Al
periodo del cine mudo pertenecen también dos películas aún no
localizadas: la americana The Vision Beatiful,
realizada por Selig en 1912 e interpretada por Tom Santschi, y la
alemana El Heraldo del gran Rey, producida por la
Trasatlantic y distribuída en Italia en 1922.
Prosiguiendo en este recorrido
esencial sobre el "primer cine franciscano", merece una mención el
proyecto - por desgracia frustrado- del poeta Guido Gozzano, que
entre 1913 y 1916 había preparado una escenificación cuyo
texto (también sacado de las "Florecillas"), fue publicado
postumamente en el quinto volumen de la edición Treves "Le dolci
rime - Le fiabe - San Francesco" (1937). El de Gozzano era un
proyecto ambicioso, como se deduce también de algunas declaraciones
del ilustre historiador del cine Aldo Bemardini, quien refiere que
la película, cuyo título iba a ser "La vita di san Francesco
di Assisi", iba a tener música del maestro Don Giocondo
Fino, escenografía del cav. Cussetti, e iba a tener un válido
soporte ecómico de parte de importantes sociedades y organizaciones
próximas a la Iglesia.
A
un proyecto sobre San Francisco había ya pensado hacia finales de
los años 10 la Milano Films, que encargó a Adolfo Padovan (uno de
los realizadores del Infierno, inspirado en el Poema de
Dante) la redacción del guión.
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