El camino franciscano - La alegría de
vivir el Evangelio (Ed. Verbo Divino, Estella 1984).
Esta es precisamente en la tradición
franciscana uno de los fundamentos de la vida fraterna:
la confianza. Dar confianza equivale a creer en el
hermano.
El Poverello aprendió a vivir su
oración en el interior de la historia de la salvación.
Conoció ese itinerario obligado del grano que tiene que
morir para poder dar fruto.
Todo el itinerario apostólico de
Francisco y de sus hermanos se desarrolla a la sombra de
la cruz, signo permanente de nuestra salvación. Ella lo
conduce a la adoración, al asombro, al agradecimiento.
Esta encarnación de la humildad y del
amor del Dios vivo cautivó a Francisco y a sus hermanos.
Fue el camino de Cristo el que les reveló la grandeza de
la 'altísima pobreza'.
Francisco entró en el 'camino de la
pobreza' el día en que quiso seguir las 'huellas' de su
Señor. Ya no pudo concebir de otro modo su vida
cristiana.
Francisco fue descubriendo
progresivamente que Cristo es la fuente desbordante e
inagotable del Espíritu y que sólo el Espíritu nos
permite acoger, expresar, vivir el santo evangelio.
Francisco no es un modelo que imitar,
sino una invitación permanente a crear algo nuevo. El
'camino' franciscano tiene que profundizar en la
herencia del pasado y enriquecerse con respuestas
nuevas.
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