Por Valentí Serra de Manresa, Ofmcap.
Extracto del artículo: Miguel de
Cervantes i la familia franciscana"
"Catalunya Franciscana", n. 213, maig-juny
2005 (año LXI), pags. 68 y ss.).
Se cumplen este año cuatrocientos años de
la publicación de "El Quijote", una de las producciones literarias que más
acogida, más ediciones y más traducciones ha tenido a lo largo de los
últimos cuatro siglos. Esta efeméride no podíamos dejarla pasar por alto,
porque Miguel de Cervantes (hermano carnal de un fraile menor) fue también
miembro profeso de la tercera orden franciscana, y pidió ser amortajado
con el hábito seráfico como, en siglos posteriores, igualmente, lo
pedirían otros autores clásicos de la literatura mundial, como Jacinto
Verdaguer o Giovanni Papini.
1. Un clásico de la Literatura Universal escrito por
un terciario franciscano
A principios del año 1605 salía publicada
en Madrid, de las prensas de los talleres tipográficos de Juan de la
Cuesta, la primera parte de una de las obras literarias que, junto a la
Sagrada Biblia y el Kempis, ha sido más editada y traducida durante
siglos, y que, plenamente, se puede calificar como obra maestra de la
literatura universal. Nos referimos, obviamente, a la novela titulada
El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, del escritor
castellano Miguel de Cervantes (1547-1616) quien, poco después de publicar
las Novelas ejemplares, pidió profesar, el año 1613,
en la tercera orden franciscana.
El prestigioso investigador de la
literatura Martí de Riquer (terciario de los capuchinos) ha escrito a
propósito de "El Quijote" que "tanto por la vestimenta medieval como
por su mentalidad e incluso por su lenguaje (con frecuentes formas propias
del castellano medieval), Don Quijote es un arcaismo viviente", lo
cual supuso en la vida del caballero manchego una constante desacomodación
con el ambiente en el que vivió y, sobre todo, con las personas con las
que trató, las cuales, sin embargo, miraron la peculiar figura del
caballero -imbuido en la lectura de los libros de caballería- con sorpresa
e, incluso, con sorna i carcajadas. Así mismo, a pesar de las atinadas
reflexiones de su escudero Sancho Panza (un campesino de la Mancha,
realista, pero muy interesado y sin demasiados ideales), don Quijote
perseverará con tenacidad en sus ideales de caballero, a pesar de las
incomprensiones y dificultades.
En la segunda parte de la novela titulada
El ingenioso caballero don Quijote de la Mancha (publicada en
Madrid el año 1615), don Quijote, que ya empieza a ver la realidad tal
como es, será víctima frecuente del engaño de quiénes los rodean, pues
trataron de engatusarlo según las y quimeras del caballero de la "Triste
Figura". Por otro lado, algunos estudiosos de la literatura y reconocidos
escritores, como Miguel de los Santos Oliver, han querido poner de relieve
que "El Quijote", más que una sátira (no obstante la fuerte ironización de
los libros de caballería) sería, más bien, una reivindicación del espíritu
caballeresco de la cristiandad medieval, que entonces ya había muerto
ahogada por el neopaganismo, la ambición y la sensualidad renacentistas;
de manera que don Quijote, con sus ideales, habría enaltecido y
transfigurado el modelo del caballero de cuño cristiano, frente a una
visión más realista (?) y moderna de su escudero Sancho Panza.
2. Aspectos biográficos del autor del Quijote
La biografía de Miguel de Cervantes y
Saavedra (Alcalá de Henares 1547 - Madrid 1616) es rica y compleja.
Formado cristianamente al abrigo del colegio de la Compañía de Jesús
ubicado en Sevilla, una vez acabados los estudios humanísticos accedió, en
torno al año 1569, al secretariado y servicio personal de Monseñor Giulio
Acquaviva en Roma, pero sólo por un tiempo muy breve, porque en el año
1571 ingresó en el ejército y combatió en Lepanto, en la galera
"Marquesa", donde un arcabuzazo de los sarracenos le inutilizó la mano
izquierda. En septiembre de 1575, esta galera fue asaltada por un ataque
turco y Miguel de Cervantes, junto con su hermano Rodrigo, fueron
aprisionados en Argel. La familia de Cervantes se endeudó para poder pagar
el rescate de uno de los hermanos, por lo que Miguel de Cervantes tuvo que
permanecer cautivo hasta septiembre de 1580, cuando fue redimido por los
religiosos trinitarios. Una vez liberado, trabajó en diversas tareas al
servicio de la corona hispana, frecuentó los ambientes literarios
castellanos y comenzó a escribir. Pero pronto fue víctima de odios y
envidias, principalmente a partir de la publicación de la primera parte de
"El Quijote" en el año 1605, que le dió enseguida una enorme fama.
Los años del cautiverio marcaron
profundamente la espiritualidad de Cervantes, de tal manera que, en el
fondo de las páginas de "El Quijote" está el eco de sus ideales y la vida
dura y amarga de su autor, ideales que sabe proyectar admirablemente en la
figura de don Quijote, que encarna la tragedia de un hombre de corazón
ancho y generoso a quien todo le sale mal... ¡Sin duda "El Quijote" es una
de las mayores sátiras contra la vanidad y la exaltación humana!
Tres años antes de morir, Miguel de
Cervantes profesó, en 1613, en la tercera orden franciscana. Al año
siguiente, en 1614, participó en el certamen poético promovido con ocasión
de la beatificación de Teresa de Jesús, y un año antes de morir hizo
editar la segunda parte de "El Quijote" (Madrid (1615). Con fecha 23 de
abril de 1616, gravemente enfermo de hidropesía, Cervantes moría
cristianamente en Madrid, a la edad de 69 años. Fue amortajado con el
hábito franciscano y lo sepultaron en la iglesia de las monjas
trinitarias. Un cronista de la época explica que "su cadáver fue
amortajado con el sayal de San Francisco, y colocada en su diestra una
sencilla cruz de madera. Cuatro Hermanos de la Orden Tercera lleváronlo
seguido de dos poetas fieles amigos suyos, a la iglesia de monjas
trinitarias, donde al día siguiente recibió cristiana sepultura".
Tradujo del catalán: Fr. Tomás Gálvez
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