de otra vocación y solicitó
ingresar en un Instituto de caridad como religiosa.
Presentó su petición al Instituto de las Hijas de
Nuestra Señora de las Nieves, pero se sintió
dolorosamente rechazada pues su familia siendo muy pobre
no podía darle la suma de dinero necesaria para la dote,
condición indispensable para ser aceptada.
Se sucedieron años de duras pruebas: primero murió
la mamá, al poco tiempo su segundo hermano, luego la
hermana Josefina de apenas diecisiete años y finalmente
su papá; con lo que Benita se convirtió en el principal
sostén de la familia.
En 1837 respondiendo a una insistente llamada del
Obispo de la Diócesis, monseñor Agustín De Mari
(1835-1640) quien buscaba almas generosas que se
dedicaran a la educación de jóvenes pobres, Benita, a
sus veintisiete años, se presentó al prelado y ofreció
sus servicios para tan noble fin.
Las dos grandes almas se entendieron de inmediato:
el Obispo se encargó de buscar un lugar y Benita de
buscar compañeras que se ofrecieran como voluntarias
para iniciar la primera escuela. Al proyecto de Benita
se incorporaron Ángela y Dominga Pescio y Paulina Barla.
MONSEÑOR AGUSTÍN DE MARI
Las tres primeras vocaciones surgieron en Albisola.
Para la sede de la obra monseñor De Mari alquiló una
modesta casa propiedad de la "commenda" de Malta.
La fundación se realizó el 10 de agosto de 1837. Angela
Pescio, la de mayor edad, fue elegida Superiora, y a
Benita se le encomendó el cargo de maestra de novicias,
vicaria y ecónoma.
Un crucifijo, una pequeña imagen de la Virgen de la
Misericordia y cinco liras formaron el capital y toda la
riqueza que poseían.
El 22 de octubre de 1837 se llevó a cabo la primera toma
de hábitos y Benita recibió del Obispo el nombre de Sor
María Josefa, al tiempo que el Instituto era denominado
oficialmente de las Hijas de Nuestra señora de la
Misericordia, y consagrado a la Virgen del Santuario de
Savona.
VIRGEN DE LA MISERICORDIA (SAVONA)
El fin principal del nuevo Instituto fue dedicarse a la
instrucción y educación de las muchachas pobres, y la
asistencia a los enfermos.
Dos años después, el 2 de agosto de 1839, las religiosas
pronunciaron sus votos perpetuos. En 1840 las hermanas
profesas eran ya siete, y cuatro las novicias. En este
año Sor María Josefa fue elegida superiora por
unanimidad, cargo que mantuvo durante cerca de cuarenta
años, hasta su muerte.
Una grave pérdida para el naciente Instituto fue la
muerte de Monseñor De Mari ocurrida el 14 de diciembre
de 1840. El ya había realizado un esbozo de las reglas,
pero el texto definitivo fue confiado para su
compilación al Padre carmelita Inocencio Rosciano y fue
solemnemente entregado a las hermanas junto con el nuevo
hábito, el 4 de Febrero de 1846 por el nuevo Obispo de
Savona Monseñor Alejandro O. Riccardi (1841- 1866,
después arzobispo de Turín).
MOSEÑOR ALEJANDRO RICCARDI
Bajo la sabia dirección de Sor María Josefa, el
Instituto comenzó a difundirse en Liguria durante el
período de 1842- 1855.
En 1856 la santa comenzó a colaborar en la obra del
rescate de los esclavos de África, a la que ya desde
mucho tiempo atrás se dedicaban dos beneméritos
sacerdotes: Nicolás Olivieri (1792- 1864) y Blas Verri,
y las puertas del instituto se abrieron para acoger a
grupos de muchachas negras rescatadas.
El espíritu misionero de la santa se puso de manifiesto
cuando en 1875 envió un primer grupo de quince hermanas
a Buenos Aires, Argentina.
En 1859 se concreta una nueva fundación: la casa de la
Providencia, abierta por la santa en Savona y destinada
a niñas de las clases más pobres. Su reeducación para
una inserción en la vida fue la constante preocupación
de la Madre. Otras casas del mismo estilo se abrieron en
Voltri, San Ilario, Porto Maurizio (1860) y en Albisola,
donde surge la "Segunda Providencia" (1866-1867).
Diez años después, en 1869, Sor María Josefa inició
valientemente una nueva obra: el pequeño Seminario para
clérigos pobres en Savona, que ofreció a la Diócesis
excelentes sacerdotes, sin embargo le costó a la madre
no pocas amarguras por los obstáculos y la maldad de
muchos hacia esta institución.
La última obra soñada y realizada después de su muerte
fue la fundación en Savona de la Casa de las Penitentes
(1880), un refugio para las jóvenes arrepentidas
rescatadas de la prostitución.
Un aspecto en el cual la genialidad caritativa de la
Madre Josefa Rossello superan el simple ámbito religioso
para insertarse entre las más nobles obras de carácter
social es la fundación de las escuelas populares
gratuitas, una absoluta novedad y de urgente necesidad
en aquel momento en la Liguria occidental.
La espiritualidad de la santa fue destacada en forma
excepcional por su gran confianza en la Divina
Providencia, en la asistencia y protección de San José y
en su espíritu de iniciativa.
Una frase que la Madre solía repetir como lema y se la
transmitió a sus hijas fue: "EL CORAZÓN A DIOS Y LAS
MANOS AL TRABAJO".
A pesar de los múltiples problemas sirvió siempre en los
quehaceres más humildes a los necesitados, niños o a los
enfermos, con caridad paciente y perseverante.
Finalizó su laboriosa vida a los sesenta y nueve años de
edad, el 7 de diciembre de 1880 en la casa madre de
Savona, a causa de complicaciones cardíacas que habían
minado su constitución puesta a prueba duramente por su
trabajo.
Murió en olor de santidad y fue sepultada en el
cementerio local. Posteriormente, en 1887 su cuerpo fue
trasladado a la casa madre.
A su muerte el Instituto que fundara contaba con
sesenta y cinco casas. Hoy hay 176 casas en Italia y en
América; las religiosas son cerca de mil.
Sus fines son una respuesta al mundo de hoy: asilos de
niños, escuelas medias y elementales, colegios,
horfanatos, hospitales, asistencia en cárceles de
mujeres, casas de protección a las jóvenes, etc...
Su causa de beatificación fue introducida en Roma el 23
de julio de 1924.
Fue beatificada el 6 de noviembre de 1938, tras la
oportuna investigación y el reconocimiento de dos
milagros realizados a dos religiosas del Instituto: Sor
María del Espíritu Santo y Sor Paulina Dameri.
María Josefa Rossello fue canonizada por Pío XII el 12
de junio de 1949. En esta ocasión fueron probatorios los
milagros reconocidos de las prodigiosas curaciones de
Teresa Rocchi en De Negri y de Pietro Molinari.
La fiesta litúrgica es el 7 de diciembre. Sus reliquias
son veneradas en la capilla de la casa madre de las
Hijas de nuestra Señora de la Misericordia en Savona.
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