PRIMERA LECTURA
LECTURA DEL LIBRO DE LA SABIDURÍA (50, 1.3-7)
Este es aquel que en su tiempo se reparó el
templo,
en sus días se afianzó el santuario.
En su tiempo cavaron la cisterna
y un pozo de agua abundante.
Protegió a su pueblo del saqueo
y fortificó a la ciudad para el asedio.
Qué majestuoso cuando salía de la tienda
asomando detrás de las cortinas;
como estrella luciente entre nubes,
como luna llena en día de fiesta,
como sol refulgente sobre el templo real,
así brilló él en el templo de Dios.
PALABRA DE DIOS.
SALMO RESPONSORIAL (Sal. 15)
R.- EL SEÑOR ES EL LOTE DE MI HEREDAD
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;
yo digo al Señor: "Tú eres mi bien".
El Señor es el lote de mi heredad y mi copa,
mi suerte está en su mano.
R.- EL SEÑOR ES EL LOTE DE MI HEREDAD
Bendeciré al Señor que me aconseja,
¡hasta de noche me instruye internamente!
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré.
R.- EL SEÑOR ES EL LOTE DE MI HEREDAD
Me enseñarás el sendero de la vida,
me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha.
R.- EL SEÑOR ES EL LOTE DE MI HEREDAD
SEGUNDA LECTURA
LECTURA DE LA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A
LOS GÁLATAS (6, 14-18)
Hermanos:
Dios me libre de gloriarme si no es en la
cruz de nuestro Señor Jesucristo, en la cual
el mundo está crucificado para mí, y yo para
el mundo. Pues lo que cuenta no es
circuncisión o incircuncisión, sino una
criatura nueva.
La paz y la misericordia de Dios vengan
sobre todos los que se ajustan a esta norma;
también sobre el Israel de Dios.
En adelante, que nadie me venga con
molestias, porque yo llevo en mi cuerpo las
marcas de Jesús.
La gracia de nuestro Señor Jesucristo esté
con vuestro espíritu, hermanos. Amén.
PALABRA DE DIOS.
ALELUYA
R.- ALELUYA, ALELUYA
Francisco, pobre y humilde, entra rico en el
reino de los cielos, entre aclamaciones y
cánticos.
R.- ALELUYA
EVANGELIO
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO
(11, 25-30)
En aquel tiempo tomando Jesús la palabra,
dijo: “Yo te bendigo Padre, Señor del Cielo
y de la tierra, porque has ocultado esas
cosas a sabios e inteligentes, y se las has
revelado a pequeños. Sí, Padre, pues tal ha
sido tu beneplácito. Todo me ha sido
entregado por mi Padre, y nadie conoce al
hijo sino el Padre, ni al Padre le conoce
nadie sino el hijo, y aquel a quien el hijo
se lo quiera revelar”.
“Venid a mi todos los que estáis fatigados y
sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad
sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí,
que soy manso y humilde de corazón; y
hallaréis descanso para vuestras almas.
Porque mi yugo es suave y mi carga ligera”.
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