San Antonio de Padua, predicador franciscano

Frases y pensamientos franciscanos para meditar

   
   


De los Sermones de Cuaresma

¡Qué grande es la vanagloria de creerse que pueda el hombre hacerse Dios! ¡Desgraciado! Por haber querido vanamante divinizarte te has rebajado hasta infrahumanizarte.

¡Oh bondad de Dios! ¡Oh dignidad del penitente! Aquél que habita en la eternidad habita en el corazón del humilde y en el espíritu del penitente!

Me confieso con un hombre, pero no como a un hombre, sino como a Dios.

David tiró por tierra a Goliat con la honda y una piedra; así Cristo con la honda de la humanidad y la piedra de la Pasión venció al diablo.
Casa de Dios llaman también a la confesión por la reconciliación del pecador. En ella se reconcilia el hombre con Dios, como se reconcilia el hijo con el padre cuando éste le recibe en la casa paterna.

Si en la casa de la confesión se hace oir la sinfonía del canto y de la compunción amarga, responde inmediatamente al unísono el coro de la divina misericordia para perdonar los pecados.

Roguemos al mismo Jesucristo, Hijo de Dios, y pidámosle insistentemente nos conceda llegar con espíritu contrito al desierto de la confesión y merezcamos recibir esta cuaresma, el perdón de nuestras iniquidades

 

 

 


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