Fuente: Notimex, 13 sept. 2006. "Dedicó
José Mojica su vida al canto, la actuación y a Dios",
SEPT. 13, 2006 (NOTIMEX).- El tenor y actor mexicano
José Mojica, una de las principales estrellas del cine
hablado de los años 30, quien antes de ordenarse como
sacerdote cautivó al público tanto de este país como de
Estados Unidos por su galantería y voz, nació el 14 de
septiembre de 1895.
José vio la primera luz del mundo en San Gabriel,
Jalisco. Al morir su padre acompañó a su madre hasta la
Ciudad de México, en donde estudió, primero en el
Colegio Saint Marie y después en la Academia de San
Carlos.
Años más tarde se matriculó en la Escuela Nacional
de Agricultura; sin embargo, sus preparación no llegó a
su fin debido a que el colegio fue cerrado a
consecuencia del movimiento revolucionario.
Este paréntesis le sirvió para descubrir una de sus
vocaciones: la ópera. En el aula del maestro José
Eduardo Pierson tomó clases de canto al mismo tiempo que
en el Conservatorio Nacional de Música.
Luego de varios ensayos pudo mostrar su arte y
talento el 5 de octubre de 1916, cuando debutó como
tenor en el Teatro Arbeu con "El barbero de Sevilla".
Pero su ambición no quedó ahí, ya que su anhelo era
triunfar también en Estados Unidos. Por esta razón viajó
a Nueva York, en donde a la par de realizar audiciones
tuvo que trabajar como lavaplatos en un restaurante para
poder subsistir.
Tiempo después se le presentó una oportunidad en una
compañía de ópera que le dio papeles secundarios.
Gracias al tenor italiano Enrico Caruso, quien lo
escuchó cantar, pudo iniciar una nueva vida como
cantante de ópera y opereta, ya que lo recomendó en la
Compañía de Opera de Chicago.
Mojica completó su formación con clases de canto,
danza, idiomas y actividades deportivas: gimnasia e
hipismo.
Con el paso del tiempo se convirtió en un actor de
moda y fue así como trabajó en el Metropolitan Opera
House. Cuando cantó a lado de Mary Garden "Pelleas et
Melisande", de Claude Debussy, saltó a la fama de manera
espectacular.
Actuó después en la gran ópera al lado de Amelita
Galli-Cursi, Mrtinelli, Lilly Pons y otras notables
figuras.
Posteriormente fue contratado en exclusiva por la
firma Edison, con la que grabó numerosos discos de
varias obras operísticas y música tradicional mexicana.
El interpretar de manera frecuente estos géneros dio a
Mojica celebridad y también nuevas oportunidades en el
mundo del espectáculo.
En 1930 comenzó su incursión en el cine hablado y
fue precisamente en Hollywood donde tuvo su primera
oportunidad. La película en la que debutó fue "El precio
de un beso", de James Tinling y Marcel Silver, y en la
que además actuó Antonio Moreno.
Sin embargo, sus mejores películas fueron "El rey de
los gitanos" (1932); "La cruz y la espada" (1937) y "El
capitán aventurero" (1938), estas últimas realizadas en
México.
Encasillado en el papel de galán cantante, José
Mojica deleitó al público de la época, adelantándose de
ese modo a estrellas estadounidenses como Nelson Eddy o
Howard Keel.
De las películas que rodó en Los Angeles se
recuerdan "Cuando el amor ríe" (1930), de David Howard y
William J. Scully; "Hay que casar al príncipe" (1931),
de Lewis Seiler; "La ley del harem" (1931), de Seiler;
"El caballero de la noche" (1932), de James Tinling; "El
rey de los gitanos" (1933), de Frank Strayer, y "La cruz
y la espada" (1933), de Frank Strayer.
Después de vivir ese periodo en Estados Unidos, el
tenor volvió a México para rodar "El capitán aventurero"
(1938), de Arcady Boytler, que fue una adaptación de la
pieza "Don Gil de Alcalá", de Manuel Penella.
Asimismo participó en la cinta de éxito "La canción
del milagro" (1939), de Rolando Aguilar. En 1942 viajó a
Buenos Aires, Argentina, en donde protagonizó "Melodía
de América", de Eduardo Morera; en este filme es
significativa su interpretación del bolero "Solamente
una vez", de Agustín Lara.
Ese mismo año su vida dio un cambio sustancial:
Mojica ingresó al Seminario Franciscano del Cuzco, en
Perú, y adoptó el nombre de Fray José Francisco de
Guadalupe. En 1947 confirmando su anhelo religioso se
ordenó sacerdote en el Templo Máximo de San Francisco de
Jesús, en la ciudad de Lima.
Sin embargo, dicho acontecimiento no supuso el final
de su trayectoria artística, toda vez que con el
objetivo de reunir fondos para la fundación de un
seminario en Arequipa, recorrió Iberoamérica dando
conciertos y protagonizando espacios radiofónicos.
Llegó a participar en una película española "El
pórtico de la Gloria" (1953), producida por Cesáreo
González y dirigida por Rafael J. Salvia, quien además
escribió el guión inspirado en un argumento del propio
sacerdote.
Un singular cancionero animó la citada película, en
la que ahora el sacerdote Mojica interpretaba
composiciones de Leopoldo de la Rosa, Agustín Lara y
Ricardo Palmerín. Sin duda, un buen recordatorio de sus
cualidades, muy apreciadas por el público
hispanohablante.
Tras una vida dedicada a la música y la actuación,
Fray José Francisco de Guadalupe murió en Lima, Perú, el
20 de septiembre de 1974.
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