Fiesta: 22 de marzo.
Reconocimiento del culto:
Martín IV, 1284
Nacimiento: Ancona (Italia),
en 1188
Muerte: Ósimo (Italia),
el 2 de marzo de 1282
Orden: Hermanos
Menores (Minoritas).
Patrón de la ciudad de
Ósimo desde el año 1755.
San Bienvenido Scotívoli de Ancona (1188-1282)
Bienvenido Scotívoli nació en Ancona en 1188;
estudió derecho en Bolonia bajo la guía de San Silvestre
Guzzolini, canónigo de Osimo, después fundador de los
monjes Silvestrinos. Nombrado capellán pontificio, luego
arcediano de Ancona. El 1 de agosto de 1263 fue nombrado
administrador de la diócesis de Osimo, que había sido
unida a la Numana por Gregorio IX en castigo por su
adhesión al partido de Federico II. Restablecida la sede
el 13 de marzo de 1264 Urbano IV le confió su gobierno a
Bienvenido, que en 1267 fue también encargado por
Clemente IV del gobierno de la Marca de Ancona. En este
período ordenó sacerdote a san Nicolás de Tolentino. Fue
devotísimo de San Francisco, acogió en su diócesis a los
Hermanos Menores y pidió pertenecer a la primera Orden.
Vistió con fervor el hábito y se empeñó en vivir el
espíritu seráfico.
Bienvenido fue un gran reformador. Por una
disposición del 15 de enero de 1270 prohibió al
monasterio de San Florencio de Pescivalle, del cual era
administrador, enajenar los bienes. En un sínodo habido
el 7 de febrero de 1273 prohibió la venta de las
propiedades eclesiásticas y en 1274 puso en marcha las
reforma del capítulo de la catedral y defendió los
derechos de la diócesis sobre la ciudad de Cingoli.
En su ministerio episcopal siempre tuvo como única
meta promover la gloria de Dios, despreciar las riquezas
y las cosas del mundo, trabajar intensamente por el bien
de su alma y de las almas confiadas a sus cuidados. En
su actuación sabía unir la fortaleza y la suavidad de
los modales, para el triunfo de la justicia y de la paz
en el vínculo del amor. Fue un verdadero y buen pastor
de su rebaño y vigilante custodio de las leyes de Dios y
de la Iglesia. Celoso en la predicación evangélica y en
la instrucción catequística, muchas veces visitó la
diócesis, celebró un sínodo diocesano en el cual dictó
sabias normas para promover la disciplina eclesiástica.
Promovió la cultura y la formación de los nuevos
levitas, que preparaba para el sacerdocio, con palabra
inspirada, con el buen ejemplo, y con su vida santa.
Bienvenido murió el 2 de marzo de 1282, a los 94
años de edad. Fue sepultado en la iglesia catedral de
Osimo en un noble mausoleo, por disposición del clero y
el pueblo. Sobre su sepulcro tuvieron lugar gracias y
milagros. Martín IV reconoció el culto en 1284, sin
haber sido canonizado.
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