1. Canto de entrada
2. Introducción del monitor
3. Saludo
Presidente: En el nombre del Padre y del
Hijo y del Espíritu Santo.
Todos: Amén.
Presidente: Alabado seas, mi Señor, por
aquellos que perdonan
por tu amor, y soportan enfermedad y
tribulación.
Dichosos los que la sufren en paz,
pues por ti, Altísimo, coronados serán.
4. Primera lectura:
Lector: Lectura del libro del profeta Isaías
58, 6-12
El ayuno que yo quiero es este: que abras
las prisiones injustas, que desates las
correas del yugo, que dejes libres a los
oprimidos, que acabes con todas las
tiranías, que compartas tu pan con el
hambriento, que albergues a los pobres sin
techo, que proporciones vestido al desnudo y
que no te desentiendas de tus semejantes.
Entonces brillará tu luz como la aurora y
tus heridas sanarán enseguida, tu recto
proceder caminará ante ti y te acompañará la
gloria del Señor. Entonces clamarás y te
responderá el Señor, pedirás auxilio y te
dirá: "Aquí estoy". Si alejas de ti la
opresión, si dejas de acusar con el dedo y
de levantar calumnias, si repartes tu pan al
hambriento y sacias al desfallecido,
entonces brillará tu luz en las tinieblas y
tu oscuridad se volverá mediodía. El Señor
te guiará siempre, te saciará en el desierto
y te fortalecerá. Serás como un huerto
regado, como un manantial inagotable;
reconstruirás viejas ruinas, edificarás
sobre los antiguos cimientos, te llamarán
"reparador de brechas" y "restaurador de
casas en ruinas".
5. Salmo responsorial
Salmo 7 del Oficio
de la Pasión de S. Francisco
6.
Responsorio
Cantad al Señor un cántico
nuevo,
cantad al Señor toda la tierra.
Pueblos todos, batid palmas,
aclamad a Dios con gritos de júbilo
porque el Señor es sublime y terrible,
emperador de toda la tierra (Salmo 46, 2-3).
Porque el santísimo Padre de los cielos,
nuestro Rey antes de los siglos,
envió de lo alto a su amado Hijo
y realizó la salvación en medio de la tierra
(cf. Salmo 73,12).
Alégrese el cielo, goce la tierra,
ruja el mal y cuanto contiene;
alégrense los campos y cuanto hay en ellos
(Salmo 95,11-12).
Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantadle al Señor toda la tierra,
porque grande es el Señor y muy digno de
alabanza,
más temible que todos los dioses.
Pueblos todos de los gentiles, alabad al
Señor,
dadle gloria y honor, dad gloria a su nombre
(Salmo 95,1.4.7).
Tomad vuestros cuerpos y cargad con su santa
cruz
y seguid hasta el fin sus santísimos
preceptos (cf. Lc 14,27 y 1Pe 2,21).
Tiemble la tierra entera en su presencia,
decid entre los gentiles que el Señor reina
desde el madero (Cf. Salmo 95,9-10)
7. Evangelio
Juan 20, 19-21.
Al atardecer de aquel día, el primero de la
semana, estando cerradas las puertas del
lugar donde se encontraba los discípulos, se
presentó Jesús en medio de ellos y les dijo:
"La paz con vosotros". Dicho esto, les
mostró las manos y el costado. Los
discípulos se alegraron de ver al Señor y
Jesús les dijo otra vez: "La paz con
vosotros, como el Padre me envió, también yo
os envío".
8. Reflexión compartida
9. Preces
Presidente:
Oremos al Dios de toda la
Humanidad invocándolo como Padre y
diciendo: PADRE, DANOS LA PAZ
Monitor:
- Por la unidad de todas las
las Iglesias cristianas, sean instrumentos de paz y de
justicia. R.
- Por todos los miembros de la gran familia
franciscana,
que sean siempre sembradores de paz y bien.
R.
- Por las familias y por toda la sociedad,
que la paz habite en los corazones de todos.
- Por las víctimas del odio, la opresión y
la violencia,
que lo soporten en paz y no devuelvan mal
por mal . R.
- Por los que no tienen lo necesario para
vivir dignamente,
que nunca les falte nuestra ayuda solidaria.
R.
-Por los que sufren enfermedad o
tribulación,
que nunca les falte nuestro amor y consuelo.
R.
-Por nuestra comunidad (por nuestras
comunidades),
que vivamos y trabajemos siempre en paz y
comunión. R.
-Por nuestros amigos y familiares difuntos,
que el Señor les conceda la paz y el
descanso eternos. R.
10. Padre Nuestro
Presidente: Concluyamos las preces pidiendo
al Señor
que venga a nosotros su reino de paz y de
justicia.
Todos: Padre nuestro...
11. Gesto de paz
Presidente: Dice el Señor: "Cuando alejes de
ti toda opresión,
cuando dejes de acusar con el dedo y de
levantar calumnias...
entonces brillará tu luz en las tinieblas
y tu oscuridad se volverá mediodía" (Is
58,9-10).
Pongamos, pues, en práctica su palabra
con gestos de paz: un apretón de manos, un
beso,
un abrazo, una disculpa, una sonrisa...
Daos fraternalmente la paz.
12. Oración final y bendición
Presidente: Ayúdanos, Señor, a comprender
que la paz es fruto del perdón
y de la justicia. Concede el don de la paz y
la reconciliación
a esta sociedad dividida, en especial, a tu
Iglesia,
para que el mundo crea que tú nos has
enviado
como instrumentos tuyos y sembradores de tu
paz.
Te lo pedimos por Jesucristo tu Hijo,
Príncipe de la Paz,
que vive y reina contigo por los siglos de
los siglos.
Todos: Amén.
Presidente: (si no es sacerdote)
El Señor nos bendiga, nos guarde y nos
lleve a la vida eterna.
(si es sacerdote)
El Señor os bendiga y os guarde,
haga brillar su rostro sobre vosotros y os
conceda su favor.
Vuelva a vosotros su mirada y os de la paz.
El Señor os bendiga en el nombre del Padre,
y del Hijo,
y del Espíritu Santo.
Todos: Amén.
13. Canto de despedida
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