Fuente: Sibila Camps: "Ada
Falcón fue un mito del tango. Murió ayer en Córdoba, a
los 96 años",
Clarín.com, sábado 05.01.2002..
Ayer murió un mito. Ada Falcón, "La Emperatriz del
Tango". La amiga y compañera artística de Carlos Gardel
y Enrique Santos Discépolo. La de la irresistible mirada
verde que, dicen, inspiró a Francisco Canaro en Yo no
sé qué me han hecho tus ojos, el vals que ella hizo
célebre. Con 96 años, llevaba más de dos décadas
pidiéndole a Dios que se la llevara de este mundo. El
otro —el de los escenarios y los admiradores, el de los
lujos y la fama—, lo había abandonado de golpe a los 35
años. Fue en 1942, y desde entonces la sobrevivían las
leyendas.
La primera es su origen. Ada Elsa Aída Falcone nació
el 5 de agosto de 1905 en pleno centro porteño. "No
conocí a mi padre. Soy hija de Miguel Nazar Anchorena.
El se enamoró de mi madre, la robó, y ella ya estaba
embarazada cuando él partió a Francia porque estaba muy
enfermo. Falleció de cáncer. Todo lo que sé de él es por
lo que me contó mi madre".
Una madre de la que no pudo separarse ni un instante
desde que nació hasta que la enterró, con más de 90
años. Una madre que la ató a sus dos hijas mayores
—Amanda y Adhelma—, acortó el apellido en Falcón, y armó
un número vivo de tonadillas para la varieté del cine
Excelsior. "A los 4 años le expresé a mi madre: ''Yo
voy a cantar'', y al otro día debuté en la Sociedad de
San Vicente de Paul. Las damas vicentinas me llamaron
''La Joyita Argentina''".
Tenía 14 años cuando participó en la película muda
El festín de los caranchos. Fue afianzándose en
varietés y en cuadros de revistas, hasta que el 15 de
julio de 1925 alcanzó la sala de grabación de RCA
Víctor, acompañada por la orquesta de Osvaldo Fresedo.
No hacía mucho que las mujeres llegaban al disco. En
1923 habían sido Azucena Maizani y Rosita Quiroga.
Después de Ada Falcón, en 1927 grabaron Mercedes Simone
y Tita Merello. Ya por 1930 lo hizo Tania. Para 1929, el
compositor Enrique Delfino la había hecho firmar con el
sello Odeón; él mismo la acompañó al piano en catorce
temas, junto con el guitarrista Manuel Parada. Entonces
se la definía como cancionista. Con un registro de
mezzosoprano, se distinguía de las voces agudas y
finitas que estaban de moda.
El 24 de julio de 1929 ató su carrera al hombre con
quien sería tan famosa como desgraciada: Francisco
Canaro. Empezó apenas grabando el estribillo del tango
La morocha, y en los 30 llegaría a grabar con su
orquesta hasta quince discos por mes. Ese fue su gran
año: debutó en Radio Cultura y desde entonces fue la
gran estrella de emisoras como Stentor, Splendid,
Argentina, Prieto, Belgrano y El Mundo.
¿Por qué dejó de actuar en teatros? Nunca lo
explicó. Canaro estrenaba cada año una comedia musical,
pero la Falcón que actuaba en ellas era su hermanastra
Adhelma. Gracias a la radio, Ada tenía una audiencia
inmensa que se derretía al escucharla cantar
Destellos, Madreselva o Tus besos fueron
míos. Sus cachets eran los más altos del ambiente.
Vivía en un palacete de Palermo Chico, con paredes
forradas en tafeta y un garaje donde guardaba dos autos
"de media cuadra".
En las revistas
Las tapas de las revistas Sintonía y La Canción
Moderna mostraban su melenita oscura o el muestrario de
sombreros y turbantes. La sonrisa bien delineada. Las
sandalias hechas a mano calzadas en un pie de
Cenicienta. Los tailleurs de buena puntada que moldeaban
el cuerpo grácil. Las pieles rutilantes. El despliegue
de joyas (la leyenda incluye un anillo de brillantes
obsequiado por el marajá de Kapurtala).
Y los ojos verdes. "¡Qué ojos! Usted no se imagina
lo que era yo —recordó a Clarín en 1995—. Bastaba con
mirarme los hoyitos de las mejillas, los dientes, las
piernas. Decía Discépolo de mí: ''Es tan divina, que
hace mal mirarla''".
Eran grandes amigos. Ada le grababa Secreto,
Confesión. Con Ignacio Corsini había compartido la
filmación de Idolos de la radio, la única película
sonora en la que intervino. Con Gardel se turnaba en los
estudios de grabación. "A veces llegaba más temprano,
para escucharme a mí". Ada nunca dejó de recordar una
cena compartida con él y con Canaro en el Tuñín de la
Boca: "Más tarde, Carlitos me llevó caminando por la
costa y nos alejamos. Cuando estábamos solos, me besaba
los ojos y me decía: ''Piba, piba preciosa... enseñame a
cantar Yo no sé qué me han hecho tus ojos. Me aseguraba
que los hombres más poderosos de la Argentina estaban
enamorados de mí"
En 1935, cuando los artistas morían por actuar en el
auditorio de cualquier emisora, Ada Falcón decidió que
sólo cantaría sin presencia de público. Se había
convertido en una diva, y Radio El Mundo accedió a
habilitarle una sala más pequeña. El 28 de setiembre de
1938 concluyó su relación laboral con Francisco Canaro.
Sus actuaciones comenzaron a hacerse esporádicas.
Hacia 1940 terminó escondiéndose de sus propios músicos
y cantando detrás de un cortinado. Sus admiradores se
conformaban con agolparse en la calle, para verla entrar
y salir. Después se subía a su auto rojo, llegaba al
palacete, clausuraba las puertas para todos y liberaba
el misterio.
Los reportajes de la época la muestran mística antes
que religiosa, visitando iglesias [Santuario de Pompeya,
de los franciscanos capuchinos] o hablando con la
Virgen. En 1942 grabó el tango Corazón encadenado y el
vals Viviré con tu recuerdo, ambos de Canaro e Ivo Pelay.
Fue el último disco. Poco después repartió casi todos
sus bienes entre sus allegados, compró una casa feúcha
en Salsipuedes, en las sierras de Córdoba, y se recluyó
con su madre [Ambas habían profesado la Regla de la
Tercera Orden Franciscana].
Eso se supo mucho después, ya que durante años la
leyenda dijo que se había metido a monja. Que la había
empujado un desengaño amoroso. Que el mal de amores
tenía que ver con Canaro. Retazos del misterio
comenzaron a develarse a partir de 1982, cuando
excepcionalmente concedió algunos reportajes. Afirmó,
por ejemplo, estar purgando un pecado. Otras
confesiones, en cambio, abrieron nuevas incógnitas. Ada
Falcón ya estaba viviendo en el hogar de ancianos que
las hermanas de San Camilo atienden en Molinari, a 5
kilómetros de Cosquín.
Alguna vez acusó a Adhelma de cantar por los pueblos
haciéndose pasar por ella y firmando autógrafos con su
nombre. Fue más difusa al asegurar que "durante treinta
años cobró otra persona todos mis derechos; fue una
venganza de una persona muy poderosa que ya murió, que
me dijo que me iba a hacer morir de hambre".
Le habían robado sus propios discos, casi todas las
fotos, las cartas que durante 15 años le había escrito
José Mojica, aquel cantor peruano que tomó los hábitos
franciscanos. También sus Memorias. Acusó a Odeón de no
querer reeditar sus discos, cuando lo cierto era que
ella no lo permitía. No es ya leyenda que estaba en la
miseria y sin cobertura social, aunque sus antiguos
admiradores no tenían modo de saberlo. La pensión
graciable le llegó pasados los 80, cuando algún
periodista la espió en su ostracismo.
"En plena juventud tuve riquezas y belleza, tuve una
visión maravillosa del Señor y no vacilé un instante en
dejarlo todo y recluirme en las sierras con mamita, en
un convento franciscano, y vivir con humildad", escribió
a Clarín en marzo de 1982. El año anterior había perdido
a su madre. "Desde que nací, dormí junto a mi madre, y
su muerte me destrozó".
En algún rincón habrá quedado la nueva versión de
sus Memorias, que había decidido reescribir. Pero sus
propios recuerdos quizá también hayan desteñido por el
roce con las leyendas.
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PELÍCULA: "YO NO SÉ QUE ME HAN HECHO TUS OJOS"
Inspirada en la vida de Ada Falcón se ha rodado una
interesante película, combinación de melodrama
y reportaje, donde se incluye la última entrevista
realizada a la diva convertida en franciscana seglar, un
año antes de su muerte.
FICHA TÉCNICA:
Título: "Yo no sé que me
han hecho tus ojos".
Argentina, 2003. duración 64m.
Dirección y Guión: Sergio Wolf y Lorena Muñoz
Producción: Marcelo Céspedes y Carmen Guarini
Montaje: Alejandra Almirón.
Fotografía: Segundo Cerrato, Federico Ransenberg,
Marcelo Levintman.
Sonido: Alejandro Alonso, Cote Álvarez, Gaspar Scheuer,
Diego Bernaud.
Participan: Ada Falcón, Aníbal Ford, Rolando Goyaud,
José A. Martínez Suárez, Miguel Ciacci, Sergio Wolf.
Distribuidora: Cine Ojo
Edición en DVD: Gativideo
Estreno Buenos Aires: 4 de diciembre de 2003.
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