Fiesta:
6 de noviembre
Beatificación: Card.
Saraiva, por Benedicto XVI, el 28 de octubre de 2007
Muerte: 21-22 de
septiembre de 1936
Orden: Franciscanos
Menores
Beatos mártires de Fuente Obejuna (Provincia de
Granada)
Fuente: Juan Mellado, Siete
franciscanos mártires de Fuente Obejuna serán
beatificados por la Iglesia el 28 octubre,
sevillapress.com, 21 de agosto de 2007
A Fr. Félix Echevarría, guardián del convento,
intentaron por todos los medios hacerle blasfemar, le
dieron dos palizas y dos tiros en las piernas, sacaron
los dos ojos, cortaron una oreja y al final la lengua.
Al no conseguirlo, acabaron con él rematándole a
culatazos de fusil en la boca y en la cabeza.
La reciente conferencia ofrecida en el Santuario de
Regla por el padre franciscano Joaquín Tudela, dentro de
los actos culturales veraniegos de esta comunidad, sobre
el proceso de beatificación de siete mártires
franciscanos de Fuenteobejuna, cuyo servicio a Dios se
había iniciado en Chipiona, ha sido motivo para recordar
sin animadversión el martirio sufrido por estos
religiosos en los tristes sucesos de 1936. El padre
Tudela, que es Guardián del convento de Estepa y
postulador para la causa de estos siervos de Dios
resaltó en su alocución que esta iniciativa de la
Iglesia es desde el perdón y no desde el rencor. Nunca,
y siguiendo al Documento emitido por los obispos
españoles, desde el punto de vista político ya que no se
busca ningún enfrentamiento sino alcanzar la verdad de
unos hechos sucedidos. “Sólo martirio en aras de la
reconciliación y de la paz”. Tudela narró en su
conferencia estos sucesos que también se encuentran
reflejados en el libro “Quienes son y de dónde vienen,
498 mártires del siglo XX en España editado por Edice.
Durante los años 1931-1936, ocurrieron cambios
políticos en España que bien pronto manifestaron una
fuerte hostilidad contra la Iglesia, órdenes religiosas
e instituciones cristianas en general. La Provincia
Franciscana de Granada tampoco se vio libre de esta
persecución y siete hermanos recibieron la palma del
martirio al encontrarse por ese tiempo en la localidad
cordobesa de Fuente Obejuna.
Sus nombres, escritos en el libro de la vida, son:
Fr. Félix Echevarría Gorostiaga (43 años), Fr. José
María Azurmendi Mugarza (66 años), Fr. Miguel Zarragua
Iturrízaga (66 años), Fr. Francisco Jesús Carlés
González (42 años), Fr. Luis Echevarría Gorostizaga (41
años), Fr. Simón Miguel Rodríguez (23 años) y Fr.
Antonio Sáez de Ibarra y López de Arcaute (22 años).
De todos ellos, los seis primeros formaban parte de
la fraternidad de Fuente Obejuna (Córdoba) cuando se
desató la Guerra Civil en España, mientras que el
último, Fr. Antonio, fue a aquel convento a pasar unos
días de vacaciones. Allí le sorprendió todos aquellos
acontecimientos que llevó a estos siete hermanos menores
a derramar su sangre por mantenerse fieles a Cristo.
Fueron inmolados en aras de confesar la fe el día 21
y la madrugada del 22 de septiembre de 1936, en la
cárcel y en el cementerio de Azuaga (Badajoz).
Al declararse la Guerra Civil de 1936, las
autoridades marxistas de la ciudad realizaron varios
registros en el convento los días 20 y 22 de julio,
buscando armas escondidas en el convento y que en ningún
momento lograron hallar. El día 27, so pretexto de
protección de sus personas, los sacaron del convento
-que al día siguiente fue saqueado por las turbas- y les
tuvieron detenidos en las oficinas de Telégrafos, hasta
ser llevados el 14 de agosto al palacio de la marquesa
de Valdeloro, lugar convertido en prisión.
El 20 de septiembre por la noche fueron trasladados
fuera de la ciudad, en 7 camiones, con cincuenta
seglares. Cuarenta y tres de ellos fueron fusilados a
pocos kilómetros de la ciudad, mientras que los siete
restantes y los religiosos fueron trasladados al cercano
pueblo de Azuaga (Badajoz) y dejados en la cárcel. ‘
Fr. José Azurmendi fue el primero en ser asesinado a
tiros en la cárcel, a mediodía del 21 de septiembre,
después de negarse a blasfemar contra el Señor y al
grito de ¡Viva Cristo Rey!
Hacia las 9 de la noche cinco de los religiosos
-Luis, Francisco, Antonio, Miguel y Simón- y los siete
seglares sufrieron varios interrogatorios y les
obligaron a blasfemar. Ante su negativa rotunda, los
sacaron de la cárcel en grupos de cuatro -en tres viajes
de camioneta- atados de dos en dos, y los llevaron al
cementerio de la ciudad. Allí, en la madrugada del día
22, fueron vilmente fusilados, después de negarse
repetidamente a blasfemar.
Quedaba vivo en la cárcel Fr. Félix Echevarría,
guardián del convento, religioso piadoso e inteligente.
Según confesión del testigo Baldomero, un miliciano,
intentaron por todos los medios hacerle blasfemar (le
dieron dos palizas y dos tiros en las piernas, le
sacaron los dos ojos, le cortaron una oreja y al final
la lengua). Al no conseguirlo, acabaron con él
rematándole a culatazos de fusil en la boca y en la
cabeza. Después de cuatro horas de martirio, murió
heroicamente en la madrugada del 22 de septiembre de
1936.
Al difundirse rápidamente por las ciudades de
Azuaga, Fuente Obejuna y otros lugares de España la
noticia de su feroz matanza, se despertó en el ánimo de
muchos un sentimiento de horror por las crueldades
cometidas con aquellos religioso, considerado como
verdaderos mártires, pues habían preferido la muerte
antes que proferir una blasfemia. Enterrados en fosa
común en cementerio de Azuaga hasta que dos meses más
tarde se produce la exhumación de los restos por
familiares., frailes y médicos, y llevados a a Fuente Obejuna, al convento.
Exhumados los restos de los siete mártires en
Fuenteobejuna
Precisamente cabe reseñar que el pasado 16 de junio
fueron exhumados en Fuente Obejuna los restos de estos
siete mártires franciscanos Félix Echevarría Gorostiaga,
José María Azurmendi Mugarza, Francisco Carlés González,
Luis Echevarría Gorostiaga, Simón Miguel Rodríguez,
Miguel Zarragúa Iturriaga, Antonio Sáez de Ibarra López,
asesinados durante la persecución religiosa acaecida en
España entre 1934 – 1937 y que forman parte de los 498
mártires españoles cuya beatificación tendrá lugar en
Roma el próximo 28 de octubre, en una ceremonia que
presidió el Vicario General, Mario Iceta
Gavicagogeaescoa . A la exhumación de las reliquias les
siguió el tratamiento y estudio de los restos. El
tratamiento consistió en la limpieza y tratamiento
químico de los huesos introducidos en sus respectivas
urnas de PVC para su inhumación. El trabajo continuó
todo el fin de semana y concluyó con la solemne
Eucaristía celebrada en la Iglesia de San Francisco
presidida por el presidente de la comisión delegada,
Mario Iceta y concelebrada por el promotor de justicia,
el vicepostulador, los miembros del tribunal, el Vicario
Episcopal de la Sierra, Jesús Maria Perea, el párroco de
Santa María del Castillo de Fuente Obejuna y otros
sacerdotes de la zona. Durante la homilía, Mario Iceta
recordó que en esa misma iglesia, anteriormente capilla
del convento franciscano, habían celebrado la Santa Misa
los mártires.
Perfiles de los siete mártires
Fr. Félix Echevarría Gorostiaga nació en Ceánuri
(Vizcaya). Eran seis hermanos de los cuales tres
religiosos franciscanos, otro más Luis murió con él en
el mismo martirio. Murió a la edad de 43 años. Con once
años vino de su tierra a Chipiona para iniciar los
estudios de seminario menor y continuar su formación
franciscana emitiendo su profesión temporal el 6 de
septiembre de 1909 y la solemne el 7 de septiembre de
1912. Fue ordenado sacerdote el 16 de julio de 1916 en
el Santuario de Regla el día de la Virgen del Carmen.
Terminado sus estudios pasó al convento de Vélez Málaga
un par de años antes de volver a Lebrija. En abril de
1919 viene como Rector y profesor del colegio seráfico,
organista y maestro de coros a Chipiona hasta 1921 que
la provincia traslada el seminario menor a Estepa. Al
año siguiente regresa a Chipiona con los cargos de
vicario de colegio, director de la orden franciscana
seglar y da clase de formación teológica dogmática de
sagrada escritura. Y luego a otros destinos. Destacó en
su ministerio su capacidad intelectual para colaborar en
la formación de los jóvenes, así como también en el
ministerio de la predicación y en las misiones
populares. Deseó ser misionero, y pasó a la Misión de
Marruecos en 1933, si bien unas fiebres malignas le
obligaron a regresar a España a los pocos meses, primero
a Estepa y días más tarde, un poco repuesto, a Fuente
Obejuna (Córdoba), para hacerse cargo de aquel convento
como guardián hasta su martirio.
Fr. José María Azurmendi Mugraza nació en Durango
(Vizcaya). Estudió en el seminario menor de Chipiona
emitiendo la profesión temporal el 23 de febrero de 1888
y la solemne el día 22 de julio de 1891. Fue ordenado
sacerdote en Sevilla el 30 de mayo de 1896 y permanece
en Chipiona. Cuando se abrió el convento de Fuente
Obejuna en 1898, fue uno de los religiosos que formaron
la primera fraternidad. Estuvo de misionero en Tierra
Santa varios años y, tras diversos destinos, entre ellos
en 1913 al colegio de Regla. A primeros de julio de 1936
recibió con gran alegría su destino a Fuente Obejuna. Su
carácter afable destacaba especialmente para todos los
que le conocieron. Murió a la edad de 66 años
Fr. Miguel Zarragua Iturrízaga nació en Yurreta
(Vizcaya), emitiendo la profesión temporal el 7 de
setiembre de 1890 en Chipiona y la solemne el 9 de
setiembre de 1895. Estuvo destinado en la Misión de
Marruecos durante 11 años. Regresado a España, destacó
especialmente en su asistencia en Chipiona a los
apestados al declararse la epidemia de gripe. En 1919
fue destinado al convento de Fuente Obejuna para
encargarse de la sacristía con satisfacción de todos y
con gran edificación de los fieles. Destacó su actitud
humilde y su disponibilidad a la hora de realizar los
servicios fraternos encomendados. Murió con 66 años
Fr. Jesús Carlés Francisco González nació en Requeixo
(Pontevedra). Con 15 años viene a Chipiona emitiendo la
profesión temporal el 28 de marzo de 1910 y la solemne
el 12 de abril de 1913. Fue ordenado sacerdote en
Córdoba el 2 de junio de 1917. Su primer destino fue el
convento de Fuente Obejuna, y, tras un trienio, marchó
como misionero a la Custodia de Tierra Santa, hasta su
regreso a la Provincia en octubre de 1934 a Chipiona. Al
año siguiente pasó a residir en el convento en el que
encontró la palma del martirio. Fue un religioso de gran
tesón y solícito a la hora de cumplir con sus deberes
pastorales. Murió con 42 años.
Fr. Luis Echevarría Gorostiaga, hermano de Félix,
también estudió en Chipiona nació en Ceánuri (Vizcaya),
emitiendo la profesión temporal el 13 de setiembre de
1913 y la solemne el 17 de septiembre de 1916 en Regla.
Fue ordenado sacerdote el 29 de mayo de 1920 y tras
permanecer dos años en Chipiona marcha a Puente Genil.
Perteneció también a la Misión de Tierra Santa, en la
que estuvo seis años. Ya experimentó todo el ambiente
hostil a lo religioso durante su estancia en el convento
de Vélez Málaga, con la quema de conventos, marchando
primero a Coín y en 1933 al de Fuente Obejuna en calidad
de vicario, encargándose de la Juventud Antoniana e
Hijas de María y fundando la Biblioteca Popular. Su vida
ejemplar fue un testimonio grande para los que lo
conocieron. 41 años cuando es martirizado
Fr. Simón Miguel Rodríguez nació en Villalcampo
(Zamora), emitiendo la profesión temporal el 24 de junio
de 1932 y la solemne el 26 de junio de 1935, emitida
estando ya de morador en el convento de Fuente Obejuna.
Resaltó su espíritu servicial y laborioso a la hora de
desempeñar las tareas encomendadas dentro de la
fraternidad. No tenía 24 años de edad cuando murió
Fr. Antonio Sáez de Ibarra y López de Arcaute nació en
Hijona (Álava), emitiendo la profesión temporal el 26 de
agosto de 1932, debido el retraso a las anomalías
políticas de aquel año. Inició sus estudios de Filosofía
y Teología en Chipiona. Debió suspender sus estudios al
declarársele una grave enfermedad en la garganta, siendo
destinado al convento de Fuente Obejuna para disfrutar
de las vacaciones veraniegas de 1936. Destacó
especialmente en el canto, así como también por su
alegría. Tenía 22 años cuando fue martirizado.
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