Comienzan los salmos que el santísimo padre nuestro
Francisco ordenó para reverencia y memoria y alabanza de
la pasión del Señor. De los cuales hay que decir uno
para cada Hora del día y de la noche. Y empiezan por las
Completas del viernes de Pascua, pues esa noche fue
traicionado y apresado nuestro Señor Jesucristo. Y ten
en cuenta que san Francisco decía así este oficio:
primero decía la oración que nos enseñó el Señor y
Maestro: "Santísimo Padre nuestro etc." con alabanzas,
es decir: "Santo, Santo, Santo", como se dijo más
arriba. Acabadas las alabanzas con la oración iniciaba
esta antífona, a saber: "Sancta María". Primero decía
los salmos de Santa María; luego decía otros salmos
escogidos por él y, acabados los salmos, decía el salmo
de la pasión. Terminado el salmo decía esta antífona:
"Sancta Maria virgo". Terminada la antífona, se acababa
el oficio.
PARTE I - EN
EL TRIDUO SANTO Y EN LOS DÍAS FERIALES DEL AÑO
Para Completas
Antífona: Virgen Santa María
Salmo 1
Oh Dios, te he manifestado mi vida, pusiste mis lágrimas
ante ti (Sal 55, 8-9).
Todos mis adversarios tramaban males contra mí (Sal 40,
8);
juntos celebran consejo (Sal 70, 10).
Y pusieron contra mí males por bienes y odio por amor
(Sal 108, 5).
Me acusaban a cambio de mi amor, pero yo rezaba por
ellos (Sal 108, 4).
Padre mío santo, rey del cielo y de la tierra, no te
alejes de mí, que la tribulación está cerca y no hay
quien me ayude (Jn 17, 11; Mt 11, 25; Sal 21, 12).
Mis enemigos retrocederán el día que te invoque, porque
reconozco que eres mi Dios (Sal 55, 10).
Mis amigos y vecinos se acercaron contra mí, mis amigos
se quedan a distancia (Sal 37, 17).
Alejaste de mí a mis conocidos, soy insoportable para
ellos, entregado, no puedo escapar (Sal 87, 9).
Padre santo, no apartes de mí tu ayuda, Dios mío,
mírame, ven en mi auxilio (Sal 37, 23).
Ven en mi auxilio, Señor, Dios de mi salvación (Sal 37,
23).
Gloria.
Antífona.-
Virgen Santa María, no ha nacido entre las mujeres nadie
como tú, hija y esclava del altísimo sumo Rey Padre
celestial, madre del santísimo Señor nuestro Jesucristo,
esposa del Espíritu Santo: ruega por nosotros con san
Miguel arcángel y todas las virtudes de los cielos y
todos los santos, ante tu santísimo hijo amado, Señor y
maestro.
Gloria al Padre. Como era.
Téngase en cuenta que esta antífona se dice en todas las
horas, y se dice como antífona, capítulo, himno
versículo y oración; y lo mismo en Maitines y en todas
las horas. En esas horas no decía otra cosa que esta
antífona con sus salmos. Como conclusión del oficio san
Francisco decía siempre:
Bendigamos al Señor Dios vivo y verdadero: a él la
alabanza, la gloria, el honor, la bendición y todos los
bienes. Amén. Amén. Hágase. Hágase.
Para Maitines
Antífona: Virgen Santa María.
Salmo 2
Señor Dios de mi salvación, / de día y de noche grito
ante ti (Sal 87,2).
Llegue hasta ti mi oración; / acerca tu oído a mi
plegaria (Sal 87,3).
Mira por mi alma y líbrala, / líbrame de mis enemigos
(Sal 68,19).
Porque fuiste tú quien me sacó del vientre, mi esperanza
desde el pecho de mi madre; / desde el seno materno fui
lanzado a ti (Sal 21,10).
Desde el vientre materno tú eres mi Dios; / no te alejes
de mí (Sal 21,10).
Tú conoces mi afrenta y mi confusión / y mi sonrojo (Sal
68,20).
A tu vista están todos los que me acosan; / afrenta y
miseria esperó mi corazón (Sal 68,21).
Y esperé a quien me compadeciera, y no hubo nadie, / y a
quien me consolara, y no lo encontré (Sal 68,21).
Los inicuos, ¡oh Dios!, se alzaron contra mí, / y la
sinagoga de los poderosos buscaron mi vida, y no te
tuvieron presente (Sal 85,14).
Me cuentan con los que bajan a la fosa; / estoy como un
hombre sin vigor, libre entre los muertos (Sal 87,5 -
6).
Tú eres mi Padre santísimo, I Rey mío y Dios mío (Sal
43,5). -Ven en mi auxilio, / Señor Dios de mi salvación
(Sal 37,23).
Para Prima
Antífona: Virgen Santa María.
Salmo 3
Ten piedad de mí, ¡oh Dios!, ten piedad, / pues en ti
confía mi alma (Sal 56,2).
Esperaré a la sombra de tus alas / hasta que pase la
iniquidad (Sal 56,2).
Clamaré al santísimo Padre mío altísimo; / al Señor, que
se puso a mi favor (Sal 56,3).
Envió desde el cielo y me libró, / llevó el oprobio a
los que me conculcaban (Sal 56,4).
Envió Dios su misericordia y su verdad; / libró mi vida
(sal 56,4 - 5) de mis fortísimos enemigos y de los que
me odiaron, pues se habían hecho fuertes contra mí (Sal
17,18).
Prepararon un lazo a mis pies / y doblegaron mi alma
(Sal 56,7). -Delante de mí cavaron una fosa, / y cayeron
en ella (Sal 56,7).
Mi corazón está firme, Dios mío, mi corazón está firme;
/ cantaré y salmodiaré (Sal 56,8).
Álzate, gloria mía; despierta, salterio y cítara; / me
levantaré a la aurora (Sal 56,9).
Te confesaré ante los pueblos, Señor, / y ante las
gentes te salmodiaré (Sal 56,10).
Porque hasta los cielos se agranda tu misericordia, / y
tu verdad hasta las nubes (Sal 56,11).
Álzate sobre los cielos, ¡oh Dios!, / y sobre toda la
tierra tu gloria (Sal 56,12).
Téngase en cuenta que este salmo se dice siempre en
prima.
Para tercia
Antífona: Virgen Santa María.
Salmo 4
Misericordia, Dios mío, que me han pisoteado, / me han
atribulado todo el día, combatiéndome (Sal 55,2).
Todo el día me pisotearon mis enemigos, / porque son
muchos los que luchan contra mí (Sal 55,3).
Todos mis enemigos pensaban contra mí, / pronunciaron
palabras perversas contra mí (Sal 40,8 - 9).
Los que me custodiaban / conspiraron contra mí (Sal
70,10).
Salían fuera / y hablaban (Sal 40,7) juntos (Sal 40,8).
Todos los que me vieron se rieron de mí, / hablaron y
menearon la cabeza (Sal 21,8).
Yo soy gusano y no hombre, / vergüenza de los hombres y
desprecio de la plebe (Sal 21,7).
Para mis vecinos me he convertido en motivo de gran
afrenta, más que todos mis enemigos, / y en temor para
mis conocidos (Sal 30,12).
Padre santo, no me retardes tu auxilio, / atiende a mi
defensa (Sal 21,20).
Ven en mi auxilio, / Señor, Dios de mi salvación (Sal
37,23).
Para Sexta
Antífona: Virgen Santa María.
Salmo 5
Clamé al Señor con mi voz, / al Señor supliqué con mi
voz (Sal 141,2).
Derramo mi oración en su presencia / y ante El expongo
mi tribulación (Sal 141,3) .
Cuando me falta el aliento, / también tú conoces mis
senderos (Sal 141,42).
En el camino por donde iba, / los soberbios me
escondieron una trampa (Sal 141,4).
Miraba a la derecha y remiraba, / pero no había quien me
conociese (Sal 141,5) .
Me fue imposible huir / y no hay quien mire por mí (Sal
141,5).
Porque soporté por ti afrentas, / cubrió mi rostro la
confusión (Sal 66,8).
Para mis hermanos soy un extraño, / y extranjero para
los hijos de mi madre (Sal 68,9).
Padre santo, me devoró el celo de tu casa, / y las
afrentas de los que te afrentaban cayeron sobre mí (Sal
68,10).
Y se alegraron contra mí y se confabularon, / se
amontonaron sobre mí las desdichas, y no lo supe (Sal
34,15).
Son más numerosos que los pelos de mi cabeza / los que
me odian sin razón (Sal 68,5).
Los enemigos que me perseguían injustamente se han hecho
fuertes; / devolvía yo entonces lo que no había robado
(Sal 68,5).
Testigos inicuos se levantaban / para demandarme lo que
ni sabía (Sal 34,11).
Me pagaban mal por bien (Sal 34,12) y me difamaban, /
porque buscaba la bondad (Sal 37,21).
Tú eres mi Padre santísimo, / Rey mío y Dios mío (Sal
43,5)
Ven en mi auxilio, Señor, /Dios de mi salvación (Sal
37,23).
Para Nona
Antífona: Virgen Santa María.
Salmo 6
Vosotros, todos los que pasáis por el camino, / mirad y
ved si hay dolor como mi dolor (Lam 1,12).
Porque muchos perros me acorralaron; / me cercó la
reunión de los malhechores (Sal 21,17).
Y ellos me miraron y contemplaron, / se dividieron mis
vestidos y echaron a suerte mi túnica (Sal 21,18 - 19).
Taladraron mis manos y mis pies / y contaron todos mis
huesos (Sal 21,17 - 18).
Abrieron su boca contra mí / como león que atrapa y ruge
(Sal 21,14).
derramado estoy como el agua, / y mis huesos todos están
dislocados (Sal 21,15).
Y mi corazón se parece a cera derretida / en medio de
mis entrañas (Sal 21,15).
Como una teja se secó mi fuerza, / y mi lengua se me
pegó al paladar (Sal 21,16).
Y para comer me dieron hiel, / y en mi sed me dieron
vinagre (Sal 68,22).
Y me llevaron al polvo de la muerte (cf. Sal 21,16) / y
aumentaron el dolor de mis llagas (Sal 68,27).
Me dormí y desperté (Sal 3,6), / y mi Padre santísimo me
acogió con gloria (cf. Sal 72,24).
Padre santo, sostuviste mi mano derecha y me guiaste
según tu voluntad / y me acogiste en gloria (Sal 72,24).
¿Qué hay para mí en el cielo?; / y fuera de ti, ¿qué he
querido en la tierra? (Sal 72,25);
Mirad, mirad que yo soy Dios, dice el Señor; / seré
exaltado entre las gentes, seré exaltado en la tierra
(cf. Sal 45,11).
Bendito sea el Señor Dios de Israel (Lc 1,68), que
redimió las almas de sus siervos con su propia sangre
santísima / y no abandonará a nadie que espere en El
(Sal 33,23).
Y sabemos que viene, / que vendrá a establecer la
justicia (cf. Sal 9~,13).
Para Visperas
Antífona: Virgen Santa María.
Salmo 7
Aplaudid todas las gentes, / aclamad a Dios con voz de
júbilo (Sal 46,2).
Pues el Señor es excelso, / terrible, Rey grande sobre
toda la tierra (Sal 46,3).
Porque el santísimo Padre de los cielos, nuestro Rey
antes de los siglos, / envió de lo alto a su amado Hijo
y realizó la salvación en medio de la tierra (Sal
73,12).
Alégrense los cielos y goce la tierra, conmuévase el mar
y cuanto lo llena; / se alegrarán los campos y cuanto
hay en ellos (Sal 95,11 - 12).
Cantadle un cántico nuevo, / cantad al Señor toda la
tierra (Sal 95,1). -Porque grande es el Señor y en gran
manera loable, / es temible sobre todos los dioses (Sal
95,4).
Tierras de los gentiles, ofrendad al Señor; ofrendad al
Señor gloria y honor, / ofrendad gloria al nombre del
Señor (Sal 95,7 - 8).
Tomad vuestros cuerpos y cargad con su santa cruz / y
seguid hasta el fin sus santísimos preceptos (cf. Lc
14,27; l Pe 2,21).
Tiemble la tierra entera en su presencia; / decid entre
las gentes que el Señor reinó desde el madero (Sal 95,9
- 10).
Hasta aquí se recita diariamente desde el Viernes Santo
hasta la fiesta de la Ascensión. En la fiesta de la
Ascensión se añaden los versículos siguientes: -Y subió
a los cielos y está sentado a la derecha del santísimo
Padre en los cielos; álzate sobre los cielos, ¡oh Dios!,
/ y tu gloria sobre toda la tierra (Sal 56,12). -Y
sabemos que viene, / que vendrá a establecer la justicia
(cf. Sal 95,13). -Téngase en cuenta que este salmo se
recita a diario de la misma forma desde la ascensión al
Adviento del Señor; es decir, Aplaudid, con los
versículos señalados, diciendo el Gloria al Padre al fin
del salmo, o sea, al terminar las palabras que vendrá a
establecer la justicia.
Adviértase también que los salmos indicados
anteriormente se dicen desde el Viernes santo al domingo
de Resurrección. También desde la octava de Pentecostés
al Adviento del Señor y desde la octava de la Epifanía
hasta el domingo de Resurrección, excepto los domingos y
fiestas principales, en que no se recitan; los demás
días, en cambio, se recitan siempre.
PARTE II - EN EL TIEMPO PASCUAL - DESDE EL SÁBADO
SANTO, CONCLUIDO YA EL DÍA
Para completas
Antífona: Virgen Santa María.
Salmo 8
¡Oh Dios!, ven en mi auxilio; / Señor, date prisa en
socorrerme. -Sean confundidos y avergonzados / los que
buscan mi vida.
Retrocedan y cúbranse de ignominia / los que me quieren
mal. Retrocedan en seguida sonrojados / los que me
gritan: ¡Ah, ah! -Que se alegren y regocijen en ti todos
los que te buscan / y digan siempre los que aman tu
salvación: Engrandecido sea el Señor. -Yo soy necesitado
y pobre; / ayúdame, ¡oh Dios! -Mi auxilio y libertador
eres tú; / Señor, no te retardes (Sal 69,2 - 6).
Para Maitines del Domingo de Resurrección
Antífona: Virgen Santa María.
Salmo 9
Cantad al Señor un cántico nuevo, / porque ha hecho
maravillas (Sal 97,1).
Han sacrificado a su amado Hijo, su diestra y su santo
brazo (Sal 97,1).
El Señor ha dado a conocer su salvación, / ha mostrado
ante las gentes su justicia (Sal 97,2).
En aquel día envió el Señor su misericordia, / y en la
noche su canto (Sal 41,9).
Este es el día que hizo el Señor; / alegrémonos y
gocémonos en él (Sal 117,24).
Bendito el que viene en el nombre del Señor; / Dios es
Señor y nos ha iluminado (Sal 117,26 - 27).
Alégrense los cielos y goce la tierra, conmuévase el mar
y cuanto lo llena; / se alegrarán los campos y cuanto
hay en ellos (Sal 95,11 - 12).
Tierras de los gentiles, ofrendad al Señor; ofrendad al
Señor gloria y honor, / ofrendad al Señor la gloria
debida a su nombre (Sal 95,7 - 8).
Hasta aquí se recita diariamente desde el domingo de
Resurrección hasta la fiesta de la Ascensión, en cada
una de las horas, exceptuadas las vísperas, las
completas y prima. En la noche de la Ascensión se añaden
los siguientes versículos:
-Reinos de la tierra, cantad a Dios, / salmodiad al
Señor (Sal 67,33).
Salmodiad a Dios, que asciende sobre el cielo de los
cielos / hacia el oriente (Sal 67,33 - 34).
Mirad que hará oír su voz potente; dad gloria a Dios por
Israel, / su grandeza y su poder están sobre las nubes.
Admirable es Dios en sus santos; / el Dios de Israel
dará poder y fortaleza a su pueblo; bendito sea Dios
(Sal 76,36). Gloria.
Téngase en cuenta que este salmo se recita diariamente
desde la Ascensión del Señor hasta la octava de
Pentecostés, con los versículos indicados en maitines,
tercia, sexta y nona, diciendo Gloria al terminar
bendito sea Dios y no en otro lugar. -Adviértase también
que se dice de la misma forma sólo en maitines de los
domingos y principales fiestas desde la octava de
Pentecostés hasta el Adviento del Señor y desde la
octava de Epifanía hasta el Jueves santo, pues en ese
día comió el Señor la pascua con sus discípulos; o, si
se quiere, se puede decir otro salmo en maitines o en
vísperas; por ejemplo: Te ensalzaré, Señor, etc. (Sal
29), como se encuentra en el salterio; y esto desde el
domingo de resurrección hasta la fiesta de la Ascensión
únicamente.
Para Prima
Antífona: Virgen Santa María.
Salmo 3
Ten piedad de mí, ¡oh Dios! (como anteriormente).
Para Tercia, Sexta y Nona
Salmo 9
Cantad al Señor (como anteriormente).
PARTE III -EN LOS DOMINGOS Y FIESTAS PRINCIPALES
Para I Vísperas
Salmo 7
Aplaudid todas las gentes (como anteriormente).
Siguen otros salmos, que también compuso nuestro
beatísimo padre Francisco, los cuales se dicen, en lugar
de los salmos anteriormente indicados de la pasión del
Señor, en los domingos y principales fiestas, desde la
octava de Pentecostés hasta el Adviento, y desde la
octava de Epifanía hasta el Jueves santo; anótese que
han de decirse en ese día, porque es la pascua del
Señor.
Para Completas
Antífona: Virgen Santa María.
Salmo 8
¡Oh Dios!, ven en mi auxilio (cf: salterio).
MAITINES
Antífona: Virgen Santa María.
Salmo: Cantad al Señor (como anteriormente: salmo 9).
Para Prima
Antífona: Virgen Santa María.
Salmo 3
Ten piedad de mí, ¡oh Dios! (como anteriormente).
Para Tercia
Antífona: Virgen Santa María.
Salmo 10
Toda la tierra, aclamad al Señor, cantad salmos a su
nombre, / dadle gloria y alabanza (Sal 65,1 - 2).
Decid a Dios: "¡Qué terribles son tus obras, Señor; /
tus enemigos quedarán desmentidos ante la grandeza de tu
poder" (Sal 65,3).
Que toda la tierra te adore y te cante / y diga salmos a
tu nombre (Sal 65,4).
Venid, escuchad, y os contaré a todos los que teméis a
Dios / cuánto ha hecho por mi alma (Sal 65,16).
Mi boca gritó a El, / y lo exaltó mi lengua (Sal 65,17).
Y escuchó mi voz desde su santo templo, / y mi clamor
llegó a su presencia (Sal 17,7).
Bendecid, gentes, a nuestro Señor / y haced oír la voz
de su alabanza (Sal 65,8).
Y en El serán benditas todas las tribus de la tierra, /
todas las naciones lo engrandecerán (Sal 71,17).
Bendito el Señor, Dios de Israel (Lc 1,68); / El solo
hace grandes maravillas (Sal 71,18).
Y eternamente bendito el nombre de su majestad; / toda
la tierra se llenará de su gloria. Amén. Amén (Sal
71,19).
Para Sexta
Antífona: Virgen Santa María.
Salmo 11
Que te escuche el Señor el día de la tribulación, / el
nombre del Dios de Jacob te proteja (Sal 19,2).
Que te auxilie desde su santuario, / que desde Sión te
defienda (Sal 19,3).
Que se acuerde de todos tus sacrificios, / que le sea
grato tu holocausto (Sal 19,4).
Que te conceda lo que tu corazón desea / y que confirme
todos tus planes (Sal 19,5).
Nos alegraremos en tu salvación / y en el nombre del
Señor Dios nuestro seremos engrandecidos (Sal 19,6).
Que el Señor cumpla todos tus deseos; ahora sé que el
Señor envió a Jesucristo su Hijo (cf: Jn 4,9; Sal 19,7),
/ y juzgará a los pueblos con justicia (Sal 9,9).
El Señor se ha constituido en refugio para el pobre,
ayudador en las necesidades, en la tribulación; / que
esperen en ti los que conocieron tu nombre (Sal 9,10 -
11).
Bendito el Señor mi Dios (Sal 143,1), porque se ha
convertido en mi asilo y mi refugio / en el día de mi
tribulación (Sal 58,17).
Ayudador mío, te cantaré, porque, ¡oh Dios!, eres mi
asilo, / Dios mío, misericordia mía (Sal 58,18).
Para Nona
Antífona: Virgen Santa María.
Salmo 12
En ti, Señor, esperé, no quede confundido para siempre;
/ líbrame y sálvame por tu justicia (Sal 70,1 - 2).
Inclina a mí tu oído / y sálvame (Sal 70,2). -Sé para mí
un Dios protector y lugar de refugio / para que me
salves (Sal 70,3).
Porque tú eres, Señor, mi paciencia; / mi esperanza,
Señor, desde mi juventud (Sal 70,5).
Desde el seno materno encontré en ti mi apoyo, tú eres
mi protector desde el vientre de mi madre; l para ti
siempre mi canto (Sal 70,6).
Que se me llene la boca de alabanza para cantar tu
gloria, / tu grandeza todo el día (Sal 70,8).
Escúchame, Señor, porque tu misericordia es benigna; /
mírame según la multitud de tus misericordias (Sal
68,17).
No apartes tu rostro de tu siervo; / porque estoy
atribulado, escúchame en seguida (Sal 68,18).
Bendito el Señor mi Dios (Sal 143,1), porque se ha
convertido en mi asilo y refugio / en el día de mi
tribulación (Sal 58,17).
Ayudador mío, te cantaré, porque, ¡oh Dios!, eres mi
asilo, Dios mío, misericordia mía (Sal 58,18).
Para Vísperas
Antífona: Virgen Santa María.
Salmo 7
Aplaudid todas las gentes (como anteriormente).
PARTE IV -EN EL TIEMPO DE ADVIENTO DEL SEÑOR
Siguen otros salmos, dispuestos también por nuestro
beatísimo padre Francisco, los cuales se dicen, en lugar
de los indicados anteriormente de la pasión del Señor,
desde el Adviento del Señor hasta la vigilia de Navidad
únicamente.
Para Completas
Antífona: Virgen Santa María.
Salmo 13
¿Hasta cuándo, por fin, me olvidarás, Señor? /
¿Hasta cuándo apartarás tu rostro de mí? (Sal 12,1).
¿Hasta cuándo estaré cavilando en mi alma / y durante el
día tendré dolor en mi corazón? (Sal 12,2).
¿Hasta cuándo se me sobrepondrá el enemigo? / Mira y
óyeme, Señor, Dios mío (Sal 12,4).
Da luz a mis ojos para que no me duerma en la muerte, /
para que no diga mi enemigo: Le he vencido (Sal 12,4).
Los que me atribulan se gozarán si caigo; / pero yo
espero en tu misericordia (Sal 12,5).
Mi corazón saltará de gozo en tu socorro; cantaré al
Señor, que me hizo bien, / y salmodiaré al nombre del
Señor altísimo (Sal 12,6).
Para Maitines
Antífona: Virgen Santa María.
Salmo 14
Te alabaré, Señor, Padre santísimo, Rey del
cielo y de la tierra, / porque me has consolado (Is
12,1; cf. Mt 11,25).
Tú eres mi Dios salvador; / actuaré con confianza y no
temeré ( Is 12,2).
El Señor es mi fuerza y mi alabanza / y se ha hecho mi
salvación (Sal 117,14).
Tu diestra, Señor, se ha engrandecido de poder; tu
diestra, Señor, ha herido al enemigo, / y has abatido
con el poder de tu gloria a mis enemigos (Ex 15,6 - 7).
Que lo vean los pobres y se alegren; / buscad a Dios, y
vivirá vuestra alma (Sal 68,33).
Que el cielo y la tierra lo alaben, / el mar y cuanto en
ellos se mueve (Sal 68,35).
Porque Dios salvará a Sión / y se reedificarán las
ciudades de Judá (Sal 68,36).
Y habitarán allí / y la adquirirán en herencia (Sal
68,36).
Y el linaje de sus siervos la poseerá / y los que aman
su nombre habitarán en ella (Sal 68,37).
Para Prima
Antífona: Virgen Santa María.
Salmo 3
Ten piedad de mí, ¡oh Dios! (como anteriormente).
Para Tercia
Antífona: Virgen Santa María.
Salmo 10
Toda la tierra (como anteriormente).
Para Sexta
Antífona: Virgen Santa María.
Salmo 11
Que te escuche el Señor (como anteriormente).
Para Nona
Antífona: Virgen Santa María.
Salmo 12
En ti, Señor, esperé (como anteriormente).
Para Vísperas
Antífona: Virgen Santa María.
Salmo 7
Aplaudid todas las gentes (como anteriormente).
Téngase en cuenta que no se recita el salmo entero, sino
hasta el versículo Tiemble la tierra entera; pero se
dice todo el versículo Tomad vuestros cuerpos. Al fin
del cual se dice el Gloria al Padre. Así se recita en
las vísperas de todos los días desde el Adviento hasta
la vigilia de Navidad.
PARTE V -EN EL TIEMPO DE LA NAVIDAD DEL SEÑOR, HASTA
LA OCTAVA DE LA EPIFANÍA
Vísperas de la Navidad del Señor
Antífona: Virgen Santa María
Salmo 15
Glorificad al Dios, nuestra ayuda (Sal 80,2); /cantad al
Señor, Dios vivo y verdadero, con voz de alegría (cf.
Sal 46,2).
Porque el Señor es excelso, /terrible, rey grande sobre
toda la tierra (Sal 46,3).
Porque el santísimo Padre del cielo, nuestro Rey antes
de los siglos (Sal 73,12), envió a su amado Hijo de lo
alto, / y nació de la bienaventurada Virgen María.
El me invocó: "Tú eres mi Padre"; / y yo lo haré mi
primogénito, el más excelso de los reyes de la tierra
(Sal 88,27-28).
En aquél día que hizo el Señor; /alegrémonos y gocémonos
en él (Sal 117,24)
En aquél día, el Señor Dios envió su misericordia, / y
en la noche su canto (Sal 41, 9).
Este es el día que hizo el Señor; / alegrémonos y
exultemos en él (Sal 117 94).
Porque se nos ha dado un niños santísimo amado y nació
por nosotros (Is 9,5) fuera de cada y fue colocado en un
pesebre, / porque no había sitio en la posada (cf Lc
2,7). -Gloria al Señor en las alturas, / y en la tierra,
paz a los hombres de buena voluntad (cf Lc 2,14).
Alégrese el cielo y exulte la tierra, conmuévase el mar
y cuánto lo llena, / se gozarán los campos y todo lo que
hay en ellos.
Cantadle un cántico nuevo, / cante al Señor toda la
tierra. -Porque grande es el Señor y muy digno de
alabanza, terrible sobre todos los dioses (Sal 95,4).
Tierras de los gentiles, ofrendad al Señor; ofrendad al
Señor gloria y honor, / ofrendad al Señor la gloria
debida a su nombre (Sal 95,7 - 8).
Tomad vuestros cuerpos y cargad con su santa cruz / y
seguid hasta el fin sus santísimos preceptos (Rom 12,1;
Lc 14,27; 1 Pe 2,12)
Téngase en cuenta que este salmo se recita en todas las
horas desde la Navidad del Señor hasta la octava de la
Epifanía. Si alguno quiere recitar este oficio del
bienaventurado Francisco, dígalo en la forma siguiente:
dirá primero el Padre nuestro con las alabanzas: Santo,
santo, santo. Acabadas las alabanzas con la oración, tal
como se indica más arriba, comiéncese la antífona: Santa
Virgen María, con el salmo señalado para cada hora del
día y de la noche. Y dígase con gran reverencia.
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