Los Frailes Menores Recoletos
(fratefrancesco.org) El nombre de Recoletos viene
del francés "recollection y del español recolección, en
el sentido de separación y recogimiento espiritual. Este
movimiento de reforma surgió entre los franciscanos
observantes en la segunda mitad del siglo XVI. El modelo
eremítico franciscano español (descalzos, alcantarinos)
y la voluntad del Concilio de Trento de restaurar la "vetus
et regularis disciplina" (antigua disciplina regular),
así como las iniciativas reformistas de papas y reyes,
propagaron en distintas órdenes este movimiento, que se
convirtió en patrimonio común de la vida religiosa de
aquel tiempo. En algunas órdenes con tradición eremítica
el movimiento arraigó enseguida, sin dificultad. De los
Agustinos, por ejemplo, surgieron en España los
Agustinos recoletos (1588), y los Agustinos descalzos en
Italia (1592), de modo que dicha Orden sigue hoy
dividida en tres ramas. Algo parecido sucedió con las
Carmelitas y los Carmelitas, por obra de Santa Teresa de
Ávila y San Juan de la Cruz, respectivamente.
La recolección franciscana dio comienzo a comienzos
del siglo XVI entre los observantes castellanos, y
consistía en llevar una vida de estricto retiro
espiritual en eremitorios, según las normas rígidas de
los Reformados y Alcantarinos. La recolección se empezó
a afianzar como movimiento en Francia, a finales del
siglo XVI, en unas pocas comunidades en las que se vivía
una "vida en el más estricto santo recogimiento (recollectione)".
Iniciador en 1583 fue, al parecer, Fray François Doziech,
guardián del convento observante de Aquitania, que murió
en Alcalá de Henares hacia el 1595. Las vocaciones
empezaron a llegar y, pese a la poca simpatía de los
superiores observantes por el nuevo movimiento, en el
año 1600 eran ya 5 las casas de recolección en Francia.
Mientras tanto, el papa Clemente VIII, favorable a
los franciscanos Reformados, encargo al ministro general
observante Fray Buenaventura de Caltagirone que
propagase dicho movimiento en Francia y Bélgica (1595),
pero los reformados tuvieron que regresar a Italia
apenas dos años después, porque, "siendo extranjeros, no
podían ser de utilidad pública", según refieren los
cronistas de la época. Sus casas fueron ocupadas
entonces por los Recoletos franceses, con el permiso del
General, de modo que podemos considerar 1597 como el año
de nacimiento oficial de la Recolección.
La apertura de nuevos conventos y el paso de
religiosos y de algunas casas observantes a la nueva
reforma fue motivo de preocupación para los superiores,
pero Clemente VIII estaba de su parte, y el 26 de marzo
de 1601, con la bula "pro iniuncto nobis" les otorgó los
mismos privilegios que a los Reformados italianos. Los
Recoletos contaron también con la protección expresa del
rey Enrique IV de Borbón.
Nombrado Comisario general de la Recolección Fray
Natanael, un fervoroso recoleto francés fundador de dos
conventos en Tolosa y en Burdeos, en 1612 se crearon en
Francia dos Provincias. El crecimiento del nuevo
movimiento de reforma franciscana fue notable en la
primera mitad del siglo XVII, frenada en parte por la
expansión de la reforma de los Capuchinos. Sin embargo,
con su rígida vida penitencial, las "casas de
recolección" se ganaron las simpatías de un buen número
de Observantes y Reformados del norte de Europa
(Holanda, Bélgica, Inglaterra, Francia), que poco a poco
se fueron pasando a sus filas. Pero el secreto de su
éxito estaba también en su actividad apostólica y
misionera, orientada de manera especial hacia América
del Norte y el continente africano. Al tratarse de
comunidades bastante numerosas, los Recoletos estaban en
condiciones de realizar tales empresas. Aparte de eso,
los frailes de la nueva reforma no descuidaron los
estudios teológicos, de espiritualidad y de la historia
de la Orden, como lo demuestra uno de sus principales
exponentes en este terreno, el irlandés Fray Lucas
Wadding (1588-1657), autor de los Annales Minorum.
Aunque las casas de recolección se extendieron
también a España, las guerras de religión del siglo XVII
no favorecieron el crecimiento vocacional y pastoral. Su
voluntad de volver al franciscanismo primitivo y a la
actividad apostólica los llevó a combatir el calvinismo,
sobre todo en Francia, donde lograron muchas
conversiones. Incluso el rey Luis XIII reconoció la
importancia de su labor, basada en el debate pacífico.
En 1615 algunos frailes recoletos llegaron a Canadá,
y siete años después inauguraban el primer noviciado en
Québec. Algunos alcanzaron el martirio, y en 1763 fueron
expulsados de allí por los ingleses, cuando éstos
ocuparon aquellas regiones. En 1642 fundaban en Trípoli,
en 1660 lo intentaban, sin conseguirlo, en Madagascar, y
en 1680 llegaron a Esmirna. En Europa es digna de
destacar su labor de asistencia a los apestados, a los
heridos de guerra, a las masas hambrientas del campo y
de la ciudad. Por desgracia, la revolución francesa de
1789 fue un duro golpe para una labor tan admirable.
A finales del siglo XVIII, en el momento de su mayor
esplendor, el movimiento recoleto dentro de la Orden de
los Menores Observantes era el tercero en importancia
por número de religiosos: 11.000, frente a los 39.000
observantes, 19.000 reformados y 7000 alcantarinos o
descalzos. Un siglo después, en el año 1897, León XIII
suprimirá la autonomía de las cuatro reformas,
fundiéndolas en una única Orden, bajo el nombre de
Hermanos Menores de la Unión Leoniana o,
simplemente, Hermanos Menores.
Fratefrancesco.org
Lo datos del presente artículo
han sido tomados, principalmente, de la "Sintesi
storica dell'Ordine Francescano" publicada por
Franco Careglio en la revista "La Squilla dei
Francescani di Recco", 1 y 2 (2004).
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